Archivos Mensuales: agosto 2016

8 Miradas de Nicolás Manasseri y Fernanda Provenzano

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8 Miradas de Nicolás Manasseri y Fernanda Provenzano

Un salto entre lo simbólico y lo real

000138927Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

La propuesta que se presenta en El Galpón de Guevara y que está construida desde el teatro físico, con procedimientos que vienen de la danza y la comedia musical, es un relato que recorre la problemática del adolescente diferente, y de la relación de éste con esa diferencia, logrando entre canciones y coreografías conmover al espectador sin límite de edad. Es un teatro de adolescentes que tiene un espectador ideal en esa franja etaria, pero sin embargo, el público que reunido disfruta de la propuesta es heterogéneo. Ocho jóvenes actores /bailarines, ocho jóvenes actrices /bailarinas más el grupo musical en escena, con movimientos suaves a veces y otros desmesurados en su expresión de violencia van construyendo una historia fragmentada, que poco a poco va develándose en su integridad. La música, las canciones forman parte de una trama que a veces se delata en los cuerpos y su simetría, otras en sus desequilibrios y caídas, en los movimientos que la coreografía dibuja para una expresión más potente que la palabra. Como espacio para este género de trabajos, El Galpón de Guevara es ideal por las dimensiones de su infraestructura, lo despojado de su ambiente, que provoca las múltiples posibilidades de exploración desde poéticas que necesitan el desplazamiento territorial para expresarse en toda su potencia. De esta manera, los dieciséis cuerpos en escena se mueven y devienen en otros, componen sus personajes y la tensión dramática que la pareja central experimenta, y lleva a todos a seguir los sinuosos pasos de una cinta narrativa que crece y se desarrolla a partir de la palabra, la música y la participación activa de los cuerpos. Ocho miradas que se duplican y proponen varios duetos argumentativos bajo la ilusión de una sola temática que nos lleva a la incomprensión que sienten los adolescentes para sus problemáticas que se agudizan cuando lo diferente se suma a su ubicación en un universo adulto al que quieren entrar, y para hacerlo deben enfrentar una carrera de obstáculos que muchas veces parecen insalvables. Una muy buena sincronización de los elementos en juego hace que el espectador se sienta dentro de la vorágine de movimientos que propone la coreografía, y las canciones y los pequeños diálogos que se encuentren involucrados en el tema: difícil, áspero, como es la soledad de quien no puede hacerse entender. La diferencia vista como enfermedad es una constante en una sociedad que aparta lo que se unifica, lo que no se homogeniza a su criterio, a la “normalidad” de las presencias que responden sin cuestionamiento a aquello que su imaginario propone. El vestuario gris, el espacio vestido de esa tonalidad, ayuda en el contraste con algunos elementos de color, a resemantizar la propuesta de vacío de una existencia que no encuentra su espacio. 13882140_1098735600201679_664834210009226153_nEl punto de partida es la relación entre dos jóvenes hermanos, Josefina y Juan, cada uno tiene su personalidad, por lo tanto, necesitan encontrar un código en común, más allá del lenguaje, para poder relacionarse: “8 Miradas es cambiar el punto de vista, es mover el foco, es intentar dar cuerpo al silencio que se esconde detrás de un mundo que pocos conocen un mundo en donde lo imaginario, lo simbólico y lo real están atravesados por una lógica diferente”1. Miradas para ver a “ese otro” no como diferente sino como adolescente /joven con sus particulares y posibilidades. En el espacio lúdico desde el inicio se instalan las preguntas: ¿qué somos si no somos palabras? ¿Por qué necesitamos las palabras? … Los cuerpos en movimientos son dichos por sus pensamientos, cuerpos que se multiplican y están unificados por el vestuario para sumirlos en el anonimato y así volverlos más vulnerables. Las intensas imágenes visuales y auditivas son la puesta en abismo de la intimidad de los adolescentes y/o jóvenes. La narrativa coreográfica da cuenta de los cambios repentinos de sus estados de ánimo, de las emociones y los sentimientos, y de que forma sus acciones son inconscientes. Cada personaje está atravesado por su propio pensamiento, miedo, angustia, tristeza,… Esas ideas que surgen desde su interior y que ellos intentan canalizar a través del movimiento fragmentado, de la repetición, de movimientos cotidianos. El elenco con profesionalismo da cuenta de que modo la estructura coreográfica propone cierta indeterminación, que no es caótica sino la forma de representar una etapa de la vida donde todo es inestable y de búsqueda constante. Esos movimientos que están marcados por espacio íntimo, por los conflictos, modelarán las coreografías. Con muy poco discurso verbal y algunas canciones, el principio constructivo es el diálogo tónico entre los cuerpos de estos jóvenes bailarines /actores. Una obra de teatro físico musical que esperamos se reponga pronto, pues más allá del perfecto despliegue del elenco y de la acertada iluminación, el ritmo y el clima nos sumerge en el recorrido laberíntico como son nuestros pensamientos y en especial el de los jóvenes.14141689_1113536398721599_7844684816375847544_n

Ficha técnica: 8 Miradas de Nicolás Manasseri y Fernanda Provenzano. Música original: Jimena Roig. Letras de canciones: Jimena Roig, Fernanda Provenzano. Coreografía: Fernanda Provenzano. Elenco: (Josefina) Melanie Quiñonez, Julia Tozzi, Carolina Dos Santos, Rocío Caldés, Nicole Benbassat, Mora Fernández, Ana Julia Franco, Lucia Perdigón, Micaela Yañez (cover); (Juan) Federico Gara, Martín Goldber, Pedro Emanuel Vega, Bruno Coccia, Román Alejo Bazzi, Joaquín Sesma, Facundo Pennesi, Lucas Noda, Juan Mauel Flores (cover). Músicos: (guitarras) Nahuel Tamargo, Jimena Roig; (bajo) Juan Manuel Dentati, (programación de batería) Alejandro Roig. Diseño de Arte y Escenografía: Lucila Rojo. Diseño de Luces y Sonido: Santiago Muñoz. Operador de Luces: Leandro Fretes. Diseño Gráfico: Antonella Scalia. Logo: Mil Ideas de Arte. Diseño de Vestuario y realización: La Costurera Teatro. Dirección de actores: Nicolás Manasseri. Dirección de movimiento: Fernanda Provenzano. Dirección musical: Jimena Roig. Arreglos vocales: Daiana Vecchio. Asistente de producción y web: Antonella Scalia. Asistencia general: Ramiro Manrique. PH y Video: Nahuel Alejandro Lozano. Puesta en escena: Nicolás Manasseri, Fernanda Provenzano. Dirección: Nicolás Manasseri. Producción: Mil Ideas de Arte. El Galpón de Guevara.

1Según gacetilla de Prensa.

Las Ideas de Federico León

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Las Ideas de Federico León

¿Qué es el realismo en el teatro?

11169178_483447548473122_4410368275896587580_nAzucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Federico León pertenece a una generación de dramaturgos, los de la década del noventa, que descree de los procedimientos del teatro realista y busca la posibilidad de llevar al teatro otros instrumentos que construyan nuevas maneras de expresión. En su obra Las Ideas se propone un interrogante sobre la vieja problemática entre la convención y la realidad, entre el naturalismo en escena, se fuma no se fuma, se bebe o no se bebe, y mostrarnos como el mago que devela el misterio de sus actos, como se construye una referencialidad que parece pero no es. Para lograrlo nos lleva de la mano de dos personajes que en un ambiente de ensayo, con una mesa que es tanto escritorio como espacio de juego, el pin pon, objeto que como todos se refuncionalizará en los sesenta minutos que dura la acción, para plantearnos una situación que involucra sus propias vidas con la ficción teatral, y nos presenta interrogantes que acucian a su proyecto creador dentro un sistema que vuelve una y otra vez a contarnos una historia desde la forma aristotélica, con claridad y convicción. 000124756Como toda obra que trabaja con la incertidumbre que la posmodernidad nos obliga a atravesar, nada es una certeza, y el chiste, diría uno, está precisamente en demostrarnos que la verdad se multiplica, se desvanece, o simplemente nos deja siempre otra mirada diferente como otro camino de la certeza. En una puesta en abismo y usando la pantalla de video, de una filmación casera, las imágenes son el centro del relato, en una sociedad donde la mirada es el sentido que más atención requiere y ofrece. El bombardeo constante de avisos publicitarios, las filmaciones o las fotos que se suben al instagram, entre otras formas de ver y mirar y ser mirado, son puestas en una reiteración compleja en un espacio que se quiere teatral, pero que del uso de las formas conocidas deja sólo el cuerpo de los actores, y la palabra que construye el vacío que las imágenes fragmentadas producen. Todo puede ser otra cosa, un animal si lo disfrazo puede convertirse en otro, y al mismo tiempo en ese acto ser objeto artístico, y no sólo una mueca de una mascarada. 000124757Lo real y lo fingido pero sin el condimento ético, es decir, no se propone hacer una crítica social a la hipocresía del ser y el parecer, sino por el contrario, se busca complejizar los elementos que la poética realista propone cuando intenta pasar esa realidad objetiva al espacio de la representación, y entonces la pregunta es si debo o no hacer algo verdadero en escena o fingir que lo hago. El límite de lo permitido, y la trasgresión al mismo queda presentado en la secuencia de la botella de whisky, y su clásico cambio por té, o cuando los personajes fuman un porro en escena para mantener la identidad de una teatralidad naturalista. El teatro como la última de las artes con presencia aúrica quedaría en la mirada del autor como una actividad cuyos procedimientos de reproducción mecánica nos alejarían de la ilusión y nos plantearían una relación con el espectador de deconstrucción de esa experiencia mágica. La producción de elementos que hacemos pasar como reales a la vista del público, el uso de la máscara, y diferencia entre lo real concreto y aquello que proponemos como tal, nos quita la posibilidad del pacto implícito, y nos afirma en la creencia de la construcción del discurso tanto en el teatro como fuera de él.

