Archivos Mensuales: junio 2021

Sirenas de Gabriel Fernando Jiménez

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Sirenas de

Gabriel Fernando Jiménez

El detrás de las noticias

Mariángeles Sanz

sanz897@yahoo.com

Una imagen habitual en la “crónica roja de la prensa local” (1) como afirmaría Eduardo Galeano en Los Nadies. Un supermercado, de los que surgen como los hongos en cualquier barriada, que compiten con los mismos espacios chinos o con algún almacén de barrio; una mañana de lunes como cualquiera, y un engranaje del sistema que hasta la llegada de Lucho se desliza en la arena del tiempo sin trastornos mayores. Sin embargo, en silencio, los protagonistas cotidianos van acumulando frustraciones, broncas, decepciones, la sensación claustrofóbica de encierro no en el espacio concreto de las cuatro paredes, sino en un sistema que lo produce y reproduce sin salida posible.

Víctimas todos, victimarios de a ratos, el encargado como todo el que tiene un centímetro más de ese dudoso poder vive pensando en su futuro promisorio asimilado al sistema, mientras la cajera y el presunto chorro, hartos de la imposibilidad de un cambio positivo que no llega,  están decididos a producir una grieta en esa maquinaria aparentemente eficaz y sin fallas. Entre ellos la tensión va creciendo, como también la complicidad entre los que están en la misma vereda. Hasta la insinuación de una posible relación de amor, en la que es difícil creer para Luciana acostumbrada al engaño, o al abuso sexual.

El grupo de Mendoza presenta un cuadro potente; entre todos los males que como sociedad nos aquejan, el dramaturgo elije construir el que aparece con mayor insistencia en los medios de comunicación, el robo, para hablar en sinécdoque, es decir, la parte por el todo, de un sistema que parece derrumbarse día a día, y que sin embargo se sostiene, débil y enfermo, podrido desde la raíz, pero sostenido por la mentira, la corrupción, y sus cómplices. Un cuadro que nos recuerda al Brecht de “Terror y Miserias del Tercer Reich”.

La alienación y la soledad ante la imposibilidad de salida; un desocupado, Lucho, docente, la mención no tiene nada de inocente, y una empleada que guarda su bronca como el gas de una garrafa, con la intensidad de la acumulación y la repetición de gestos cotidianos sin sentido, deciden convertirse en señal del malestar general, sin medir las consecuencias. Cuando todo se desmadre, el final no puede ser otro, o sí, pero el límite los lleva, sobre todo al personaje de Luciana a no retroceder y a no ceder ante lo intempestivo del orden establecido.

Actuaciones potentes, sobre todo la de Tania Casciani, que lleva adelante una intriga que parece ir hacia un camino y toma inmediatamente un cambio vertiginoso, para dar cuenta de una denuncia sobre las motivaciones que el sistema produce para su propia destrucción y recuperación. La música de electro cumbia es un significante social, para ubicar al espectador en un espacio temporal de clara referencia. Ninguno de los personajes están fuera de él, por el contrario son todos productos de una ley donde el Mercado es el primer valor, y la vida humana el último en la escala humana. Las sirenas, como las míticas son el rumor de una voz que anuncia la tempestad.

  • Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. (…) Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata. (Los nadies, en “El libro de los abrazos” de Eduardo Galeano, pág 59, editorial siglo veintiuno)

Ficha técnica: “Sirenas” de Gabriel Fernando Jiménez. Elenco: Manuel García Migani (Lucho); Tania Casciani (Luciana); Darío Martinez (Esteban Rulrich) Diseño y realización escenográfica: María Eleonora Sánchez Pujol. Diseño y realización lumínica: Paloma Barrera. Diseño sonoro: Leonardo Martínez. Diseño de logo: Soledad Murano. Fotografía: Leandro Fernández. Asistencia de dirección: María Vílchez Aruani. Producción: Laura Beningazza. Dirección y puesta en escena: Ósjar Navarro Correa.

Mientras tanto de Rubén Darío Franco

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Mientras Tanto de

Rubén Darío Franco

El por qué y el para qué

Veinte minutos existenciales, Bienvenida a Pasillo

Mariángeles Sanz

sanzm897@yahoo.com

Un espacio cubierto de papeles, muchos, lo cubren todo, como un fin de año anticipado donde todos dejamos caer el pasado convertido en hojas escritas y ya inservibles. Pasos  de un hombre y una mujer, el lugar es de niebla y desconcierto. ¿Dónde se encuentran? ¿Quiénes son? ¿Qué relación los une, o los tiene a ambos en el mismo lugar, a la misma hora? No sabemos, el tiempo en ese espacio diferente parece detenido, y el hombre lo dice rápidamente luego, y así sabremos quién recibe a quién y es el anfitrión de un después de la vida. La mujer, Mara ha atravesado el límite, ha pasado al otro lado, y debe aprender algunas cosas sobre él y sobre su futuro.

Del pasado debe saber solamente cuál fue su destino en la tierra, y olvidar por completo el maquillaje, la máscara que fue suya y que sirvió hasta cumplirlo, condición indispensable para retornar una vez más al tiovivo de ese lugar, el hoyo, del que nadie quiere irse del todo: “Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta, si no fuese porque el temor de que existe alguna cosa más allá de la muerte (país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) …” (Hamlet, W. Shakespeare, 50)

Miguel, el que recibe las almas y las despoja de su condición, recordándoles su misión ya cumplida en el mundo, hace gala de la ironía y del cinismo y de él no sabremos tampoco su procedencia,  si es de allí, si viene del hoyito, y porque no vuelve a él, todas preguntas que la textualidad de Franco deja en el aire, donde las certezas escasean, y los interrogantes nos llevan a darnos respuestas posibles según nuestra conciencia y credo. Porque la verdad es lo que es. Lo que afirma a través de la voz del personaje es que de esa gran maquinaria que desconocemos por completo, somos sólo un pequeño engranaje necesario, que vuelve a ella cuando nuestra misión desconocida se cumple, a pesar nuestro.

