Hamlet está muerto sin fuerza de gravedad de Ewald Palmetshofer

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Hamlet está muerto sin fuerza de gravedad
de Ewald Palmetshofer

El futuro y el desencanto.
La lucha generacional, si cuartel.

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

12927Esta puesta en escena de Hamlet está muerto sin fuerza de gravedad, en particular, da cuenta de la perfecta fusión entre Palmetshofer y Lisandro Rodríguez – la obra se estrenó dentro del marco del Festival Internacional de Dramaturgia Europa + América, 2014. El Elefante, Club de Teatro, por su dimensión edilicia tiene mucho de privado y de cotidiano, por lo tanto es el sitio ideal para este cruce – el dramaturgo austriaco y el director argentino – y una actualidad que nos involucra a todos. Ingresamos por una puerta lateral y quedamos en “la sala de espera” mientras la “corona mortuoria” en la puerta habitual es un claro indicio del creativo evento. Un cumpleaños, un velorio, seis personajes, tres parejas, un espacio pequeño, íntimo, un teatro de cámara, en un sala, espacio teatral. Historias que se cruzan donde las palabras pierden y ganan en sentido para luego reiterarse hasta ser comprendidas por los mismos protagonistas, y por el espectador que teje entre los intersticios, en los silencios, el entramado de un relato que los une como testigos en el presente de la enunciación, como así en la memoria que los personajes reconstruyen ante sus ojos. Un espacio acotado, iluminada la escena y la platea, que se extiende en el avance hacia dentro y hacia fuera, en la extraescena, la calle. Una temática, que nos habla de los problemas de la alienación del hombre en un mundo globalizado, posmoderno, en el que los personajes se mueven y en el que se sienten sin vocación para la vida, la propia, ni para defender la ajena. Una madre que no termina de morir, y el problema de una Europa envejecida que no apuesta al futuro porque no quiere responsabilidades ni compromisos en la creación de la vida; y que se siente impotente para sostener la prolongación de ésta en tiempo y hamletespacio. Incomunicación, soledad, angustia, atravesando la vida de los personajes, que no tienen en sí otras preocupaciones más que darle sentido a una existencia que temen se extienda hacia el infinito: “Si ella cumple 95 años, yo puedo ser eterna” dice la madre de su propia madre y de sí misma, en un conflicto existencial, cargado de depresión. Una lucha generacional que sin cuartel, decide ejercer el parricidio pero sin salvar a los hijos que son la fuerza de lo por venir. África como el continente que sabe el valor de la vida porque la muerte está a la vuelta de la esquina, forma parte de un imaginario desconocido y pareciera deseado, por la intensidad que ofrece, el de la lucha cotidiana. Las actuaciones no tienen fisuras, y el director que está en escena y oficia de músico, logra construir una puesta intensa, fuerte, en dos niveles, uno el de la literalidad de las palabras casi sin emoción, y el otro el que se expresa en los bordes, en el límite entre la voz y el silencio. La fuerza de gravedad atrae todo elemento hacia el centro de la tierra, la pérdida de la misma, produce la sensación de desarraigo, de exilio interior, de falta de calor humano, de seres que necesitan tocarse para reconocerse en una identidad perdida en los recovecos de una sociedad autista. Cuerpos inestables, casi sin movilidad, criaturas que necesitan algún tipo de anclaje, de contacto con ese otro o con algún pequeño elemento; manos que se acercan pero no es una demostración de afecto sino, por el contrario, como una forma de aferrase a otra vida y ser atraídos por la vital fuerza de gravedad. Son cuerpos que se encuentran en un estado de suspensión en un presente que los abruma, entre paréntesis: ni vivos ni muertos, por lo tanto son cuerpos sin masa y no están sometidos a la gravedad. El ser o no ser del personaje de Shakespeare, ya no se interroga porque no hay en el cielo nadie ni nada que pueda dar una respuesta, sino que la decisión depende del valor, de atreverse de cada uno. El encuentro fortuito de esos seres, en dos ceremonias que celebran la vida en sus dos extremos, nos llevan a reflexionar sobre la trascendencia en un mundo que ha perdido las certezas y la fe en sí mismo; y por otra parte, nos lleva a darnos cuenta de la diferencia en las problemáticas entre el norte y el sur, a pesar de nuestros espejismos de primer mundistas. Un hecho teatral que desafía al espectador, así como desde el título se desafía a la interacción gravitatoria [1], con ritmo sostenido que da cuenta de la constante búsqueda de nuevas formas de expresión desafinado los códigos teatrales preestablecidos.hamlet-esta-muerto-sin-fuerza-de-gra

Ficha técnica: Hamlet está muerto sin fuerza de gravedad de Ewald Palmetshofer. Elenco: Sofía Brito, Claudio Da Passano, Andrea Strenitz, Vanina Montes, Paco Gorriz, Claudio Mattos. Diseño de luces: Matías Sendón. Prensa: Ángela Carolina Castro. Dirección y puesta en escena: Lisandro Rodríguez. Duración: aproximadamente 70 minutos. Elefante Club de Teatro. Duración:… Reestreno: 11/04/2015.

[1] La interacción gravitatoria es una de las cuatro interacciones que rigen las leyes de la naturaleza: electromagnetismo, las interacciones nucleares débiles y fuertes

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