000127109Ficha técnica: Las Ideas de Federico León. Actores: Julián Tello & Federico León. Escenografía: Ariel Vaccaro. Música y diseño de sonido: Diego Vainer. Diseño de luces: Alejandro Le Roux. Vestuario: Paola Delgado. Casting: Maria Laura Berch. Fotografía: Ignacio Iasparra. Actor en ensayos: Ignacio Rogers. Asesoramiento técnico: Paula Coton & Agustín Genoud. Asistencia general: Melisa Santoro Aguirre & Antonella Saldicco. Operación técnica: Laura Melchior. Cámara y fotografía: Guillermo Nieto. Gaffer: Guillermo Saposnik. Dirección de arte: Mariela Rípodas. Realización de objetos: David D’Orazio. Sonido: Diego Vainer. Edición: Andrés Pepe Estrada. Post producción: Alejandro Soler. Asistencia: Malena Juanatev. Actores en video: Alejandra Manzo, Maitina De Marco, Pablo Gasloli, Alejandro Ini, Barbara Irisarri, Ana María Monti, Patricia Russo, María Laura Santos, José Maria Seoane, Alfredo Staffolani, Martín Tchira, Emanuel Torres, Antonella Querzoli y Gabriel Zayat. Agentes: Judith Martin & Carlota Guivernau. Prensa: María Laura Monti. Diseño gráfico: Alejandro Ros. Producción y asistencia de dirección: Rodrigo Pérez & Rocío Gómez Cantero. Dirección: Federico León. Zelaya. Duración: 60′.000136031

 

Mis tres hermanas. Sombra y reflejo de Marcelo Savignone

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Mis tres hermanas. Sombra y reflejo de Marcelo Savignone

Una versión local de un dramaturgo universal

unnamedAzucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

La versión de Marcelo Savignone de las obra de Antón Chéjov, Las tres hermanas, logra en su sintaxis diferente atrapar la temática del dramaturgo ruso pero trayéndola a nuestra temporalidad y a nuestra idiosincrasia. En una concentración del conflicto los personajes se resumen a las tres hermanas aludidas y al hermano, André. Las primeras desdobladas en el tiempo, en perfectos flashbacks, que hacen del tiempo presente de la enunciación un constante movimiento hacia el pasado, la década del setenta, con todas las implicancias socio – políticas que tienen para nosotros como espectadores. El resto de los personajes, cuando es necesario, se reconstruyen a través de la palabra y siguen con variantes el diseño del texto original. Con un aparato escenográfico que gira, camas estilo marinero, y una puerta que da hacia la extraescena, la dirección de Savignone juega con la temporalidad y la memoria de los personajes, que aparecen como mujeres que recuerdan y como jóvenes que esperan realizar sus deseos en una sociedad violenta como aquella que atravesó y fue atravesada por la dictadura cívico – militar. Los amores, los desengaños, las relaciones filiales, pero sobre todo el deseo, forman una tela que en sus hilos va tejiendo una trama que las une en el amor y en el espanto. El antes que vuelve, y el después que es de concreto, inamovible duro y sin atenuantes ante una verdad que las despoja de toda ilusión posible. Vivir añorando el pasado sin recordarlo con fidelidad, sino como nos gustaría que hubiera sido, tiñe cada tanto los relatos. Esas mujeres son retratos vivos, construidos desde el lenguaje, de la gestualidad y el vestuario de una clase y de una época, enhebrada entre tabúes y prejuicios que conforman paredes de concreto para las moradoras de la casa, que no pueden salir de las telarañas construidas por la obediencia al deber ser, a pesar de todo. treshermanasunnamedEl espíritu chejoviano, largamente transitado por el director, se mantiene a pesar del cambio temporal – histórico. La dirección en su versión libre logra los climas que aquél lograba construir desde la palabra y la casi no acción, de personajes que parecían fracasar ya antes de comenzar a actuar, o que permanecían detenidos en un tiempo propio, tan individual como vacío. El miedo a fracasar provoca el fracaso radicalmente, las máscaras sostienen la mentira de una vida que esconde para los demás, pero no para sí mismo, la calidad de sus relaciones, su soledad y su dolor. El alegato final de Andrés no deja dudas sobre el punto de vista del dramaturgo ruso a través de la mirada presente de Savignone. Las palabras unen ambos continentes en el tiempo de la misma tragedia social y en la versión del siglo XXI cierran la puesta, porque que se puede agregar a tanta claridad. Esta obra que cerraría la trilogía chejoviana –Un Vania y Ensayo para La gaviota– condensa de forma perfecta el clima y el espíritu de sus criaturas. Cada sistema significante encastra con precisión. La escenografía -la casa paterna- tiene un rol dramático importante y está en perfecta sintonía con la determinante iluminación y la significativa música. Todo es sugerente, no hay altibajos ni claroscuros, tambien el cuidadoso vestuario marca leves diferencias dentro de las tonalidades del azul y del gris -cada hermana tiene su personalidad. Es un devenir, como una cinta de moebius, donde todo fluye con la intensidad de Chéjov y el talento, que nos tiene acostumbrado, Savignone. El director ha comentado1 sobre la actualidad del clásico y que gracias a esa escritura tan universal, más allá del siglo que nos separa, le permitió sin cambios significativos ubicar el presente del relato en nuestra oscura década del 70′. Por último, cada actriz con solvencia y de manera acabada construye a su personaje con la densidad necesaria entre forma y contenido, en el límite de su espacio íntimo y el espacio exterior, del tiempo pasado y del presente, un límite que nunca cruzará.

Foto prensa 10 Cristian HolzmannFicha técnica: Mis tres hermanas. Sombra y reflejo de Marcelo Savignone. Actúan: Merceditas Elordi (Irina), Belén Santos (Irina), Mercedes Carbonella (María), Sofía Gonzalez Gil (María), Andrea Guerrieri (Olga), Marta Rial (Olga), Marcelo Savignone (Andrés). Concepción y Dirección: Marcelo Savignone. Escenografía: Gonzalo Córdoba Estévez. Realización: Los Escudero. Vestuario: Mercedes Colombo. Iluminación: Nacho Riveros. Asistencia y Colaboración Artística: Sergio Berón – Chusa Blazquez. Video y Community Management: Rakia Comunicación. Fotografía: Cristian Holzmann. Prensa: Marisol Cambre. Producción Ejecutiva: Sebastián Romero. Producción General: Producciones Belisarias. La Carpintería Teatro. Estreno: 14/08/2016.Foto prensa 6 Cristian Holzmann

1 En la entrevista realizada por Daniel Gaguine

Andrés Binetti: “El teatro es uno de los pocos lugares donde se puede ser impune”.

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Andrés Binetti: “El teatro es uno de los pocos lugares donde se puede ser impune”.

Prolífico e hiperactivo, Andrés Binetti se desdobla para tener tres obras en cartel en su carácter de director y dramaturgo. Pero siempre, planteando diversos interrogantes y nuevas búsquedas al tiempo que se desmarca de su propia comodidad. Mate de por medio, Binetti recibe a ECDL en su casa para hablar de teatro en un todo que incluye planteos e ideas pero con una mirada lúcida y certera.

Daniel Gaguine

El Calidoscopio de Lucy1

Entrevista realizada junto a Azucena Ester Joffe (Luna Teatral)

-Andrés, ¿cómo surge “Ya nadie nota tu dolor”?andres_binetti_caleidoscopio

– La historia viene de antes. Es el grupo que dirigí en una residencia de la USAL. Habíamos hecho una obra llamada “Nadie mejora”, que logró estar dos años en cartel. Ahora me propusieron un nuevo proyecto. Les dije que si pero que íbamos a trabajar sobre ellos, con preguntas específicas. No quería ponerme hacer dramaturgia de la misma manera que venía haciendo, como la Trilogía Argentina Amateur o “Llanto de perro”…Esa cuestión más de “escritorio”, digamos. No reniego de eso. Me parece que está muy bien. No veo un enfrentamiento entre teatro dramático y posdramático. Me parece una estupidez pensarlo asi. Entonces, con el grupo, giramos sobre tres preguntas: a qué le tienen miedo, que quieren ser realmente y qué les pasa con el cuerpo. Cual creen que es un cuerpo escénico. A partir de ahí empezamos a improvisar. Cuando empezas a trabajar con este tipo de relatos más fragmentarios, necesitas encontrar es un dispositivo escénico. Ahí pensamos esto de poner sillas, de hablarle todo el tiempo al público y que no haya vestuario ni escenografía. Es lo único que hay asi como algunos elementos necesarios para contar lo que queríamos contar.

-¿Cuánto tiempo te llevó el proceso de “Ya nadie…”?