Ni la gloria, ni el heroísmo son para todos, para la mayoría nuestra estadía en la vida conocida es tan simple como cada elemento mínimo que constituye la naturaleza. Necesario y a la vez tan sutil que pasa inadvertido, liviano como el aire y que sin embargo es fundamental para que todo siga el rumbo previsto. Destino sin libre albedrío. Inevitable sucesión de acontecimientos que un gesto de libertad trastocaría en catástrofe.

El grupo que lleva adelante la puesta proviene de la provincia de Corrientes, y es un ejemplo más de que el país no termina en la General Paz, y que ver nuestro teatro más allá de nuestra línea de frontera es un imperativo categórico. Dramaturgia y actuación logran el efecto buscado por la textualidad dramática, y construyen desde la dirección el clima expresionista necesario para que dentro de él nos hagamos las preguntas que nos acosan como fantasmas desde el inicio de los tiempos.

Ficha técnica: “Mientras Tanto” de Rubén Darío Franco. Elenco: Silvina Bordón, Milton Rosés. Asistencia de dirección: María Belén Kunz. Dirección: Juan Ignacio Cuenca Nimer. Producción: Juan Ignacio Cuenca Nimer, María Belén Kunz, Gastón Alexis, Gustavo Benitez. Sonido: Marcelo Francisco Kbal. Diseño, realización lumínica y vestuario: Gastón Alexis. Diseño y realización escenográfica: Gustavo Benitez. Duración: 21 minutos.

Bibliografía: Shakespeare, William, 2000. “Hamlet”. Buenos Aires: Biblioteca de la Literatura Universal.

Al Estribor de Ramiro Prosperi

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Al Estribor de Ramiro Prosperi

De Córdoba con amor.

Un salvavidas a la derecha del barco por favor

“La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento. Tampoco sus habitantes se llaman ya “sujetos de obediencia”, sino “sujetos de rendimiento” (Byung Chul Han)

Mariángeles Sanz

sanz897@yahoo.com

Un barco está rodeado de gente que grita desesperada por auxilio, está en el agua, se ahoga, arriba en cubierta, a estribor, el costado derecho del barco, el capitán y el contramaestre escuchan pero toman una aptitud diferente ante el mismo acontecimiento. El capitán niega la importancia, no quiere ayudarlos, ellos deben hacerlo por su cuenta, mientras el contramaestre le pide que les arroje los salvavidas sin conseguir que lo escuché y acepte su propuesta. La negación llega a su extremo cuando el capitán se arroja a las aguas y descree del peligro inminente.

Como una metáfora de nuestro tiempo, Prosperi nos ofrece un cuadro de las consecuencias de la ceguera en la que podemos caer cuando nos dejamos llevar por un discurso mediático que niega la otredad, para quien el otro es un estorbo, por no decir el enemigo interno a propósitos espurios. Y lo hace a través de un espacio /tiempo de un barco que no rescata a sus sobrevivientes del naufragio, y a un contramaestre que reclama ayuda y pone el condimento del sentido común de la solidaridad, sobre el egoísmo, el individualismo, la negación y el sálvese quien pueda. Mientras el barco también se hunde, la ayuda llega en el personaje de un coach, adquisición de un mundo neo- liberal regido por las variables de mercado. Ayuda que por supuesto ante el desconocimiento de la otredad no logra nada. Porque la historia no, la memoria no, sólo un presente ciego al que se le aplica el método: “(…) el de la libre obligación de maximizar el rendimiento”

El mundo de la positividad del que nos habla hace ya un tiempo Byung – Chul Han, con los procedimientos de los que nos advierte  Noam Chomsky con los que los medios nos aturden y embrutecen día a día, queda expuesto en la cubierta de un barco horadado por un hacha. Es el mundo neo-liberal y posmoderno y sus consecuencias son la temática de un texto que la dirección de Jorge Varela pone en escena, como denuncia y advertencia para quien quiera oír, oiga.

La propuesta nos pone en frente de una realidad demasiado real para decirla sin la ayuda de la imaginación; la aparición finalmente del personaje de la sirena, a quien la literatura culpa de tener un canto que seduce y mata, invierte su rol ya que en la puesta ve con ojos de claridad, y eleva a las alturas el problema para tener una vista panorámica de él; además, cierra un trabajo que apela a momentos necesarios de humor, desde la parodia y la caricatura de personajes reconocibles, tanto, que como dije antes no se pueden digerir sin la ilusión de la teatralidad. Mientras el grito desesperado se sucede, mientras los que se ahogan que han aparecido virtualmente desde el trabajo de Sandra Cardarelli, siguen allí abajo entre las turbias aguas de la indiferencia.

Bibliografía:

Byung Chul Han, 2018. La sociedad del cansancio. Buenos Aires: Herder.

______________, 2018. La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: Herder.

Ficha técnica: “Al Estribor” de Ramiro Prosperi. Elenco: Nahuel Monasterio, Nicolás Promenzio, Fernando Rossaroli, Lucrecia Varela Fuentes. Dirección: Jorge Varela. Escenotécnica: Sandra Cardarelli. Música original: Demián Rittner. Maquillaje: Lu Carusillo. Diseño y carpintería: Juan Cruz Varela. Fotografía: Claudia Trossero. Diseño de iluminación: Juan Cruz Varela. Producción: Gastón Molayoli. Duración: 50 minutos.