Archivos Mensuales: May 2020

La vida extraordinaria de Mariano Tenconi Blanco

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Cynthia Attie

Nada más acertado para estos tiempos que corren adentrarse en este mundo surrealista que nos propone La Vida Extraordinaria. Dos horas, que voy a confesar, pasan volando, al igual que los recuerdos y vivencias de Aurora y Blanca en su Usuhaia natal. Dos mujeres que exaltan el valor de la amistad, dialogando y narrando los momentos trascendentales de su vida. Pérdidas, nacimientos, amores contado con un lenguaje tan tierno y literal que roza todo el tiempo con lo poético.

Risas, llantos, la vida misma. “La muerte y la vida producen el movimiento y cada segundo es un milagro“va a decir Aurora. Con esta frase, el espectador, aunque esté desde su sillón en su casa, no puede dejar de inquietarse, de apelar a sus propias experiencias subjetivas y hacerlas de alguna manera más reales que la realidad misma.


El vestuario nos retrotrae a una época romántica, femenina, donde los cuerpos se visten de sueños. Y no nos olvidemos de la escenografía, de esa ballena, símbolo gigante de la pequeñez humana.Muy buena elección la de los dos musicos en escena , con un piano y un violín que nos acompañan en este trayecto sensorial.


A estas dos grandes actrices, que pasan por distintos poemas ,no se les escapa nada, sus cuerpos vivos nos dicen que “ la muerte es el final de la metáfora” y que nada tendría sentido sin ella y que nuestro diario íntimo es más real que aquel escrito por otros.


Esta obra se puede ver on line en la página del Teatro Cervantes y en YouTube.

FICHA TÉCNICA
Actúan: Valeria Lois, Lorena VegaVoz en off :Cecilia Roth
Músicos en escena :Elena Buchbinder, Ian Shifres
Producción :Yamila Rabinovich
Asistencia de dirección :Ana Calvo
Coreografía :Jazmín Titiunik
Diseño audiovisual :Agustina San Martín
Música original y dirección musical : Ian Shifres
Iluminación : Matías Sendón
Vestuario :Magda Banach
Escenografía : Ariel Vaccaro
Dirección: Mariano Tenconi Blanco

La Película II

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Me sumo a lo escrito por María de los Ángeles ………..

Un feliz hallazgo en medio de la pantemia.

Susana Llahí

chumbitoplus@yahoo.com.ar

Cosas de la pandemia, cosas de esta reclusión forzada que nos lleva a hacer trabajos de investigación o de ordenar y limpiar zona “insondables” de la casa. Con relación a la investigación, yo buscaba En el andén de Ernesto Frers (ya María de los Angeles nos dijo quien fue Frers) lo que me condujo al N°28 de la revista “Talia” y de allí a La película (1975), a disfrutarla enormemente y a “pretender” pensarla, capa a capa, desarmándola, como si fuera una cebolla.

Podemos decir que esta realización tiene varios niveles de análisis, hay una reescritura de la comedia donde se cruza la parodia, la caricatura y el elemento melodramático. En un primer plano, el del despliegue en Uribelarrea (pueblito de la provincia de Buenos Aires) que produce la llegada del equipo de filmación, donde ya se juega con la dualidad: porteño versus provinciano. Para el provinciano el porteño siempre fue “canchero” y “sobrador”, además, artista, eso asusta y subyuga a la vez. Al artista se lo idealiza, no es un porteño cualquiera. Cederle la habitación, almorzar con él o acceder a ser extras sin remuneración alguna es un privilegio, un honor que pocas veces podrá experimentar el pueblo.

Los personajes de este primer plano responden a los estereotipos esperables propios del realismo: pueblerinos confiados y colaboradores, la jovencita que no puede dejar de enamorarse del protagonista, su hermano que se subyuga ante la sensual actriz, o la mujer madura que tampoco puede evitar el sentirse atraída por uno de los actores. Los porteños aparecen como figuras claves de los realizadores del spaghetti wester, el productor italiano remite al subgénero que siempre fue coproducción EEUU-España o Italia, que aportan el dinero pero que a su vez, persiguen el éxito comercial más que el estético, tal como lo marca la figura de la caprichosa productora norteamericana. La necesidad de inversores, lo que lleva al director a querer a convencer a los pueblerinos con una ventajosa sociedad, ilusionándolos con un futuro turístico gracias al cine. Los ayudantes de la producción haciendo milagros con el tiempo y con el presupuesto.

