“Mary Para Mary” de
Paloma Pedrero
La fuerza de un legado
“Las mujeres solo deben doblegarse a la autoridad de la razón, en lugar de ser las modestas esclavas de la opinión”. “La debilidad, la inocencia que tanto se predica del bello sexo, no es más que una forma cortés e interesada de llamar a la ignorancia.” (Mary Wollstonecraft)
Mariángeles Sanz
sanzm897@yahoo.com
El espacio, una habitación en rojo y un gran ventanal, con libros y un pequeño escritorio, a la izquierda; a la derecha, una cuna en silencio, y más libros, muchos como linternas por el suelo, para iluminar no sólo la sala sino las mentes, sobre todo de las mujeres, que vivían en un siglo donde las acunaba la ignorancia como una virtud. En penumbras, la mujer se sienta con dificultad ante la mesa donde prepara una conferencia, donde piensa en el final de una novela, aturdida por la fiebre, vigilante de la cuna, necesitada de hablar, y de tener un público que la escuche, que por fin despierte de ese sueño peligroso en el que unos y otros están envueltos.
Tiembla, tiene frío, está enferma, de cuerpo y alma y su mal es consecuencia en ambos casos de la ignorancia. Su cuerpo acaba de dar a luz a una niña, pero la medicina no respeta rangos de vida y muerte y las bacterias encuentran en el olvido un terreno propicio para anidar en los úteros. Va a morir. Pero antes necesita el cálido refugio de ser oída y además dejarle a su hija un legado, el único válido, la libertad de pensamiento. Esa hija que será inclusive más famosa que su revolucionaria madre: feminista, escritora, oradora, en un mundo donde todo eso es considerado reino de la masculinidad. Porque la pequeña que duerme mientras escucha entre sueños la voz de su madre, será la autora de “Frankestein” entre otras obras, y tendrá en el campo cultural una vida igual de intensa.
La actriz, Eleonora Wexler, le pone cuerpo y alma al personaje que discurre en escena entre las palpitaciones de un corazón que va a detenerse pronto. Tiene una actuación cálida y visceral, que interpela al espectador, y le pide inclusive rompiendo la cuarta pared que la aplauda, como quien pide un abrazo mayúsculo, necesario para seguir un poco más en este mundo irracional que no la comprende. Qué pensaría si nos viera a las mujeres de hoy de su lucha, cuánto le debemos las mujeres hoy a ella y a otras anónimas, que abrieron un camino en la espesura de la noche negra de la invisibilidad. Porque ser mujer en el siglo XVIII, no era fácil, nunca lo es, si consideramos que el planeta todo, guarda en sí muchos mundos diferentes.
La actriz desde su talento y su sensibilidad le da carnadura a un texto fragmentado, que no termina nunca de enunciar del todo cuál es su propósito, que se repite, pero que ella logra que vaya construyendo sentido a partir no de la palabra sino de la gestualidad y la postura corporal. De esta manera, logra una puesta intensa, dura, que nos habla a las mujeres y a los hombres de la platea, para que tomemos conciencia de sus dificultades, grano de arena en un universo cargado de ellas. De la romantización de la maternidad, a su especificidad de peligro de lucha contra la naturaleza, que nos hizo débiles físicamente, ¿de verdad?, y nos obliga a parir un ser desde un canal tan estrecho, y en la posición equivocada; desde allí, el personaje, surge para parirse a sí misma desde un cerebro que se niega al silencio impuesto.
No acostumbro a hacerlo pero le voy a sumar a la crítica un resumen de frases que Mary Wollstonecraft, dejó a la humanidad toda como herencia. Porque su recuerdo se lo merece, y porque la actriz dentro de su personaje, también. Una puesta teatral que más allá de las virtudes estéticas que podamos encontrarle, es un reconocimiento a quienes nos precedieron en una lucha contra el oscurantismo que nos asola aún hoy. Que hiere, pero ilumina, y nos abre al conocimiento como Mary hubiera querido.
Ficha técnica: “Mary para Mary” de Paloma Pedrero. Intérprete: Eleonora Wexler. Diseño de escenografía y vestuario: Micaela Sleigh. Realización de vestuario: Paloma Vieytes. Realización de calzado: José Romero. Diseño de iluminación: Daniela García Dorato. Música original: Mirko Mescia. Fotografía: Alejandra López. Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia. Prensa y comunicación: Mutuverría PR. Producción ejecutiva: Nicolás Asprella. Producción general: Iván Javier Flores. Asistencia de dirección y violines: Claudia Díaz. Puesta en escena y dirección: Marcelo Moncarz. Teatro: El Picadero.
PD:
Frases de ‘Vindicaciones de los derechos de la mujer’de Mary Wollstonecraft (1759- 1797) feminista inglesa.
“El uso adecuado de la razón es lo único que nos hace independientes de todo, excepto de la misma razón despejada, a cuyo servicio está la libertad perfecta”.
“Las desigualdades entre los hombres y las mujeres son tan arbitrarias como las referidas al rango, la clase o los privilegios; todas aquellas que el racionalismo ilustrado había criticado e identificado”.
Es tiempo de efectuar una revolución en los modales de las mujeres, tiempo de devolverles su dignidad perdida y hacer que, como parte de la especie humana, trabajen para reformar el mundo, mediante su propio cambio”.
.»Como desde la infancia se les enseña que la belleza es el cetro de la mujer, la mente se adapta al cuerpo y, vagando por su jaula dorada, solo busca adorar su prisión».
«Lamento que las mujeres sean sistemáticamente degradadas al recibir las atenciones insignificantes que los hombres consideran varonil otorgar al sexo, cuando en realidad apoyan insultantemente su propia superioridad».
“Las mujeres solo deben doblegarse a la autoridad de la razón, en lugar de ser las modestas esclavas de la opinión”.
“La debilidad, la inocencia que tanto se predica del bello sexo, no es más que una forma cortés e interesada de llamar a la ignorancia”.
“Que mi propio sexo me disculpe si trato a las mujeres como criaturas racionales en vez de hacer gala de sus gracias fascinantes y considerarlas como si se encontraran en un estado de infancia perpetua, incapaces de valerse por sí solas”
.»Yo sinceramente deseo señalar en qué consiste la verdadera dignidad y la felicidad humana. Deseo persuadir a las mujeres para que se esfuercen en adquirir fortaleza, tanto en su mente como en su cuerpo, y convencerlas de que las frases suaves, la susceptibilidad del corazón, la delicadeza de sentimiento y el refinamiento del gusto son casi sinónimos con epítetos de debilidad, y que esos comportamientos son sólo objeto de lástima».
“El matrimonio nunca se conservará como algo sagrado hasta que las mujeres, al ser criadas con los hombres, estén preparadas para ser sus compañeras en lugar de sus concubinas”.
«…una niña a quien no se le haya apagado el espíritu por la inactividad o se le haya teñido la inocencia con la falsa vergüenza siempre será traviesa…»
.»El amor, por su propia naturaleza, debe ser transitorio. Buscar un secreto que lo haga constante sería una tarea tan extravagante como la búsqueda de la piedra filosofal o la gran panacea; y su descubrimiento sería igualmente inútil, o más bien pernicioso, para la humanidad».
«El galardón más sagrado de la sociedad es la amistad».
“Hagamos a las mujeres criaturas racionales y ciudadanas libres, y rápidamente se volverán buenas esposas y madres, esto es, si los hombres no descuidan los deberes de maridos y padres”.