La música como emergencia de una sociedad en transformación – I Parte

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La música como emergencia de una sociedad en transformación,

Rap, Trap,  Hip – Hop, Drill, y lo social marginal. ¿Hacia dónde va la convulsión social y las frecuentes migraciones en Europa, qué diferencia hay con la problemática americana, sur o norte, será el tiempo de las rebeliones?

¿Se podría domesticar a la población si ésta fuera intencionadamente impredecible? (RallitoX, creador en plástica del arte confuso)

Argentina: Rap, Trap, Reggaeton, Turreo, RKT, y sus mixturas y variables, sus protagonistas y seguidores.

Mariángeles Sanz Vélez

sanzm897@yahoo.com

Adriana Libonati

superlibonati@gmail.com

Este trabajo que vamos a desarrollar, tiene como finalidad, la búsqueda de la relación entre la música más representativa de una franja etaria que abarca desde la pubertad hasta los treinta años y que engloba no solamente una forma de expresión, sino una cuestión socio – política que guarda una estrecha unión con problemáticas de sectores marginales que denuncian a una sociedad que desprecian, y no negamos que tengan motivos para ello, y que sin embargo, en muchos casos están atrapados por las leyes de mercado que rige a esa sociedad que atacan. A la sociedad de mercado la rige el dinero, y sus formas lícitas o no de conseguirlo, para un único fin demostrado, el consumo. Consumo que constituye un velo sobre todo lo malo que ofrece, escondiendo la crueldad y abandono de las personas en un mundo solipsista y con una creciente falta de empatía que le permite a la mayoría obtener la falsa ilusión de que constituye la manera más efectiva de evasión y felicidad. Estamos en una etapa de investigación sobre la temática, que nos exige la búsqueda de un rigor teórico, y la presente acumulación de datos que vayan tejiendo una trama que nos permite llegar a reflexiones esclarecedoras sobre el punto central: ¿Cuál es la sociedad que nos mira y nos vigila, no desde los centros de poder, sino a través de la marginalidad, y nos lleva a un desconocimiento mutuo, que nos divide sin ver nuestro papel de subordinados a él?

Después de la caída del muro, en 1989, con la llegada de la globalización, la idea de los jóvenes de emigrar no por necesidad sino por obtener nuevos paisajes y nuevas experiencias, se ve hoy en la disyuntiva de un nuevo modo de migración que ya no produce asombro y conocimiento, sino frustración y desarraigo. De la esperanza y la ilusión de un mundo de todos, abarcable y posible, los jóvenes de la tercera etapa, pasan a la incertidumbre, (algunos son directamente inmigrantes, otros son los hijos de inmigrantes que llegaron en pateras o por otros medios y tuvieron la “suerte” de sobrevivir) de tener que vivir en un universo hostil, donde la falta de raíces, la imposibilidad de pertenencia al territorio que ocupan, se mezcla con la discriminación y el desempleo, o el empleo mal retribuido, la falta de futuro y la pérdida de identidad. Identidad rota, que busca recomponerse, o crearse a partir de la música, y como centro y mira de horizonte la obtención de dinero por cualquier medio.

El sueño de un mundo de todos y para todos de la civilización occidental y cristiana, choca con la indiferencia del mundo oriental, (China, India), con el desconocimiento de la realidad africana, y con las desigualdades crecientes en Latinoamérica. ¿Qué territorios abarca hoy la civilización occidental: Europa, incluida Rusia, Medio Oriente, (Israel) los EE.UU, Canadá y algunos de los países latinos en América, fruto de la liberación de la colonización española, y anglo – francesa? ¿Qué queda de sus raíces, en qué derivan y se disuelven sus culturas? Territorios divididos en conjuntos espacio – temporales, franjas etarias, donde los jóvenes están por fuera del proyecto global o dentro de él pero asumiendo su marginalidad y ser los representantes de la contracultura.

Desde allí, la conjunción sonido – imagen les ofrece una territorialidad que los agrupa y a la vez les permite ser personas que defienden su individualidad. Espacios donde lo comunal muere en el horizonte de la ambición personal y el sueño de para ser es necesario poseer y exhibir. El tema de la inmigración agrava una subjetividad que podemos definir como: clavel del aire. Fuera de lo estético: imagen y sonido lo político está atravesado por el resentimiento  a la ajeneidad, y a la carencia constante de comprensión que las viejas estructuras tienen sobre los sujetos, y viceversa. Por eso la búsqueda desde el lenguaje, y muchas veces los hechos, buscan romper con ese mundo – otro sin ética ni moral establecida para instalar sus propios códigos de comportamiento, que sin darse cuenta son funcionales al sistema que desprecian. Ahora sí, definitivamente, descreen de los grandes relatos aglutinantes del pasado, a quienes culpan del deterioro actual.