– Ensayamos todo el año pasado y la estrenamos en abril. Ensayamos mucho y se encadena con la idea de preguntarnos cosas. Investigamos mucho. Es un grupo de actores jóvenes con ganas y daba para probar. Descartamos muchísimo material. La obra me tiene contento porque es una síntesis honesta del relato que queríamos realizar. Es interesante buscar en esos lugares. Esas texturas de actuación y espacios porque sucede algo…de lo ritual del teatro. Es muy contemporáneo por un lado y también verdadero por otro. Una sensibilidad bien entendida. También entiendo que haya gente que se hinche las bolas porque los chicos le hablan o porque uno se saque una foto con el público. La verdad estoy muy contento con todo lo que estoy haciendo. Puedo elegir lo que hago y cómo hacerlo.

-Además rompe con algunas cosas respecto a quien conocía a tu obra…

– Está bueno eso. Entiendo que para construir relato haya que clasificar. Es necesario para ordenar el campo y la praxis. Pero está bueno no definirse uno cuando genera un relato. Después, que la gente diga lo que quiera. Es todo válido. Nosotros, a la hora de crear, no queremos ser biodramáticos ni posmodernos ni nada. ¿Qué queremos contar? Fue muy interesante el proceso cuando trabajamos sobre los deseos. Improvisamos mucho sobre cosas más comunes (“yo quiero ser un superhéroe”) hasta que empezaron a aparecer relatos en los que decíamos si les creíamos o no. “Quiero ser tal cosa…” y la respuesta “no te creo”. Asi fue que, con los ensayos en los que proponíamos algo nuevo pero manteniendo la consigna, surgió un “me gustaría ser una bailarina de un cabaret de ruta”, “me gustaría ser un patovica de un boliche para adolescentes”. Hay una pulsión ahí que es verdadera y empieza a generar un tono de actuación conmovedor en tanto “mover con uno”. Les crees en el sentido del acto de actuación y no porque sos buen actor, como actor creíble. Entonces, aparece eso y ahí dijimos que era nuestro espectáculo. Es lo que estamos haciendo ahora. Eso no quita que dentro de dos años, hagamos un Discepolo y está buenísimo. Pero creo que no está bueno encasillarse. No está bueno responder a cierta lógica como de “mercado”. Tiene que ver con esto…Hasta hace un tiempo, las generaciones tenían que imponer su discurso. Un teatro discutía con el otro pero creo que esto cambió. No está más en discusión el imponerse en el referente del público culto de la Capital Federal.

-Un Boedo-Florida…..

-Claro! La grieta está ahí y en su relectura. La imagen del gaucho de Sarmiento, de Borges. Hay que aprender de eso. Está buenísimo que haya una dialéctica pero también está bueno que haya una búsqueda sin que esto implique imponer un discurso legitimador lo cual no está tan bueno. Te empezás a repetir. Empezás a responder a una lógica como “le gustará a tal crítico?”, “le gustará a mi tia Tota”, “les gustará al público que vino a verme?”. Ahí se pierde cierto espacio de búsqueda que, para mí, es muy necesario en el teatro actual. Por eso hay tanto teatro con mucha producción y con mucha repetición. La búsqueda es lo único que puede generar nuevos discursos reales.

-Imagino la sorpresa del público…

– En general, se sorprenden. Hace tres meses que estamos en cartel por lo que hay público que había visto “Nadie mejora” y nota que hubo un crecimiento. Son chicos de 25, 26 años por lo que se nota que se están formando y creciendo. Esta es una obra más radical. Después está el público que me conoce, se sorprende más porque –quizas- esperaba un neogrotesco o algo asi, que venía haciendo, no es esto. Pero viene bien. El otro día, Mariela Asensio preguntaba por Facebook “por qué te preocupa tanto si no le gusta a alguien lo que haces”. No pasa nada si no te gustó. Es teatro, no estamos operando a corazón abierto. Uno hace lo mejor que puede, con todo el amor del mundo. Igual, hay teatro de Buenos Aires que me resulta insoportable, con mucho chanta que ensayó dos semanas y se manda a hacer una obra. También tenes gente que tiene mucho laburo y no me gusta la estética o piensan al espectador, como si fuera un niño de 11 años al que se le da todo armadito. No voy y listo. Las discusiones deben darlas las obras más allá de lo que decimos nosotros después al respecto.

-Pero hay obras que construyen un espectador un poco limitado, por decirlo de alguna manera.

– Si. Es un teatro de Palermo que plantea un conflicto como “se me rompió la heladera” o “discutí con mi novia” como si fueran conflictos gravísimos.  Hay algo de eso que es un poco molesto. También es cierto que tiene la ventaja de producir una identificación inmediata con un público de clase media que concurre a ver este tipo de obras. Pero achata un poco.

-Pero….¿No baja el nivel del espectador?

– Hummm….no creo que tenga tanto poder el teatro como para generar eso. Poder que si tiene la televisión. Creo que hay relatos que apuntan a ser “cómodos”, a representar la realidad tal cual es. Esto permite la identificación con un actor o un tipo de relato. Al respecto, retomo lo que dice Pompeyo Audivert y el “piedrazo al espejo”. El teatro no puede ser un espejo de la realidad. Tiene que ser deformado por un piedrazo, sino terminamos copiando un mal llamado “realismo”. A la vez hay que ser consciente –y uno se pone medio brechtiano-, que ese teatro tiene un poder muy fuerte como el de la identificación. Por ese motivo, mucha gente va a ver stand up –que no es bueno el que se hace en Buenos Aires en su gran mayoría-. Van a verlo porque te habla de vos y de tus “cositas”. Si te subiste al avión y te ataste mal el cinturón o si tu novia se fue con otro. Son “cositas” y eso es muy placentero para mucha gente. Se supone que el teatro debe ser más pretensioso –en el buen sentido de la palabra-  con el lenguaje. Pelearse un poco con eso, sabiendo que tenemos la herramienta. Tratar de trascenderla y generar lenguaje. Las obras más extraordinarias generan lenguaje. Tal es el caso del fenómeno de “Terrenal” que es extraordinario por donde lo mires. El mito de Caín y Abel, tan conocido pero con un lenguaje neobarroco,  es el éxito más importante del off de los últimos años.

También hay que pensar qué fue a ver el público. Sobre todo el teatro que convoca más gente. Si uno piensa a como era el teatro en los 90 y como es ahora, no tiene nada que ver. Hubo un gran crecimiento a esta parte. En los 90, lo que más vendía era “El champagne las pone mimosas”, que es un clásico de esa época. Después aparecen otras cosas que tienen más búsquedas, apelando a un espíritu más norteamericano o europeo. Un dramaturgo argentino o boliviano no tiene el mismo peso que uno francés. Eso pasa. Se apunta a los éxitos porque hay una inversión de guita de por medio. Pero en el teatro independiente no tenemos esa necesidad. Por el contrario, nos permite ser impunes al respecto. El teatro es uno de los pocos lugares donde se puede ser impune. Está bien serlo aunque sea una palabra denostada y compleja en otros ámbitos. Esta bueno no responder a la lógica de lo que está de moda. No tratar de hacer la obra que ya funcionó.

-Noté en tus últimas obras que estas con muchas preguntas y con una búsqueda referida al teatro pero usando otros lenguajes como un recital de rock.

– Si. Tengo un tema con la teatralidad. De hecho ahora estrené una residencia en la UNA, una obra llamada “La Rascada”, que trata sobre los actores de Costanera Sur. Investigamos mucho sobre esos actores de los cuales aparecieron artistas como Chasman y Chirolita, Pepitito Marrone o Pepe Arias. Me interesa mucho la idea de la actuación. ¿Qué cuerpo actúa? Estoy tratando de tomar distancia –de lo que me sentía un tanto incomodo-con cierta idea de neogrotesco o lugar estético que me gusta mucho pero que sentía que no podía progresar más.

-¿Tenías miedo de copiarte a vos mismo?

– Si, aunque suena un poco mucho, no? (risas) La idea es esa. Sentir que estaba un poco agotado o que estaba canchereando. El verano pasado, monté “La patria fría” en la Comedia Municipal de Bahía Blanca. Un proyecto alucinante porque es una de las pocas comedias que quedan con presupuesto, con los actores laburando. Se alquiló una carpa de circo para hacerla en la plaza. Ensayándolo ahí, con una dinámica más cercana al teatro oficial, me di cuenta que no sentía mucho desafío ahí. Amo “La Patria fría” pero cuando volví de Bahía Blanca, empecé a buscar por otro lado. Surgió esa inquietud. Sorprenderse es lo mejor que te puede pasar.

-Abordás otros mundos. Con «Proyecto Garage» tirabas muchos guiños a músicos y melómanos.

– Es cierto. Ese es texto mío, de “gabinete”. Kartún dice una gran verdad en el sentido que “no se puede escribir sobre lo que no conoce”. Lo que uno hace –que es lo genial de la escritura- es conocer mundos. Para poder escribir, tenes que investigar y buscar mucho. A mi me gusta mucho el rock. Era de ir a recitales y seguir bandas. Hay algo de ese mundo que me gusta de por si. Cierto tipo de rock y cierto tipo de teatro están emparentados. Siento que soy una especie…o pensarme como un rockero del teatro y no tan intelectual. El teatro también tiene un lugar muy emocional, sensible o sensibloide, lo cual me rompe un poco las pelotas. Vas a un estreno y están todos a los abrazos y besos. No es lo que más me gusta. Está bien. Cada uno hace lo que le gusta pero me interesa una cuestión más “rockera”. Más dura y verdadera, o un lenguaje en el que me siento más cómodo para manejar, que es la forma en que me relaciono con mis alumnos, mis actores y mi gente.

