«Nena gorda» de Bárbara Bonfil y Laura Fernández

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“Nena gorda” de

Bárbara Bonfil y Laura Fernández

Entre el deseo y el mandato

Mariángeles Sanz Vélez

sanzm897@yahoo.com

¿Cuáles son las heridas que deja en una persona el bullying que sufrió en su infancia, y hasta cuándo? ¿Por qué debe una niña de 9 o 10 años verse entre el deseo de querer ser, la posibilidad, y la frustración a raíz de su cuerpo? Su cuerpo que es mirado por los otros, y que es mirado por ella a partir también de la mirada de los otros. ¿Los modelos que elige para compararse la obligan a aceptar ser diferente, o  a querer a toda costa convertirse en lo que por su estructura no será? ¿Cuántas veces el bullying es consciente, la burla provocada, o es simplemente una frase dicha sin pensar, como al pasar pero que deja su estela de dolor por venir de la persona menos pensada?

El ideal de belleza, o el ideal de cuerpo ideal para la danza, no es otra cosa que un mandato social. A lo largo del tiempo, si analizamos los canones nos veremos con cuerpos, siempre femeninos, pasados por la lupa del deseo ajeno, y definiéndose como bellos o no, de acuerdo a una mirada masculina, desde la pintura hasta el salón social. También es una cuestión de clase. El cuerpo delgado, casi intangible y etéreo, no era el más solicitado y requerido como bello, si el que lo miraba pertenecía a una clase campesina, que necesitaba brazos fuertes, aún en las mujeres, y caderas anchas para la procreación. Entonces, el ideal de cuerpo delgado es de una élite que luego impone hacia abajo de la pirámide sus propios parámetros de lo bello.

La danza también es el espacio de una élite, de una especial selección de cuerpos como la que se lleva adelante en los exámenes de ingreso al Teatro Colón, para formar parte desde muy niñas de su ballet. La exigencia de ser para pertenecer es de una brutalidad desafiante y a la vez indiferente por los sentimientos que desgarra, por las identidades que daña, por los sueños que destruye. Bárbara Bonfil, nos plantea su historia, en un biodrama construido con los restos del naufragio de su deseo de bailar. Videos que la señalan en su frustración, luego de hacernos un recorrido minucioso por su anhelo, y por la academia que creería lo haría posible. La academia y la familia, y el sacrificio propio y ajeno, todo van conformando un relato, que nos habla de la discriminación, como los siete camisones en su décimo cumpleaños, y su vida que se divide entre el deseo y la necesidad. Con una actuación visceral, por momentos crispada, nos vamos internalizando en un dolor que aún no ha apagado su fuego.

Muñecas, cuerpos maleables por la actriz, videos que funcionan como documentos irrebatibles, recuerdos, memoria, una memoria selectiva fijada en esa infancia herida, son los elementos bañados de un rosa provocador, que nos lleva también a otra discriminación de género. Si es nena todo debe ser rosa, en sus variadas tonalidades, porque así lo marca una convención, que ya olvidamos de donde surgió, como el azul para los varones. El cuerpo como temática constructiva y deconstructiva de una realidad que se abisma en las dietas, los nutricionistas, que más allá de lo recomendable para la salud, encierran un mandato, el de el parámetro de belleza, al que según parece debemos someternos todas y todos.

Ficha técnica: “Nena gorda” de Bárbara Bonfil y Laura Fernández. Actúa: Bárbara Bonfil. Escenografía y vestuario: Laura Cardoso. Iluminación: Matías Noval. Audiovisuales: Amine Mohamed Baukhelfa. Diseño sonoro: Mariano Kosiner Blanco. Voz en off: Luisa de Barrigue de Fontainieu. Diseño gráfico: Carolina Arnes. Prensa: Corre  y Dile. Asistente de dirección: Carolina Niño de Guzmán. Dirección: Andrea Varchavsky. Teatro: El Crisol. Sábado 20hs.

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