Conocía el Rap, el Hip- Hop  y el Trap, pero no el Drill, como llegué a él, por pura casualidad, estaba viendo un video de un artista español que tiene un espacio en youtube, se llama RallitoX (1). El video que hizo hace unos meses disparaba una pregunta que a los que nos interesa el arte nos venimos haciendo hace rato: “La creatividad se muere”. Allí mientras describía una realidad que no tiene a la creación artística como una actividad deseable, y hacía una comparación con los años ’80 y’90 en Barcelona, como ejemplo, menciona como al pasar al “Drill” como la música exponente de una realidad que no queremos ver. Estos géneros, Rap, Trap, Drill, Hip-Hop, y sus mixturas, guardan diferencias sustanciales según los países en los que se desarrollan. No es lo mismo, escuchar los sonidos y las letras de Europa que las de toda América, ni las de América del Norte y América del Sur; ni es lo mismo el desarrollo de estos géneros en español o en inglés. Por ejemplo, un representante de España Beny Jr. Un español nacido en Marruecos que tuvo un recorrido diverso por varios géneros, el trap, luego el drill, y ahora un reggaeton con sonido afrotrap. Siguiendo la línea de pensamiento de Figueroa Saavedra, doctor en Historia del Arte e investigador independiente:

 «En los tiempos contemporáneos la calle se ha convertido en un verdadero campo de batalla, donde las tensiones y los conflictos generados por el mundo moderno se manifiestan y tratan de resolverse. Desde esta concepción de la calle como espacio de lucha, todo aquel elemento que configura su paisaje se carga de un significado singular y al mismo tiempo compartido».

Haciendo una interesante mixtura de culturas afro – española con el hip – hop marroquí. Las similitudes son temáticas, el tema del dinero como una meta indiscutible, la marginalidad y la violencia contestataria contra la sociedad, la droga, el sexo por placer, donde el amor tiene poca cabida, y los sentimientos apagados para sobrevivir en una sociedad que sienten que no les da oportunidades ni les ofrece respiro. Son y se presentan a sí mismos como desclasados y lo que la sociedad le dice sobre luchas o rebeliones o formas políticas de hacer, les parecen bobadas, no las escuchan, porque a todos los individuos aferrados al status quo y al consumo los ven como cobardes. Ellos no se asustan ante nada, no le tienen miedo a la muerte, ni al dolor, en contra sentido al dolor que experimentan existencialmente y que calman con la droga, y con el dinero que es la droga que compra todas las demás. Otra paradoja, es la frialdad, al menos en sus letras sobre el amor, y el maltrato a las mujeres con las que se relacionan, y la exaltación de la familia, y la figura materna. Lo que hace ver un tinte romántico muy fuerte, en sus sentimientos, sólo llevado al extremo de no ser radical en contra solo de su persona, sino hacia la sociedad. ¿Estaremos entrando en otro tiempo de revoluciones y conflictos fuertes desde el pueblo levantado como en el siglo XIX? Todos, además son muy jóvenes, alrededor de una edad promedio de 25 años, y muchos de ellos han tenido cuentas con la justicia, por eso la policía, la ley, representante del poder en sus barriadas, tienen numerosos sinónimos: azules, la poli, mozo de cuadra. También es habitual que mezclen niveles de lengua e idiomas diferentes. En los videos utilizan personas reales o dibujos parecidos a las mangas japonesas. Los videos clips son una prolongación del trabajo sonoro, como dicen en su análisis Adriana Libonati y Mónica Bardi: “Es un género de amplia difusión que aparece justamente en el momento en que el de código sonoro contamina de la mano de la canción, el habla.” (2013, 41)

 El mayor representante de drill del año 2023 es Morad, El Khattouti El Horami, de origen marroquí, surge en 2018, y en 2021 colaboró con Bizarrap, cantante y productor argentino y se posicionó como el más escuchado de 2022. Otro representante contemporáneo a Morad es Skinny Flex, Ibrahim El Harrouni, tal vez el que filme los videos de violencia más explícita, no ya desde el comic, sino con personajes que actúan lo narrado en las canciones. Ambos como otros más residen en Barcelona, o en otras regiones de Cataluña, pero el origen es marroquí.