Los que tienen más conocimientos del rock se engancharon con guiños como la pregunta de cual bajista tuvo una carrera solista exitosa y está con un bajo Hofner o la forma en que piensa el baterista. También se interesaban mucho sobre que sería el éxito y el fracaso para una banda. El rock tiene algo que es demoledor, que es que maneja otros parámetros. Preguntas como ¿Por qué los Piojos llenan River y Me Daras Mil Hijos, no? Musicalmente no hay tanta distancia. Ahí está el tema del “hit”. Hay una magnitud –que el teatro no tiene- que empieza a mover cuestiones más reales relacionadas con la guita. Un rockero se puede hacer millonario en cinco años.

-Un actor, ¿no?

– No, para nada, porque en la tele tampoco se gana tanta guita. Habrá cinco “rockeros” de la actuación que lo podrán hacer pero no es la mayoría. No digo que sea una carrera más dura pero está la fantasía de un salto “exponencial” más claro en el rock. En el teatro independiente no existe esa fantasía. Hay gente que le va bien y hay muchos que vivimos del teatro. No me quejo ni en pedo pero es un oficio más artesanal.

-En los últimos años se dio el fenómeno que varios actores del off han llegado a estar en producciones importantes de la tele y hay colegas que quieren lo mismo…Lo ves asi?

– Si, pero esto es histórico. En “La rascada” decimos la frase célebre de “un día comemos faisán y al día siguiente, comemos las plumas”. Es asi para la mayoría de los actores. Por eso el actor agarra todo lo que puede porque, al año siguiente, podes no tener laburo y tenes que remarla. Eso es muy difícil. Después tenes el tema de la fama que es distinto al tema de la guita y el laburo. Debe ser difícil bajarte de firmar autógrafos y que las chicas o los chicos te miren a que no te reconozca nadie. Ser reconocido….me parece que a los actores les pasa eso y es parte del asunto. En eso si, hay similitudes con el rock. El ser conocido no implica que cortes tickets en teatro. Habrá diez actores que cortan tickets hagan lo que hagan. Darin, Francella, Susana o Peretti. En algunos actores debe rondarle la idea de llegar a ese lugar porque no hay tanta distancia artística por llamarlo de alguna manera. En la música es más jodido eso. Estoy seguro que muchos tipos pueden componer un tema de Los Piojos pero estos tuvieron la “genialidad” de hablarle a la gente y que los escuchen. Juegan muchas cosas…No es algo matemático.

-Después de ser dupla tanto tiempo con Mariano Saba, ¿cómo fue ahora trabajar con Michelle Weijman, en “Proyecto Garage” y “Proyecto Posadas”?

– Fue distinto….Michu fue alumna mia y asistente en “La patria fría”. Después se recibió de directora. Conocía mucho su evolución. Cuando ella dirige, no me meto para nada. Soy medio calentón y veo un ensayo…No vi ensayos. Solo uno en el medio y un par de funciones el año pasado pero no hablo con los actores. Hablamos por teléfono y le digo lo que pienso pero como “espectador” y un invitado al ensayo. Trato de respetar ese lugar porque Michu tiene mucho talento como directora y ese es nuestro código. Escribo para que ella dirija por lo que no me voy a poner a dirigir.

Con Mariano estamos en un parate. Hicimos ocho obras en tres años. Fue un amasijo de escritura y dirección por lo que está bueno renovarse en varios aspectos.

-¿Hubo gente que fue a ver “Garage” como si fuera una segunda parte de “Posadas”?

– Si, pasó. Sobre todo porque había mucha gente que la vio a “Posadas” y se armó un circuito de gente. Lo pensamos como una continuación y los que vinieron se sorprendieron…no sé si para bien o para mal. Cada obra tiene lo suyo. “Posadas” tenía algo que generaba….Si bien la temática era más dura, generaba una atmósfera más amable en la función. “Garage” es más hostil en ese sentido. Probablemente algo de eso haya pasado. Está la frase de “sacarle las tripas al ministro de cultura”…y la escribí hace poco más de un año. No estaba Lopérfido y es bueno como se va resignificando.

En torno a una cuestión más generacional, me definí como parte del “nuevo teatro político” post neoliberal. No en vano estoy en el Teatro del Pueblo y me reuna todas las semanas con Tito Cossa o Perinulo. Hay una continuidad y creo que parte del aprendizaje que hizo  nuestra generación, post Caraja-jí y teatro alemán refritado, tiene que ver con que no tenemos respuestas sino preguntas. Todo mi teatro propuso preguntas. Esto tiene que ver con la caída de los grandes relatos. Uno quiere ser de izquierda y lo ve a Hollande. ¿Eso es izquierda? Esta es una época de preguntas. Uno necesariamente, pone el cuerpo desde el lugar que laburamos nosotros, con cierta ingenuidad y honestidad. No me siento un director o un dramaturgo al estilo “Yo soy tal…”. Es más, cada vez se me hace cada vez más dificultoso el generar relatos que sean contundentes. Uno tiene oficio para escribir o dirigir pero si uno quiere ser honesto, tiene que enfrentarse con las preguntas que surgen. Esto también va a nivel político, el preguntarse porqué ganó esta derecha, con este nivel de relato y la tolerancia de la sociedad. Es para preguntárselo.

-¿Cómo fue el proceso de “La Rascada”?

– El texto es una mixtura. En estos procesos, tiro una idea a la hinchada y cuando prende una, vamos adelante. Siempre empezamos jugando, improvisando, entrenando. Hacemos lo que dice Kartún de “tirar imágenes”. De hecho, Mauricio vino a charlar con nosotros. Les tiré la idea del actor popular y se armó algo lindo. Kartún me pasó unos textos maravillosos sobre las investigaciones sobre la Rascada y la Costanera, unas entrevistas que había hecho a algunos cómicos y un ensayo que escribió para un congreso de Getea. Le pasé esos textos a los chicos y se coparon. Se armó y después escribí en base a las improvisaciones. También hago algo de dramaturgia en vivo en la que les doy algunos papelitos. Tienen una lógica impecable para improvisar. Es muy bueno el nivel de la UNA. Se trabaja sobre el lenguaje para lograr un verosímil de época. Me meto mucho en las escenas. Los vas guiando y se va armando. Es una especie de creación colectiva pero de la dramaturgia me ocupo yo directamente.

-¿Van a estar hasta fines de agosto?

– Quizas sigamos. El proyecto de graduación es cuatrimestral. Armaron algo que está muy interesante. Se ensaya un cuatrimestre, 20 hs por semana, cuatro días. Se estrena a finalizar el cuatrimestre y después se hacen 20 funciones. Es una temporadita. Se armó algo muy lindo ahora. Es como el potrero. Los chicos quieren actuar y hay una energía muy fuerte y genuina. Es la esencia más pura. La lucha después, es conservarla. Es un mundito más relacionado al grotesco donde hubo muchos actores que quedaron en el camino y no les tocó ser como Pepito Marrone o Pepe Arias. La idea de las variedades te permite un relato muy abierto como para integrar a los quince actores.

-¿Cual es tu opinión con respecto a la gran cantidad de obras de teatro que hay?andres-binetti_caleidoscopio

– Está buenísimo. No me peleo con la idea que un director se queje porque hay mucho teatro. Esas ideas un poco tenebrosas para mi gusto. Creo que hay un problema serio que habría que pensar que es que el off ha sido tan abarcativo que incluyó al teatro vocacional, que antes era una especie de “cuarto espacio”. Al integrarlo, te pasa que vas a ver obras o materiales que no tienen la calidad de una obra. Obras que se hacen entre amigos que terminaron un taller hace unos meses. Terminaron, se juntan tres y dicen “Hagamos una obra”. Me pasa como autor que me escriben “Andrés, ¿tenes una obra con dos femeninos y un masculino, que tenga humor?”. Si estas pensando algo asi, te aseguro que no. Por más que la tenga, ¡no te la doy! (risas) Ese es el lugar del teatro vocacional que toma el parámetro del teatro comercial, pifiándole de aquí a la China. Puedo entender que actores profesionales, con años de estudio y perfeccionamiento, un director que sepa muchísimo, se reúnan un mes y medio y resuelvan el problema de hacer una obra. Pero si tenes 22 años y pensas que eso es hacer teatro, es teatro vocacional. Cuando el teatro vocacional se mezcla con el alternativo, terminas viendo cosas de una ingenuidad pasmosa. Te dan ganas de pelearte con eso pero habría que generar distancias para que eso mejore. ¿Cuál sería la solución? No sé. En un punto, decanta todo. Por el movimiento que vivimos desde hace tantos años, tiene que ver con las crisis del país y la vocación que ya tenía. Hago teatro porque mi imagen era “si me voy a cagar de hambre, que sea al menos por algo que me gusta”. Laburé de mil cosas mientras me formaba. Mucho de lo que se ve hoy, también sale del mismo lugar. Es cierto que se estrena mucho pero a la gente más joven le digo que estrene algo de lo que este orgulloso. Pero también pasa con el oficial y el comercial. Es penoso escuchar actores que decían “Estoy en el San Martín –cuando estaba abierto, no como ahora- pero no vengas”. Era porque “dirige tal”, “estoy por la guita”. Es terrible eso. Tenes que ir cuatro veces por semana a hacer algo que no te gusta y encima te da vergüenza. Eso pasa mucho. Ahí es donde tenes un tema fuerte. Uno lo entiende a un actor de cierta edad cuando te dice “lo tuve que hacer”, “tengo un pibe”, etc. Lo haces pero a pesar de tu vocación. Cuando un tipo estrena su primera obra, en esas condiciones y junta la guita para pagarle al prensero, se equivoca. Ese es el teatro vocacional. Si no podes estrenarlo ahora porque no ensayaron lo suficiente, estrénalo el año que viene. ¡No te corre ni te presiona nadie! Tomate un tiempo y estrená algo de lo que estes orgulloso. Ahí está algo que es una síntesis de mi situación. Cuando estrenas algo de lo que vos estas orgulloso –aunque suene un poco ingenuo-, en el punto para estrenar, lo que venga no te preocupa tanto. Viene mi tía Tota y no le gusta, está todo bien. Me ha pasado algunas veces, en el Rojas, con proyectos como los Decálogos, que uno hacía por el prestigio…Después si vienen y te dicen “Esto es feíto”, ¡tiene razón! Esos proyectos, con la presión del tiempo, salen cosas interesantísimas con lo que diría Brook del “teatro tosco”. Ensayamos tres semanas y sale algo interesante. Cuando sale mal, sale mal y no está mal que salga mal. No hay que castigarse tanto al respecto. El teatro tiene que ser un lugar más lúdico, cercano al placer.

