Nuestra Tierra de Francisco Lumerman
Una «teatronovela» que se convierte en otro espejo deforme de nuestro presente1
Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz
Desde la bizarría del melodrama, el elenco de Nuestra Tierrra dirigido por Francisco Lumerman nos introduce en la conquista del desierto, y la constitución de una identidad nacional a partir de la pérdida de la tierra, y de todo aquello que se guarda en su interior. La ambición de propios y ajenos, con la sombra por un lado de la búsqueda de justicia de los pueblos originarios, la religión como mediadora y la llegada del imperio inglés en la figura de la mujer que dará a luz el nuevo argentino, es el mojón de un inicio, de una patria, donde la sangre es el abono de la tierra, y el himno enuncia aquello que los hechos desmienten a su paso. Una parodia, cargada de humor e ironía, con una puesta que desborda los límites del realismo y se propone llevar al borde del grotesco, a los personajes y a los nombres que resuenan en nuestra historia, y que se unen por la fuerza del destino a otras tierras, a otros lugares de la América española. Los acentos diferentes, las figuras reconocidas de un México lejano de nuestras pampas, se cruzan en la figura de las bastardas, con un origen similar, un padre que les dio origen en distintos tiempos y en distintas naturalezas, es decir, madres. Con la ruptura de la cuarta pared al ingreso a la sala, somos interrogados sobre el lugar que queremos ocupar en la platea, y en un gesto singular, nuestro sitio es limpiado previamente por la criada, que luego será una de las Ezcurra Olivares; nombre paradigma de todo el conflicto familiar, nacional, en ciernes. Amores y traiciones se suceden, los muertos que retornan marcan el camino, y las figuras de Sor Juana y la virreina aparecen en clave paródica, para señalar desde el amor prohibido la relación del poder con la Iglesia. Actuaciones que recuerdan a los telenovelones de la tarde, con su impronta de gestualidad barroca, y movimientos de entradas y salidas como en un vodeville; fragmentando la historia, hasta que hacia el final, las piezas comiencen a encajar, y a darle el verdadero sentido al todo. Esta estructura requiere un trabajo de muy buena energía del grupo de actores y actrices, y una coreografía diseñada para que los movimientos se desarrollen con eficacia en escena: ambos requerimientos se producen en la puesta, logrando una dinámica y un ritmo de alta intensidad.
Nuestra Tierra es un hecho teatral en el cual se conjugan perfectamente todos los sistemas significante. Cada breve escena, desde una perspectiva casi cinematográfica, nos atrapa en continuum de imágenes visuales donde el humor están siempre presente y pone entre paréntesis nuestra cotidianeidad (algo muy difícil en los tiempos que corren). Con el merecido aplauso final cerraron esta temporada y ojalá podamos disfrutar de una segunda el próximo año.
Ficha técnica: Nuestra Tierra de Francisco Lumerman. Actúan: María Belén Carluccio, Mercedes Docampo, Sebastián Fernández Castaño, Fabiana Ferrada, Macarena Hermida, Ivonne Küber, Isabel La Rosa, Emiliano Maltía, Federico Marino, Agustina Posadas, Flor Ravioli, Pablo Pandolfi, Tatiana Schumovich, Luciana Taverna. Diseño de escenografía: Macarena Hermida. Diseño de luces: Ricardo Sica. Producción musical: Estudio 73. Música original: Mercedes Docampo, Federico Marino. Operación técnica: Patricia Reyes Barrena. Fotografìa: Ivonne Küber, Gabriela de Echave. Diseño gráfico: Tatiana Schumovich. Asesoramiento de vestuario: Marisol Castañeda. Asistencia de producción: Sebastian Parra. Asistencia de dirección: Julieta Timossi. Producción Cooperativa Tierra Nuestra. Coordinación en dramaturgia: Francisco Lumerman. Dirección: Francisco Lumerman. Teatro Moscú. Estreno: marzo de 2018. Duración: 70’.
1 Según la gacetilla en Alternativa Teatral.