¿Qué pasa en Argentina con estos géneros? Por empezar, la problemática es diferente, aunque algunas de las cuestiones se repiten: la marginalidad, la contracultura, detestan a la policía, y a la sociedad organizada que los deja afuera, pero su ámbito es el conurbano bonaerense, las villas, los olvidados de siempre, los pobres de toda pobreza, que se pueden volver millonarios si la pegan con una buena canción, que sobre todo hable de sus vivencias. Duki (Mauro Lombardo Quiroga), Bizarrap, o Callejero Fino (Simón Nattanael Alvarenga) que lanzó su carrera mientras atravesaba una prisión domiciliaria.  Los géneros que se escuchan y cuyas letras nos sumergen en el universo de la vida del conurbano son: Rap, Trap, Cumbia villera, RKT, Malianteo, Turreo Cumbiatón. Lo sentimental tiene más espacio de desarrollo en sus temáticas, y algunas se entroncan con los tips del tango y el bolero. En el ámbito teatral la dramaturga, actriz y directora, Marina (Cumbi) Bustinza, lleva las problemáticas de esa línea social en piezas como: “Menea para mí” (2014) “Lo que quieren las guachas” (2019), “La Meca” (2022), “Turreo místico” (2023)

En toda la América Latina el fenómeno se repite, y sus representantes abarcan a hombres, mujeres y géneros no binarios, como la artista transexual, Villano Antillano, (Villana Santiago Pacheco) de Puerto Rico, su música es una manera de expresión y resistencia. El trap entre nosotros combina elementos del rap, el reggaetón y la música electrónica.

Tanto en el norte como en el sur del continente americano, y en Europa, lo que los une, más allá de las diferencias notorias, es como están atravesados por políticas conservadoras, o de ultraderecha, que ignoran los presupuestos del humanismo nacido con la Ilustración, y que por fuera de él, construyen desde una oposición reaccionaria, una libertad que deje de lado la sociedad burguesa, y sus principios, tantas veces fracasados, u omitidos, o simplemente evadidos por esa misma sociedad. En un paradigma que nace de los escombros de la historia que ya no es una sucesión lineal, sino una espiral que va en cada peldaño sumando una nueva manera de ver y de vernos en un lugar no lugar, en un espacio creado por la necesidad del momento, espacio que se conforman en una nube de posibilidades. ¿Qué es una nube de posibilidades? Es lo que está adentro de las cosas sin predicción, para la revolución del caos es imprescindible que se produzca a través de la llave de la incertidumbre. Al igual que las galaxias que se expanden, se aceleran y se separan, así la sociedad se acelera, en un tiempo otro, y aleja a los grupos humanos en entidades que se complementan, o se miran en un espejo que les devuelve una imagen parecida pero no igual.

La sociedad está dicotomizada, atravesada por lo arcaico de un paradigma que se transforma sucesivamente, cuyos restos aparecen en la música y en la modificación desde las letras de la forma habitual de comunicación, que rápidamente va pasando del uso de una tribu a formar parte de una lengua que adopta desde allí, no sólo la nueva terminología sino una forma distinta de entender el presente. Todo es un proceso, y todos estamos incluidos en el mismo, de una forma u otra, la mayoría de las veces sin saberlo, porque la misma aceleración de lo producido nos impide ser conscientes del desarrollo en el que estamos inmersos.

Por todo esto, la línea que separa la realidad, pura y dura, de lo concreto, de las calles, se confunde en las redes, con la ficción que lleva esa realidad al arte, sobre todo a las expresiones que tienen lo sonoro junto con la imagen como su medio inmediato de acceso. Se mueven en las calles, se comunican con sus pares, pero no sólo desde compartir una problemática a la cual la música y el éxito rápido les da a algunos, la ilusión de escapar del horror de la marginalidad, sino en otra realidad, la virtual, la que tejen las redes. Como afirma Byung – Chul Han en su texto “Hiperculturalidad”:

“El usuario se encuentra de viaje en el mercado de la red, es decir, en el hipermercado, en el hiperespacio de la información. (…) El usuario no tiene la actitud de una navegación aventurera, sino la de un consumista, la de un turista” (106)

Ser turista de una realidad que fuera del video les duele, es una forma amnestésica de soportar lo insoportable, y de alentar la falsa impresión que la música puede ser vehículo de una felicidad que se niega a aparecer. El futuro prometedor, ante la dureza de los términos, la violencia de las acciones, es peligrosamente una manera de destruir los valores de la sociedad. Porque si lo héroes de la pantalla, que los invitan a surfear su propia vida en las letras y a justificar en acciones de violencia extrema su insatisfacción, aparecen triunfadores allí, donde el dinero es una religión y una teleología, nada de lo que se les ofrece, que la verdad para algunos grupos es inexistente o muy poco, merece su rechazo, su abominación. Sienten que los invade la razón. Por lo tanto, todo lo que aparezca como contracultura, libertario aunque en el fondo sea una manera más sofisticada de esclavitud, los hace pensar en la posibilidad real de un cambio profundo y necesario. Dar vuelta un mundo donde el caos tenga un rango posible y en donde ellos se sientan, ahora sí fuera del juego propuesto por los videos, los verdaderos protagonistas, de una intencionalidad que desconocen, pero que sienten que los representa.