-¿No está muy solemne el teatro?

– Si. Hay una cosa seria y solemne…búsquedas que están en ese sentido pero después ves “Tarascones” que me encantó. Es extraordinario y ves una fiesta teatral, con Ciro Zorzoli dirigiendo y cuatro actrices superlativas. El tono de la actuación y ver esas actrices haciendo eso. También “Terrenal” y “La denuncia”, que está muy bien. Hay un montón de teatro extraordinario.

-Sos docente ¿Tus alumnos quieren estudiar o ser estrellas?

– Enseño actuación en cuarto año, en las residencias,y los agarro muy avanzados. Hay como una cierta cachetada de la realidad. Siempre los jodo con Nicolás Cabré que nunca estudió, porque fue a una clase, se aburrió y ahora es una estrella, lo cual está muy bien. El primer impulso tiene que ver con la idea de la fama y salir en la tele, pero cuando los agarro ya están curtidos y están más cerca de una teatralidad, y de las condiciones de producción más que de reconocimiento. Siempre jodemos con que “cuando salgas en la tele no me vas a saludar más”. Siempre hay algo que sobrevuela….pero el tipo que es famoso, la “rock star”…Cuando uno empieza a laburar y construir lenguaje, aparece algo más poderoso. Importa el público pero no el reconocimiento en términos de la fama. Los premios importan porque con ellos viene más gente, para confrontar con ese material. Para eso hacemos teatro. Después está qué público quiere uno que venga….

-Ese es otro tema…

– Ahí hay que trabajar. Me da la sensación que se quiere que venga la gente del último éxito. Ahora será la gente que está viendo “Mi hijo solo camina un poco más lento”, que antes vio a “La omisión de la familia Coleman” y antes “Máquina Hamlet”. Ahí hay un lugar complejo en el que el teatro independiente se cierra en si mismo y termina mordiéndose la cola. Eso se puede ver en las salas off Corrientes, que tienen poco vínculo con el barrio. En nuestro caso, con “Ya nadie nota tu dolor”, estamos volanteando y publicamos en los periódicos del barrio. La gente viene y es del barrio. Pero ese tipo de vínculo…o los lugares que nuclean gente, cuesta mucho hacer circular las obras. El off convoca menos gente que el comercial y es minoritario necesariamente. Creo que debería haber más articulaciones pero también creo que es porque el teatro está perdiendo su lugar en varios ámbitos. Es una pena porque hay muchas obras del off que toman el modelo convencional de la calle Corrientes, lo hacen mejor, actúan mejor, con una dirección mejor y lo hacen en una sala para 60 personas por lo que podes verlo mucho más cerca….pero Francella es Francella. Es una pena que no haya circulación pero también es comprensible que se quiera ver a Francella y no otra cosa.

Es más, la obra que no funciona, no lo va a hacer ni aunque le regales la entrada. Hay obras que tienen al azar de su lado y otras que no.

-¿Crees en el azar que pueda tener alguna obra?

– Si. De hecho “Ya nadie nota tu dolor” es una obra con azar. Estrenamos hace cuatro meses y dijimos de hacer un par de funciones para probarla, antes de hacer prensa. Era para los amigos únicamente y empezó a caer gente. Es más, ni la subíamos a Facebook. Caía gente que pasaba y preguntaba “¿Qué hay hoy?”. “Estamos mostrando un ensayo…”, “¿Se puede pasar…?” y asi fue la cosa. Ahí digo que tiene azar. “La patria fría” fue una obra con azar y “Al servicio de la comunidad” no lo tuvo. En un punto, no la vio nadie. Si te muestro, la vio el 10% de gente que vio “La patria fría”. Es más, cuando hicimos la trilogía en Apacheta, “La patria fría” se llenaba a las 18 hs, pero “Al servicio de la comunidad”, a las 21 hs, no se llenaba. Tenía menos gente. “Después del aire” anduvo bien en el Teatro del Pueblo la primera temporada, en Apacheta más o menos y en la Casa del Bicentenario, se llenaba. Las obras van andando y tienen azar. Con “Ya nadie nota tu dolor” quiero ver que pasa cuando deje de venir un poco de gente.

-Todos los directores tienen una obra que podría ser “maldita” en tanto que está buenísima pero no anduvo por algún motivo. ¿Cuál sería la tuya?

– A ver…la mitad de mis obras….(risas) pero “Al servicio de la comunidad” sería una de esas. Tampoco me quejo ni reniego ni nada. Es más, creo que es la mejor de la trilogía. Tenía algo muy poderoso como la idea de ese Hamlet en un cabaret pero no terminaba de cuajar…pero bueno…

-Si Andrés Binetti no era dramaturgo/director, ¿Qué hubiera sido de su vida?

– Mafioso! (risas). Hice Ciencias de la Comunicación. Imagino que laburaría de alguna cosa de esas. Empecé a estudiar la carrera muy fascinado con Fabián Polosecki y el Lanata de esa época. Todavía tenía cierta imagen romántica del periodismo. Leía mucho a Arlt, Walsh y de a poco me fui dando cuenta de lo que era la realidad.

-Si por la puerta de la casa, entrase el Andrés Binetti de su primera obra, ¿qué le dirías?

– Es difícil. Cuando uno empieza tiene mucha soberbia pero es un mecanismo de defensa. Entonces, me acuerdo que cuando empecé a mirar teatro, me parecía todo una mierda. En realidad, lo que te pasa ahí es que te aparece la angustia por el no poder hacer, que la transformas en ira y bronca. Es porque te faltan herramientas, conocimiento, formarte..y decís que todo es una mierda. Lo veo mucho en alumnos que te dicen “este actor no me gustó tanto”. Ahora, desde la madurez, uno ve que es una boludez pero ese mecanismo de defensa te ayuda a pararte y producir. Si no uno dice “Después de ‘Terrenal’, ¿para qué vamos a ensayar otra obra?”.

Suelo trabajar con “Edipo” cuando doy dramaturgia, por lo que la leo varias veces. Uno lee “Edipo” o “Hamlet” y…no hay obra mejor. Le diría eso, que sea menos soberbio y esté menos enojado con la vida.

Ya nadie nota tu dolor”. Patio de Actores. Lerma 568. Sábado, 21 hs

La Rascada, un teatrito de las orillas”. UNA –sede French-. French 3614. Domingos, 19 y 21 hs.

Sainete radiofónico”. Teatro El Crisol. Scalabrini Ortiz 567. Sábado, 20 hs.

César Brie en Buenos Aires

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César Brie en Buenos Aires

La recuperación de una identidad

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

César Brie, como tantos otros dramaturgos de nuestro país sufrió en los años difíciles de la Dictadura cívico – militar un exilio que se convirtió en una ausencia por demás prolongada. Retorna a nuestro, su país, y a través del teatro recupera en esta puesta como en las que viene desarrollando en el campo de la ciudad de Buenos Aires1, para él y para otros muchos que pasaron por la misma experiencia, una identidad nutricia, origen de su presente, causa última de su añoranza y deseo de volver. Ese deseo es el de encontrarse con un campo cultural que le debe un lugar en el canon de dramaturgos consagrados, aunque haya sido fuera de su país, y por otra parte, el de ofrecer con generosidad un arte que tuvo años de un desarrollo intensivo, de una experiencia que proviene de los materiales de su propia biografía, pero también de las lecturas que el tiempo nos regala, y de las vidas de aquellos que se cruzan en nuestra realidad y nos brindan su preciosa carga de vida, como un libro abierto donde poder encontrar las pistas para el camino que todavía nos toca recorrer. Que mejor que el teatro para dar forma y sentido a la encrucijada del vivir en un mundo que nos presenta a cada paso un problema a resolver, un interrogante que develar. Como el mismo afirma:

El teatro vive y muere en el presente. Decir el presente, darlo vuelta, desviscerarlo, comprimirlo. Dejar en el crisol de una obra, como intentaban los alquimistas, el oro puro, o sea, la pura inquietud, la temblorosa luz que no deja en paz a las sombras. (2013, contratapa)

La voluntad-41 (1)La voluntad (fragmentos para Simone Weil)