Y en un segundo plano, el de la película en sí, todos los elementos parodizan al spaghetti western, y a la mirada que Hollywood tuvo sobre nuestro gaucho. Semánticamente el humor lo aporta la caricatura, en la primera escena, la del gaucho, con sus pantalones de satén y sus pasos de ballet, que de alguna manera nos remite a la imagen a Rodolfo Valentino (Tango – 1921) y la del indio, ridículamente ornamentado. Y como en el subgénero, el protagonista es rudo, individualista, ejerce la violencia sobre el indio, que por supuesto, tiene que ser sometido por el hombre blanco. La mujer es desestimada y esto también nos lleva al tango que interpreta el personaje de Rodolfo Valentino en Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1951) Además, la música tiene un papel fundamental, tal como fue reinventada por el spaghetti western, la fuerza, el ritmo, la gracia de los Trisinger dan un toque de comicidad, especialmente en esas escenas de ritmo acelerado que recrean a las primeras del cine mudo.

Finalmente, como en toda comedia, hay un final feliz, donde los porteños muestran nobleza, destruyen el prejuicio que pasaba sobre ellos y tienen una actitud honesta ante las jóvenes que habían enamorado y los miembros de equipo de filmación devuelven el dinero al empleado de comercio, excesivamente pacato. Además, están aquellos, los puros , que pueden ser generosos con sus saberes y su ternura, personajes universales que los hay en todos los ambientes: el fotógrafo que toma las imágenes del pueblo y de sus habitantes, que regresa sólo para proyectar, junto a su amigo, las escenas que inmortalizaron a ese pueblo ignorado que por tres días salió de su letargo.

Elementos todos que confluyen en una parodia-homenaje al cine de todos los tiempos porque también asistimos a la proyección y a los comentarios elogiosos del equipo ante La guerra gaucha . Momentos mágicos a los que asistimos “livianos de equipaje” siempre dispuestos a que nos envuelva, nos transporte y emocione como nos emocionó “La Película” guión, genera fuerza en escenas claves y aportan una comicidad digna de ciertas escenas del cine mudo. Hay escenas realistas que rayan en el melodrama que cortan con la hilarante comicidad de la intriga.

La Película un filme premiado y desconocido

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Ernesto Frers, un dramaturgo ausente

La Película” una mirada del cine sobre sí mismo

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Mariángeles Sanz

sanzm897@yahoo.com

Muchos son los dramaturgos, actores y directores que se exiliaron en la ùltima dictadura cìvico – militar, algunos de ellos con el correr de los años regresaron, luego de llevar adelante su experiencia en escenarios diferentes, creando grupos teatrales donde sus pasos se detenian: Cèsar Brie en Bolivia, Arìstides Vargas en Ecuador, Juan Carlos Genè en Venezuela. Otros, volvieron ràpidamente en cuànto la luz de una posibilidad se les hizo presente, Griselda Gambaro, Eduardo Pavlovsky; pero hay algunos que nunca regresaron como Roma Mahieu, y un casi desconocido dramaturgo entrerriano, Ernesto Frers.

Frers dentro de la dramaturgia, escribiò una obra que tuvo dos puestas en escena una en el Teatro Popular Paranà, en octubre de 1964, y al año siguiente en Santa Fè: En el andèn. En 1956  había ingresado al equipo de «Teatro de arte» y a partir de ahì se dedicò a la actuaciòn, la escenografìa y la direcciòn, en otras agrupaciones. Es asì, que realizò varias giras por el interior del paìs y en Chile. En 1960 es designado promotor teatral de la Direcciòn General de Cultura, y un año despuès lleva adelante la crìtica teatral y cinematogràfica en el diario: «El litoral», y en la emisora LT10 Radio Universidad del Litoral. Va a ser designado, en 1963 como presidente de la Asociaciòn Santafecina de Teatros Independientes. Dos años màs tarde, integrò el elenco de Esperando a Godot de Beckett, que se llevò adelante en el Teatro Època.

Luego de escribir su primera obra de teatro,y tras su puesta en escena, se dirige a Buenos Aires donde se desempeña como periodista profesional. En 1975 escribiò junto a Josè Marìa Paolantonio el guiòn de un filme que se llamò “La pelìcula” donde actuaron entre otros: Osvaldo Terranova, Alejandra Boero, Ernesto Bianco, Marilina Ross, Diana Maggi, dos de los integrantes de Telecataplum, grupo uruguayo de humor de aquella època, de gran èxito en la Argentina. La pelìcula es muchas cosas a la vez: una parodia al gènero de western spaguetti, una parodia homenaje al cine mudo y su poètica melodramàtica, a las compañìas que llevaban en gira sus actrices y actores hasta los pueblos pequeños de nuestro paìs profundo, que los pobladores conocìan primero por la radio y luego por la televisiòn, una mirada nostàlgica al cine de los cuarenta en la proyecciòn de escenas de “La guerra gaucha”, un homenaje a los pueblos filmada en Cañuelas y Uribelarrea, cuyas poblaciones colaboraron en la filmaciòn.