Nietzsche en su aforismo “El caminante” afirma:

Quien sólo en alguna medida ha alcanzado la libertad de la razón no puede sentirse sobre la tierra más que como caminante aunque no como viajero hacia una meta final; pues no la hay. Pero sin duda quiere observar y tener los ojos abiertos para todo lo que propiamente hablando ocurre en el mundo; por eso no puede prender su corazón demasiado firmemente de nada singular; en el mismo ha de haber algo de vagabundo que halle su placer en el cambio y la transitoriedad (Humano demasiado Humano, Nietzsche)

La vida es sólo un presente continúo, sin futuro visible en lo inmediato, un día a día, en un estado de supervivencia, en un mundo donde la guerra, declarada o no, de unos contra otros, es lo real cotidiano; seres que deambulan carentes de solidaridad, y de poder pensar lo colectivo de manera empática; dueños de un solipsismo cruel y suicida; donde la complicidad reemplaza a la amistad. Una de las características de estos grupos y estos protagonistas es la improvisación, podemos afirmar con Stephen Nachmanovitch:

“En la improvisación solo hay un tiempo: el que la gente de computación llama tiempo real. El tiempo de la inspiración, el tiempo de estructurar técnicamente y realizar la música, el tiempo de ejecutarla, y el tiempo de comunicarse con el público, así como el tiempo común del reloj, son todos uno solo. La memoria y la intención (que postulan el pasado y el futuro) y la intuición (que indica el eterno presente) se funden. La plancha siempre está caliente.” (30)

“La plancha siempre está caliente” dice el autor de Free Play, una frase que deberíamos analizar cuando de grupos humanos jóvenes, actores y espectadores se trata, ¿qué significa concretamente? En ese presente de la enunciación de las canciones, está presente el mundo candente que los rodea, y todo arde como un fuego que no se extingue, porque no se halla la posibilidad de un mundo que cambie.

Como afirman Mónica Bardi y Adriana Libonati:

“Hoy en día las audiencias no son homogéneas. Los vínculos que unen a los públicos con las producciones audiovisuales se basan en la emoción, en el contacto, en la identificación. La característica  de la transformación en los consumos consiste en descentralización de la emisión, con la inserción de los receptores en el sistema como programador y emisor. En estos consumos fragmentados las audiencias adquieren relativa autonomía, que se manifiesta de maneras antagónicas: por un lado lo induce a un individualismo que cree emancipador y, por otro, lo sumerge en una intensa sensación de indefensión. Esto lo conduce a integrarse provisoriamente en plurales tendencias” (Bardi, Libonati, 49)

  • ¿Se podría domesticar a la población si esta fuera intencionadamente impredecible?

“Esta es la base en la que se basa principalmente la obra de RallitoX. El artista nos plantea la posibilidad de generar un nuevo paradigma en el que el debate no oscile entre izquierdas y derechas, como ha venido siendo hasta ahora, sino entre racionales y confusos”. (Párrafo extraído de una nota sobre sus trabajos plásticos) Nacido en Barcelona, vivió muchos años en Berlín, y hoy ha vuelto a España y vive en Valencia. “Una revolución en la que las personas defienden aquello en lo que no creen, en la que se apropian de los símbolos antagónicos, en la que el absurdo y el culto al error forman parte de su ADN, en la que, en definitiva, pasamos de vivir en una sociedad capitalista a una sociedad artística en la que el arte es la arteria principal de la que mana lo demás… Como afirma el plástico y crítico  RallitoX denomina la Revolución del Caos. Una acción abierta a todos aquellos que quieran participar y a la que cada vez más artistas se están uniendo, principalmente en Berlín”, y que se extiende a través de las redes.

Bibliografía:

Bardi, Mónica; Libonati, Adriana, 2013. “La audioimagen” Estéticas de semánticas múltiples. Buenos Aires: Ediciones Ricardo Vergara.

Byung – Chul Han, 2018. “Hiperculturalidad”. Buenos Aires: Herder.

Martyniuk, Claudio, 2006. “Nuevos modelos de hostia” Filosofía y matices subjetivos. Buenos Aires: Prometeo

Nachmanovitch, Stephen, 2021.”Free Play” La improvisación en la vida y en el arte. Buenos Aires: Editorial Paidós.

Nietzsche, Friedrich, 1986. «Humano, demasiado humano» por Editores Mexicanos Unidos.

Hemeroteca digital:

Granda, Javier F. “El arte confuso de RallitoX” para “Suite 2043”.

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