Mi soledad abrazaba el dolor de los demás hasta morirme2

Esta es la primera obra que estrena el dramaturgo, de un total de cuatro piezas, una verdadera experiencia para los amantes del teatro. En el amplio espacio escénico de El Galpón de Guevara observamos pocos elementos -el muro que luego será una cama, donde dibujar las siluetas de aquellos fusilados, donde escribir con la urgencia de una vida corta,… No es necesario más, para darle cuerpo a la filósofa francesa, Simone Weil. La pregnancia escénica de la joven Florencia Michalewicz focaliza nuestra atenta mirada desde el inicio, mientras César Brie le da voz a los personajes masculinos que van relatando distintos momentos y es el partener perfecto para crear el clima intelectual y doliente del mundo femenino. Las imágenes visuales tienen la intensidad y la poesía de la escritura dramática a partir de la perfecta selección de los fragmentos. Si Brie les da textura de manera acabada a distintos personajes masculinos, Michalewicz condensa la historia de una vida admirable y muy poco conocida. El enfermero, uno de los personajes, la cuida y le recuerda que debe comer, mientras nos relata que Simone murió de inanición a la edad de 34 años, pues se olvidaba de comer pero se ocupaba de los desprotegidos, su joven cuerpo fue atravesado por las tensiones y los horrores de la sociedad durante las primeras décadas del siglo XX. Y ese es el cuerpo “perforado” por tal coyuntura que se materializa en escena, territorialidad adquirida a través del discurso verbal y, en especial, del discurso corporal. Pues en cada mirada, cada gesto, cada movimiento del personaje femenino es, a su vez, Simone y Florencia y son todos aquellos sufrientes y desprotegidos. La escritura escénica de Brie es intensa y no cae en lugares comunes sino que le otorga el vuelo poético para poder aprehender tanto dolor y humanidad por el otro, sin rostro, sin religión, sin distinción.

Sus citas, rotundas y certeras, aparecen como referencias a su pensamiento, marcado por un itinerario vital e intelectual que se manifiesta en tres direcciones: una búsqueda continua y apasionada de la verdad, que la lleva a estudiar Filosofía y a interesarse por todas las manifestaciones religiosas; una marcada pureza natural que se asombra ante la contemplación de la belleza del mundo y del arte, en donde presiente la huella de Dios; y una vulnerabilidad ante la desgracia de las clases más desprotegidas de la sociedad, que la llevó a luchar por mejorar sus vidas.3

Un devenir, un acontecimiento teatral intenso que multiplica los sentidos y deja una fisura para nosotros, como espectadores, de hurgar en los escritos, poemas y reflexiones intelectuales de Simone Weil.

Ficha técnica: La voluntad (fragmentos para Simone Weil) de César Brie. Actúan: Florencia Michalewicz y César Brie. Producción en Argentina: Larisa Rivarola y Banfield Teatro Ensamble. Música: Pablo Brie. Escenografía y vesturario: Giancarlo Gentilucci. Fotos: Mariana Fosatti. Prensa: Simkin & Franco. Diseño Gráfico: Martín Bolaños. Estreno en Buenos Aires: El Galpón de Guevara: 05/08/2016, Timbre 4: 09/08/2016, C. C. Recoleta: 13/08/2016. Duración: 70′.

000134917El Paraíso Perdido (primer capítulo)

(Basada en recuerdos, testimonios y textos de los intérpretes)

En esta oportunidad, César Brie es el gran demiurgo que no aparece en escena pero que se muestra a partir de sus invisibles y sólidos hilos. La obra surge a partir del laboratorio de investigación que duró un mes o algo más y se estrenó dentro del marco de la Bienal de Arte Joven 2015. Es la búsqueda, dirigida por Brie, a partir de las historias personales, de los recuerdos de la infancia y adolescencia, también de sus deseos y miedos tan cotidianos que nos pertenece. Un trabajo actoral coral acabado que de manera perfecta dibuja la generación a la que pertenecen estos jóvenes entre 17 y 30 años. Ponerle el cuerpo a esos retazos de la memoria no es tarea fácil pero para cada escena, cada intervención, hay un tono y una mirada precisa, así el clima se va construyendo entre lo humorístico y lo dramático. Por momentos, le dan la voz a aquellos niños que fueron y, en otros, a esos adultos que serán pero también a los jóvenes que hoy son. Cada integrante del elenco le otorga a su personaje una determinada particularidad y, a su vez, somos todos, son seres queribles, tiernos, espontáneos, con la emoción a flor de piel y eso se transmite de forma inmediata a cada espectador. ¿Quién no tiene un paraíso perdido? ¿Quién no se ha preguntado o pregunta dónde estarán esos paraísos que hemos perdidos? En el amplio espacio escénico despojado, con muy pocos elementos, los jóvenes / personajes le ponen el cuerpo y le dan la voz a esos jirones de la historia personal que nunca olvidarán -de la infancia, los hermanos, el abuelo que ya no está, el primer beso,… Mientras juegan con globos de colores y en el medio del espacio lúdico una casita, una miniatura, que adquiere otra dimensión a medida que avanza el relato. La luz diurna, la música y el vestuario terminan por moldear una especial narrativa sin artilugios escénicos, donde los once actores se entregan de manera vital, con frescura y con algo de coreográfico. El tema de recuperar parte de la historia personal, de la memoria, de una experiencia iniciática es algo constitutivo de la poética de César Brie pero tuvo la generosidad de dejar a estos jóvenes crear a partir de sus historias íntimas que se intercambiaron para ser ficcionalizadas.

Ficha técnica: El Paraíso Perdido (primer capítulo) de César Brie. Elenco: Micaela Carzino, Sofía Diambra, Sebastian Gui, Iván Hochman, Gabriela Ledo, Flor Micha, Guido Napolitano, Ignacio Orrego, Abril Piterbarg, Liza Taylor, Manuel Tuchweber. Producción: Banfield Teatro Ensamble, César Brie. Música: Louis Armstrong, Django Reinhardt, Antonio Vivaldi, Philip Glass, Olafur Arnalds, Chango Spassiuk, Al Kauthar. Diseño de vestuario y objetos: a cargo del elenco. Fotografía y Video: a cargo del elenco y Juan Barone. Diseño gráfico: Sebastián Carzino y a cargo del elenco. Prensa y comunicación: Jorgela Argañarás, Silvina Linzuain (coord), Sebastián Carzino (asist), BTE, Simkin & Franco y elenco. Puesta en escena y Dirección: César Brie. Directores Asistentes: Ignacio Gómez Bustamante, Nelson Valente. Santos 4040. Duración: 65′

000114528Fui

Un flashback poetico e intenso

El texto en primera persona comienza como en la mamuschka rusas, buscando al desplegar hacia atrás las alas, los genes primitivos de su historia: los bisabuelos, los abuelos y los padres, para entender y entenderse en un camino que necesita la luz del pasado para construir su presente. En el medio del recorrido, los hermanos cómplices de horas compartidas, el primer amor, los trabajos con la escritura, el camino de la literatura, los libros. En ese camino en búsqueda de sí mismo se encuentra con el niño que fue, y que nunca lo abandonó en todos esos años, con quien mantiene un diálogo que le permita al hombre de hoy sentir que no todo lo soñado y lo deseado en aquellos tiempos se ha perdido para siempre. No vale encerrarlo bajo cien clavos para que la madurez del hoy gane la partida, él como un fantasma, como una sombra, en la conciencia presente viene a reclamar su lugar, el que todos deberíamos guardar para el niño que nos ayudó desde la inocencia y la ignorancia del futuro, en los momentos en que el camino se cruzaba en encrucijadas polvorientas. Que mejor que el teatro, lugar del juego a ser uno y los otros para develar los misterios de sus silencios, para ayudarlo a salir y a crecer. Desde la música y la luz, la palabra toma los climas necesarios para el personaje que lucha por ser él mismo a la vez, al producir la máscara necesaria para la actuación e ir al mismo tiempo quitando cada rasgo sobre impreso en el rostro que impida develar un alma. En un espacio que mantiene la mirada a la altura del espectador, dividido en sendas que marcan los caminos recorridos por su historia; con los objetos que ayudan a lograr la sensibilidad requerida para la memoria, el actor /dramaturgo / director, transita con sus pies descalzos, mientras narra, y diálogo con los personajes fantasmales del pasado: su padre, su madre, su abuela, su primer amor. Las sillas ocupadas por los trajes que los representan, serán ocupadas más tarde por cuerpos reales tomados al azar entre la platea, y serán testigos mudos de una historia que los involucra en el cuerpo y el alma de los otros; de aquellos que necesitan del exorcismo del teatro para hacerse presentes en el personaje central y al mismo tiempo atravesar el recuerdo de los presentes en la sala. En las sillas que rodeaban el espacio escénico, alguien lloraba en silencio, recuperando tal vez, una memoria guardada en los pliegues del recuerdo, que afloraba en ese espacio, en ese tiempo.

Ficha técnica: Fui. Texto, dirección e interpretación: César Brie. Escenas y vestuario: Giancarlo Gentilucci. Música: Pablo Brie. Marioneta: Tiziano Fario. Asistente de dirección: Marco Rizzo. Producción en Argentina: Larisa Rivarola y Banfield Teatro Ensamble. Fotos: Paolo Porto. Prensa: Simkin & Franco. Santos 4040. Estreno en Buenos Aires: 07/08/2016.

La cuarta obra de César Brie, ¿Te duele?, se entrenará en Santos 4040, el 10/09/2016.

Bibliografía:

Brie, César, 2013. Teatro II. La Odisea. ¿Te duele? Solo los giles mueren de amor. El mar en el bolsillo. El grito de Alcorta.

