Voraz y Melancòlico de
Toto Castiñeiras

 

Mariàngeles Sanz
sanzm897@yahoo.com

Un pequeño escenario, casi un tablado, apenas unas flores y un celeste cielo, un bidòn de kerosene rojo, en contraste con lo bucòlico del paisaje, pantalla de fondo que indicarà cada uno de los actos que llevaràn adelante los tres personajes de una historia o de dos que se cruzan en un momento espectacular para un pequeño pueblo: la entrega del premio a la reina del mate. La rubia, Micaela Rey, como una apariciòn atraviesa la vida del sèptimo hijo varòn, El lobo, Ignacio Torres, apadrinado por el presidente, en la atemporalidad de la puesta no sabemos su identidad. Padre muerto con sus seis hermanos en un accidente que se produce con el camiòn de bomberos, regalo del padrino, que como una metàfora extraña se ahoga con su preciosa carga en el rio.

La rubia, es tan extraña como el lobo, hija de un comisario, sufre autismo, y tiene comportamientos difìciles de aceptar por su padre y el resto que ya la considera desde el vamos culpable de la muerte de su madre. La rubia quiere ser la reina del mate, pero como todo en su vida llega tarde al evento, pero no al amor con el lobizòn, que le ofrecerà sin proponersèlo una posibilidad diferente a su vida.

En el medio, marcando ritmos y tempos con un bombo, y melodìas con la guitarra, el niño, Santiago Garcìa Ibañez, un celestino entre ambos. La historia de Nazareno Cruz y el lobo, sobrevuela las acciones de ese amor prohibido por lo atàvico; la humanidad y la animalidad fundàndose y fundièndose en los cuerpos de ambos. La naturaleza abrièndose paso entre las leyes de una sociedad que la olvida o peor la amenaza, matando su deseo a la vida, arrancando de raìz o a travès del fuego todo intento de sobrevivir.

Los cuerpos en escena de la mano de la direcciòn de Toto Castiñeiras, esta vez con un elenco minimalista, ponen en acto la funcionalidad de una poètica desmesurada desde lo visual, lo auditivo pero sobre todo desde el movimiento; una coreografìa que permite una proxemia casi intestina de los personajes, que se pierden y se transforman en el contacto de uno con el otro. El trabajo escènico comparado con los anteriores pareciera sencillo, sin embargo, tiene precisamente por eso mismo una complejidad interesante, que mantiene expectante a la platea, que disfruta no sòlo de un relato bien contado sino de una danza que se mueve entre los personajes logrando una interacciòn muy interesante. Muy buen trabajo de iluminaciòn, y un vestuario funcional a los cambios necesarios completan una puesta que nos acerca una vez màs al imaginario que Castiñeiras y su grupo vienen construyendo para la felicidad de todos.

Ficha tècnica: Voraz y Melancòlico de Toto Castiñeiras. Elenco: Micaela Rey, Ignacio Torres, Santiago Garcìa Ibañez. Diseño de vestuario: Daniela Taiana. Pelucas: Eugenia Palafox. Diseño de escenografìa: Gonzalo Còrdoba Estevez. Diseño de luces: Alejandro Le Roux. Mùsica: Juan Ignacio Blanco. Trabajo Corporal: Diego Rosental. Fotografìa: Lucas Schlott. Diseño gràfico: Romina Salerno. Asistencia de Direcciòn: Rocìo Garcìa Loza. Producciòn ejecutiva: Rocìa Gòmez Cantero. Direcciòn: Toto Castiñeiras. Teatro Nun.