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Con una estructura de muñecas rusas, relata la historia de una producciòn mixta entre nacional y extranjera, que lleva adelante el filme de una historia de gauchos e indios a la manera de hollywood, con todos los clishes propios del gènero. La relaciòn de esa filmaciòn con los habitantes del pueblo, la mirada sobre el cine de antaño, y por ùltimo la revelaciòn que el tìtulo de la pelìcula no es la del relato, sino la del documental que un lugareño lleva adelante de todo lo sucedido durante la filmaciòn, recuperando para la càmara los verdaderos rostros de aquellos que fueron ficcionalizados por la producciòn de la primera, conforman una trama donde se unen la comicidad y la emoción. Como cierre del filme vemos la noche del estreno en un cine del centro de Buenos Aires, la participación de actores, actrices y pùblico en general, ocupando las butacas del cine, produciendo nuevamente la misma mixtura de ficciòn y realidad que fue una constante de la propuesta. La parodia y el metalenguaje son entonces los procedimientos fundamentales para contar una historia que se desdobla, y nos conmueve hacia el final, despuès de habernos hecho reìr, casi todo el tiempo que dura su intriga. Por otra parte, demistifica el imaginario social sobre las actrices y los actores, en esa fusión que el público hace entre ficción y realidad, tomando erróneamente al personaje como la persona, y confundiendo las emociones que estos les insipiran con lo real concreto.

La película” se estrenó en un año en el cual a pesar de la problemática política y social que el país desarrollaba tuvo la concreción de 35 películas nacionales, entre ellas varias emblemáticas: “La Raulito” con una composición excepcional de Marilina Ross del personaje, estrenada el 10 de julio, dirigida por Lautaro Murúa, “El Familiar” de Octavio Getino el 9 de octubre; “Nazareno Cruz y el lobo” de Leonardo Favio, que se estrenó el 5 de junio, algunas de carácter cómico, filmes de dibujos para niños, y dramas sociales, como “El pibe cabeza” dirigida por Leopoldo Torres Nilsson, que llegó a la pantalla el 17 de abril.

 En 1976 recibió el premio Ópera prima en el Festival Internacional de cine de San Sebastián.

Ernesto Frers reside en Barcelona y se ha destacado por sus investigaciones sobre historia y ocultismo, además de haber escrito más de veinte novelas, donde es reconocida su participación en colecciones juveniles y de ciencia ficción. Algunas de sus obras son:

Historia de Karen AnnQuinlan (1977)

Evita (1979)

El enigma de la reina africana (1981)

La maldición de Mónaco (1983)

El astronauta solitario (1986)

Desde otras vidas (1999)

Más allá del legado pirata (2008)

A la caza de los verdugos del II Reich (2010)

Brecht A los que nazcan más tarde

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A LOS QUE NAZCAN MÁS TARDE.
(FRAGMENTO).
Por Bertolt Brecht.

¡Realmente vivo en tiempos sombríos!
La palabra sincera es imprudente. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
todavía no ha recibido
la noticia atroz,

¡Qué tiempos son estos, donde
una conversación sobre árboles es casi un crimen,
porque encierra un silencio acerca de tantas fechorías!
Aquel que anda tranquilo por la calle
¿ya no está más cerca de sus amigos
que sufren necesidades?

Es verdad: aún gano mi subsistencia.
Pero creedme: esto es sólo una casualidad.
Nada de lo que hago justifica que coma hasta el hartazgo.
Estoy protegido por casualidad. (Si mi suerte se interrumpe, estoy perdido).
Me dicen: ¡Come y bebe! ¡Tendrías que estar contento de poder hacerlo!

Pero, ¿cómo puedo comer y beber cuando
le arranco al hambriento lo que como,
y mi vaso de agua le falta a un sediento?
Y a pesar de todo, como y bebo.

También sería con gusto un sabio.
En los viejos libros se dice qué es ser sabio:
mantenerse fuera de las disputas del mundo y pasar
sin temor el corto tiempo que a uno le ha sido deparado.
También, manejarse sin el uso de la fuerza,
retribuir el mal con el bien,
no satisfacer los deseos propios, sino olvidar,
significa ser un sabio.
Todo esto no lo puedo hacer.
¡Realmente, vivo en tiempos sombríos!