1En este momento tiene en cartel: La voluntad (fragmentos para Simone Weil); El paraíso perdido y a partir del 10 de diciembre también en el espacio Santos Dumont presentará bajo su dirección: ¿Te duele?

2César Brie comentó en una entrevista que tomó esta frase que está en su lápida.

Zeide Seike

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Zeide Seike

Cuando el presente recuerda con amor y gratitud

SHIKE 2016 FLYER A3Susana Llahí – humbitoplus@yahoo.com.ar

        Diego Lichtensztein, escribió esta obra en el año 2010 junto a Perla Laske. El musical, según palabras de este joven y muy buen cantante, “nació como homenaje a esa generación de inmigrantes que llegaron desde diferentes lugares, escapando de la guerra. (…) Si bien la obra habla de un joven ruso, judío; la temática es totalmente universal y logra identificación con hijos y nietos de españoles, italianos, armenios, griegos, etc. que en cada función se emocionan y agradecen por el recuerdo de aquellas historias.”(Entrevista del 9 /10 /2015 en musicalesbaires).

         La puesta cuenta la historia del abuelo (Zeide en idish) del autor quien llegó de Rusia en los años 20, solo y sin conocer el idioma pero, que luego de pasar por el Hotel de Inmigrantes recaló en Remedios de Escalada para radicarse. Allí conoció a quien fuera su esposa ella … sería la única que comprendería y amaría su espíritu taciturno, reconcentrado, como si su mirada y su corazón siguieran siempre en su pueblo natal. El abuelo tuvo que luchar con los desajustes que producían en él la dupla adaptación-nostalgia pero la historia también cuenta la contención que le significó su esposa, alegre, conversadora, una “maga” para manejar los magros ingresos que como vendedor ambulante aportaba su esposo y el lazo amoroso que unía a la pareja, las diferencias de carácter que el amor podía zanjar.

         SHIKE 2016 MUSIQUITA          En el espacio escénico, un banco de plaza y un gran pañuelo rojo, signo de la presencia del Zeide que permanece hasta que Diego refiere el momento de la muerte. A derecha del espectador un perchero donde cuelga el talit (largo pañuelo blanco) que en algunos momentos (los más relacionados con lo hebreo) el nieto cuelga de su cuello o coloca sobre su cabeza. En este espacio onírico, el abuelo asume valor simbólico, él significa ese todo conflictivo y doloroso, esperanza, esfuerzo y la ilusión puesta en los hijos, que implica la inmigración, es decir, trasciende lo físico; la abuela en cambio, que es argentina, con identidad afianzada en “la tierra que la vio nacer”, asume presencia física, ella, que también partió, puede corporizarse para recordar junto al nieto, para ayudarlo a reconstruir la historia familiar. La historia surge con las canciones, un repertorio sumamente ecléctico que incluye tangos, zamba, boleros y el tema “Papa can you hear me?” de la película Yentl en versión especial con bandoneón. No es casual que Diego Lichtenszein se manifieste gran admirador de Barbra Streisand. Mirta Wons (la abuela) desarrolla en la puesta su excelente calidad como actriz de comedia. Su voz, no muy potente pero sumamente afinada, canta a dúo con el protagonista algunas interpretaciones y la milonga Se dice de mí en una muy bien lograda imitación de Tita Merello.

         En un espacio a foro, algo sobre elevado se encuentran los músicos. Saxo, piano (bandoneón en algunas interpretaciones) lo que da un plus de belleza a la puesta.SHIKE 2016 ESTAS AHI

         Homenaje al Zeide pero también, homenaje a los inmigrantes, todos, tal como Diego lo manifestó en su entrevista. Esto, nos recuerda la dedicatoria al pueblo argentino como mezcla de razas, firmada por Discépolo en el texto de Mustafá, que escribiera junto a De Rosa: “Ellos, ayudaron a componer esta patria nuestra, maravillosa; agrandaron sus posibilidades llegando a sus costas desde todos los países del mundo para hacerla polifacética, diversa. Yo los respeto profundamente, son mi mayor respeto.”Un musical, muy bien logrado, que alcanza momentos de gran emotividad. En lo personal, creo que la interpretación a dúo con Wons de la canción “Aurora” fue lo más fuerte, la síntesis de un mutuo homenaje: del inmigrante hacia la tierra que lo cobijó – de la tierra hacia quienes la dignificaron con su trabajo y culturas.

000143579Zeide Shike, de Perla Laske y Diego Lichtensztein. Teatro: “Método Kairos”El Salvador 4530, Palermo. T.E.4831-9663. Funciones: domingos 18 hs. Elenco: Mirta Wons y Diego Lichtensztein. Músicos en vivo: Norberto Vogel y Víctor Murstein. Dirección general: Perla Laske

II Festival Latinoamericano de Teatro

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II Festival Latinoamericano de Teatro

Del 25 de agosto al 4 de septiembre de 2016 en el Teatro Nacional Cervantes

Bolivia / Brasil / Colombia / Costa Rica / Chile / El Salvador / México / Paraguay / Uruguay

festival_latinoamericano_teatro_caleidoscopioAzucena Ester Joffe

El martes próximo pasado, 23/08, se realizó la Apertura de la II edición del Festival Latinoamericano de Teatro, a la cual concurrieron autoridades, periodistas, críticos, dramaturgos, directores, actores,… Después del brindis en la sala María Guerrero, Rubens Correa, su director general desde el 2007, comentó que allá por 1971 realizó una larga gira con el Grupo 11 al Sur por Latinoamerica y que esa experiencia muy fuerte quiza sea el origen inconsciente por el cual en el año 2014 se retomó la idea de Osvaldo Dragún – director del Cervantes desde 1996 hasta 1999- de realizar el Festival para dar cuenta de las distinas realidades y expresiones artísticas latinoamericanas. Luego, el ministro de Cultura Pablo Avelluto felicitó a Correa y a Claudio Gallardou por el excelente trabajo realizado hasta la fecha, en una transición ejemplar hacia fin de año cuando asuma Alejandro Tantanian. También comentó que comenzarán los trabajos de restauración de la fachada del Teatro, para poner en valor desde afuera lo que ya está puesto desde adentro. Y felicitó a los organizadores y responsables de este II Festival

AXEL-SOLO-3-e1470863938906A continuación, comenzó el show musical a cargo de Axel Krygier, compositor e interpréte argentino. El tecladista cuenta con una carrera artística prolífera y tiene un particular estilo atravesado por la música experimental y el groove, entre otros.

Para tal fin se rodeó de un dream team compuesto por su compinche de tantas sesiones (Sexteto Irreal incluído) como lo es Fernando Samalea en batería, Ezequiel Cutaia en bajo, Manuel Schaller en theremin y Juan Ravioli en guitarra.1

Un cierre perfecto para esta Apertura que convocó a un público heterogéneo y le otorgo una bocanada de aire fresco. Una excelente “performance” musical, con algunas pocas canciones, básicamente de música instrumental para deleite de todos los presentes.

A continuación se detalla la programación (también podrá consultarla a través del link http://nuevo.teatrocervantes.gob.ar:

Jueves 25/08 – 21.30 hs. Viernes 26/08 – 21.30 hs.
PRINCESAS (Cochabamba, Bolivia)
Escrita y dirigida por Claudia Eid Asbún
S
ala Orestes Caviglia

Viernes 26/08 – 21 hs.
NO PIREX (Belo Horizonte, Brasil)
Dramaturgia: Eid Ribeiro y Grupo Armatrux
Dirección: Eid Ribeiro
S
ala María Guerrero

Viernes 26/08 – 19 hs. Sábado 27/08 – 19 hs.
OLYMPIA (Brasil)
Autor: Guiomar de Grammont
Dramaturgia: Ángela Mourao y Marcelo Bones
Dirección: Marcelo Bones
S
ala Luisa Vehil

Viernes 26/08 – 21 hs.
DAMIANA, una historia silenciada (Asunción, Paraguay)
Dirección: Wal Mayans
C
entro Cultural de La Memoria Haraldo Conti

Domingo 28/08 – 20.30 hs.
CAMILO (Bogotá, Colombia)
Creación colectiva
Dirección: Patricia Ariza
S
ala María Guerrero

Domingo 28/08 – 21 hs.
TEBAS LAND (Uruguay)
Dramaturgia, dirección y puesta en escena: Sergio Blanco
S
ala Orestes Caviglia

Miércoles 31/08 – 21.30 hs. Jueves 1/09 – 21.30 hs.
HILDA PEÑA (Chile)
De Isidora Stevenson
Dirección: Aliocha De la Sotta
S
ala Orestes Caviglia

Viernes 2/09 – 19 hs. Domingo 4/09 – 18.30 hs.
ALGO DE RICARDO (Costa Rica)
De Gabriel Calderón
Diseño de luces, dirección actoral y puesta: Fabián Sales
S
ala Luisa Vehil

Sábado 3/09 – 21 hs.
LOS MÁS SOLOS (El Salvador)
Texto: Egly Larreynaga y Luis Felpeto
Dirección: Egly Larreynaga y Luis Felpeto
S
ala María Guerrero

Sábado 3/09 – 21.30 hs. Domingo 4/09 – 21 hs.
DEL MANANTIAL DEL CORAZÓN (Yucatán, México)
Dramaturgia y dirección: Conchi León
S
ala Orestes Caviglia

La suerte de la fea de Mauricio Kartun

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La suerte de la fea de Mauricio Kartun

La fuerza del deseo

unnamedAzucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

La dramaturgia de Mauricio Kartun, dirigida con excelencia por Paula Ransenberg, y en el cuerpo de Luciana Dulitzky que lleva adelante un trabajo excepcional es la que se presenta en el espacio de Timbre 4 en su sede de Boedo. El monólogo que posee una fuerza inquietante en su construcción, tiene en la voz y la postura de la actriz una irresistible presencia, un peso específico que atraviesa al espectador y lo mantiene en atención permanente hasta el último minuto, cuando el personaje calla, luego de narrarnos su drama sin dramatismo y con un humor cargado de ironía, y la luz del pequeño escenario queda a oscuras. Una orquesta de señoritas, pero presentada desde el fondo del foso y sus miserias, las lindas arriba para el placer de los ojos de cientos de hombres solos que buscan un intervalo de descanso; las feas, abajo ejecutando la música que mostrará la gestualidad de las otras. Un engaño, un juego de fantasía, magia barata que logrará la momentánea felicidad del público, y el débil sustento de sus participantes. Una de ellas, allí en el foso se encuentra en la disyuntiva de no ser seguida por su partenaire, sino por el contrario ante el histrionismo de ésta, deberá seguirla con su viola en un sensual dueto donde la música es el puente entre ambas hacia un público que ambicionan seducir. El deseo es el que mueve en esa mujer, que no tiene las cualidades físicas requeridas para el lugar, su ambición de figurar, de ocupar el lugar de figuranta en ese espacio rodeado de hombres que esperan y ansían un objeto para el suyo. Foto prensa La suerte de la fea PH Alejandro OjedaComo una puesta en abismo, la música en vivo se encuentra entre las penumbras de la sala, en la extraescena, como una presencia que se siente aunque no se ve. Un monólogo como estructura de una historia que contada en primera persona gracias al talento de la actriz nos permite seguir las acciones de los personajes con los cuales lleva adelante el relato. El dueño del local, las compañeras de trabajo, y aquella que produjo el milagro que acabaría con su vida, y que la protagonista trata de perdurar en la grabación de un disco de pasta. Una tragedia pequeña, íntima, que sin embargo nos lleva al escenario mayor de la vida misma, de una época, y de una forma de explotación que incluye la trata de personas. El vestuario marca la doble identidad de la protagonista, el guardapolvo de la intérprete de la viola, y la ropa de seda brillante propia de una señorita frente a la orquesta. Así como la mención a las dos violas que posee: la viola de estudio y la de concierto; ambas ante el fracaso correrán la misma suerte, que la titular y la suplente en el escenario, deberán desaparecer. Excelente la música en vivo, a cargo de Fede Berthet. La pregunta que surge de la textualidad es entre otras, ¿cómo construir una subjetividad, una identidad sin la mirada del otro? ¿Cómo nos afirmamos como sujetos, cuando no somos vistos, cuando escapamos a la percepción, y somos sólo, el sonido que otro emite? Un espacio privado, confesional, a un lado del espacio escénico como remarcado la soledad del personaje femenino. Mientras la iluminación parece solo rozarla para no romper el juego lúdico. La joven que ejecuta su instrumento en el foso se conecta de tal forma con la figuranta en el escenario que se genera una relación artística en total armonía. Así es la energía que genera Dulitzky, que nos involucra más allá del artilugio escénico y somos espectadores suspendidos en dos tiempos. Por un lado, allá por la década del 20 cuando en algunos bares de Buenos Aires utilizan éste recurso para atraer más al público masculino y, por otro, estamos en el presente del hecho teatral. Una puesta rica en climas, en sensibilidades, que aparecen en los numerosos matices de la actuación y atraviesan la platea que siente cada uno de los rictus que el relato produce en el personaje.

Foto prensa 4 La suerte de la fea PH Alejandro OjedaFicha técnica: La suerte de la fea de Mauricio Kartun. Actriz: Luciana Dulitzky. Dirección: Paula Ransenberg. Composición musical e Intérprete en escena: Fede Berthet. Asistencia de dirección: Marcelo de León. Diseño de escenografía y vestuario: Alejandro Mateo. Realización escenográfica: Los Escudero. Realización de vestuario: Lucina Tropini. Diseño de iluminación: Fernanda Balcells. Pelo Granado. Fotos: Alejandro Ojeda. Diseño gráfico: ZkySky. Prensa y difusión: Marisol Cambre. Repostería: Vilmanjar. Timbre 4: Sala Boedo. Estreno: 07/08/2016. Duración: 45′.

 

Cuerpo y género por Fabiana Barreda

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El Centro Cultural Rector Ricardo Rojas continúa el ciclo de conferencias sobre el cuerpo y su relación con los distintos lenguajes artísticos en el arte contemporáneo. En esta ocasión, Fabiana Barreda decide abordar la temática a partir de su interrelación con el concepto de género. La clase investigará la obra de artistas pioneros en la deconstrucción del cuerpo, nuevas formas de representaciones corporales y su impacto transformador en la sociedad.

Un beso de Iván Cotroneo

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Un beso de Iván Cotroneo

El amor y la soledad en un mundo de subjetividades quebradas.

unnamedbesoAzucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Un beso, un pequeño gesto que guarda todo un mundo de amor, es el detonante de una violencia que surge desde el fondo de una sociedad que recibe los gestos de odio con mayor comprensión que las demostraciones de afecto. Un padre que obliga a su hijo a comportarse como su hermano muerto, y que además lo lleva a cazar sin preguntarse si el adolescente quiere hacerlo, porque considera que la violencia sobre otros demuestra su calidad de hombre, de macho; un niño adoptado que tiene una forma diferente de sentir el amor, y que encuentra en un ciudad pequeña, llena de prejuicios el estigma de la diferencia; una profesora que tiene una relación particular con su alumna y que ama la literatura pero se siente sola en un mundo que no comprende su manera de percibirlo, encerrada también entre las calles de ese casi pueblo, convertido en una cárcel de sus sentimientos. El pueblo pequeño de la Italia de Cotroneo es parecido a otros pueblos, de otros países de Europa, también a nuestra sociedad. El sistema teatral europeo tiene estos últimos tiempos una estructura de monólogos que construye personajes de una soledad que atraviesa al espectador en su desolación. La pieza es una adaptación de la novela de Iván Cotroneo, que fue inspirada en un hecho real ocurrido en California, en 2008, donde un joven disparó a otro porque dijo que se le insinuaba; cuya estructura consta de tres monólogos consecutivos: una profesora y dos alumnos adolescentes, según figura en el programa de mano; la dirección de Fernando Bernués busca trasponer ese esquema en un espacio escénico desolado, sólo un pizarrón como fondo, tres sillas a proscenio y una luz cenital sobre los personajes. El tema del otro, del diferente, en cualquier aspecto de la vida, la soledad, la violencia de género y la educación que no atina a entusiasmar a un alumnado que no se siente incluido en el sistema social más que sólo por obligación, son algunos de los tópicos que la obra atraviesa, desde la intimidad de las historias. Los adolescentes ingresan desde la platea a la escena, mientras el personaje de la profesora ingresa desde foro, y libro en mano, nos va narrando los detalles, primero pequeños datos que unidos finalmente nos darán cuenta de una problemática que los une a los tres y no sólo en el espacio de la escuela. Un teatro que apela a la palabra, más que a las acciones, que cree en la verdad que las mismas encierran y que se torna en un teatro declamatorio, de una tesis clara a la hora de reflexionar sobre lo expuesto en escena. Que pide del espectador una escucha atenta, y lo ubica no en el lugar del voyeur, sino en el de confesor o psicólogo, que atento va ayudando a devalar con su silencio el mundo oculto de los personajes, la sombra que los habita. Una conferencia performática que se realiza ante nuestra mirada en el tono justo de una exposición, de una charla, donde el interlocutor es el auditorio. El elenco de forma acertada construye a su “personaje” con la naturalidad necesaria para darle marco a esta exposición de un “hecho privado”. O bien sentados o bien parados van construyendo el relato -a medio camino entre la teatralidad y la cotidianidad, entre la ficción y los recuerdos personales- a partir de tres historias intimas, que se cruzan en el espacio público. Un acontecimiento performático que pareciera no responder a los géneros teatrales preestablecidos, una propuesta como síntoma de una sociedad que está vencida porque no logra expresar sus afectos, y además porque desconfía de su potencial y posibilidades cuando reitera viejos programas de estudio, sin emoción ni placer alguno. Una sociedad que apuesta a las dicotomías infranqueables, a blancos y negros en las definiciones sin aceptar los matices posibles.

Ficha técnica: Un beso de Iván Cotroneo. Elenco: Mireia Gabilondo, Ander Irurelagoiena, Haritz Morras. Dirección escénica: Fernando Bernués. Producción: Tanttaka Teatroa. Web oficial: www.tanttaka.com. Traducción: Ritxi Lizartza. Adaptación: Quin Zeberio. Escenografía: Fernando Bernués y Edi Naudo. Iluminación: Xabier Lozano. Vestuario: Ana Turrillas. Dirección técnica: Edi Naudo. Ayudante de dirección: Vito Rogado. Diseño gráfico: Javi Alonso. Producción ejecutiva: Koro Etxeberría. Distribución nacional e internacional: Seda. Prensa y difusión: Carolina Alfonso. Maipo Kabaret. Estreno en Buenos Aires: 19/08/2016. Duración: 60′.