Vamos que venimos
V Festival Mundial de Teatro Adolescente
Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz
En el escenario del Teatro Ópera se llevó adelante la apertura del V Festival de Teatro Adolescente, mundial ya que los elencos provenían de muy distintas ciudades y países: Chile, Colombia, Perú, Venezuela, junto a Mendoza, Puerto Madryn, (Chubut) Cipolleti, (Rio Negro), Córdoba, Jujuy, y Buenos Aires. Con un teatro cargado de energía y entusiasmo, se presentaron los integrantes de la comisión organizadora, los grupos participantes, nombrados y presentados a través de un video que contaba con escenas de lo que luego sería el trabajo presentado, y el jurado que sería el encargado de otorgar las menciones a cada uno de ellos. Este año la tarea estuvo a cargo de: Ricardo Talento, Julia Calvo, Horacio Roca, Fabio, Mosquito, Sancineto, Sergio Surraco, Rodrigo Noya y la que suscribe, María de los Ángeles Sanz. Iniciado en el Ópera el Festival, todos nos trasladamos al teatro Sha para disfrutar de la primera presentación: el elenco de teatro del Colegio de la Ciudad, CABA; presentó una versión de la obra clásica, Lisístrata. Con una mirada que destacó el humor sin olvidar la temática que desarrolla la pieza, fue una muy buena producción que logró con homogeneidad llevar adelante la historia conquistando al espectador. La dirección de Lorena Barutta logró armonizar el conjunto donde todos ofrecieron una muy buena perfomance en equipo. Como en años anteriores la presentación de paneles, conferencias y talleres fueron el marco adecuado al trabajo que los diferentes elencos presentaron. En el mismo ámbito, el grupo Crearte Jr., el elenco que dio la bienvenida a los demás, hizo su presentación con Rosas de Granada una versión libre de Mariana Pineda la obra de Federico García Lorca. Con una Mariana multiplicada por cuatro, el elenco dirigido por Cecilia Ruiz, nos llevó al mundo lorquiano, a su tratamiento de la heroicidad en la figura femenina de la protagonista, y su lealtad al amor y a la causa. Todos los días, además de las funciones, se llevaron adelante en el edificio del IUNA de la sede en French, talleres, seminarios, conferencias y paneles en IUNA en la sede Venezuela, que permitieron dar y recibir a los componentes del Festival el saber y la expresión de ambas experiencias. Leonor Manso y su relato de vida, Carlos Fos, Cora Fairstein y su grupo, exponiendo el trabajo del Teatro del Oprimido, la forma que desarrolló Augusto Boal. Las Bandas que surgieron en la década del ’80 y que ofrecieron el relato de su recorrido por el teatro luego de la dictadura militar. Los talleres de carácter gratuito tuvieron como expositores a figuras como: Mariana García Guerrero, Marcelo Savignone, Silvina Sabater, Diego Starosta, Darío Levin, Enrique Federman, Nicolás Dominici, Martín Salazar, Fabio, Mosquito, Sancineto. Para el segundo día del Festival la sede fue Andamio 90; la primera obra Un Sueño… de Ivana Averta por el Grupo Odiseos, CABA. Adaptación de Sueño de una noche de verano con música en vivo. A continuación la Función doble de la noche, una propuesta interesante por parte de los organizadores pues daba lugar a “un combo” formado por dos obras cortas. La propuesta del Grupo Pequeñitos Teatrales, San Salvador de Jujuy, es de creación colectiva. Lado B plantea temas que preocupan a los adolescentes – la discriminación, la indiferencia de los padres, de los profesores y autoridades escolares. El elenco si bien se formó en el 2012 con dedicación logró participar de este Festival; aunque con algunos altibajos, atrapó al público atento, mayoritariamente adolescentes, y el clima de “las aulas” invadió al público También de creación Colectiva, Los Romeo y la Julieta, unidos por casualidad y las acrobacias del amor por el Grupo Los Aleluya Clown, de Marcos Paz, fue el cierre del día. Entre cintas, acrobacia y con un rey en zancos entre algunos personajes comenzó la obra. Las buenas actuaciones, la gestualidad corporal, el vestuario colorido, las narices rojas por doquier y la escenografía funcional hicieron que en la jocosa historia el humor fuera constante y la risa espontánea por parte del auditorio no se hacia esperar. Trescientos Millones; Sueños desiertos; Transeúntes, en la vereda de la realidad. Locos de Verano; Babyshower; Una libra de Carne; ¿O no te pasó; Alicia en el país de las Maravillas; Comedia, un maestro de Alemania. También el día sábado pero en Andamio 90 el Grupo Teatro Nueva Era de Caracas, Venezuela, puso en escena El chiste que nunca fue de Jennifer Gásperi y Andrea Pisan. En tono de comedia y con profesionalismo el elenco construye un mundo a mitad de camino entre realidad y ciencia-ficción, el dispositivo escénico realizado en material liviano y el color blanco también para vestuario completa el clima onírico del relato. Cada personaje busca “su verdad” y dirigiéndose a sus pares en la platea intenta encontrar una salida a tanta violencia y a la falta de la necesaria contención por parte del entorno familiar. No cabe duda de la solidez del grupo y de su preocupación por lo social a partir del eje demencia / cordura. Cerrando el día, Random World de creación colectiva fue la propuesta deTemuco, Chile, por el Grupo Contratiempo Drama Clú. La temática abordada: la publicidad y la sociedad de consumo y de que modo se han modificado los valores aceptados tradicionalmente. El clima de este ambiente super competitivo pareciera que por momentos pierde algo de intensidad en la escena. Un recorrido interesante por las distintas etapas de cualquier individuo donde siempre está presente el mundo prefabricado y de pura apariencia, mundo que intenta invisibilizar la soledad particular e imponer la felicidad globalizada. Niños de Madera En Andamio 90, la tarde se desarrollo en primer lugar con Te piso, no sos como quiero de Carlos de Urquiza, Gabriel Fernández Chapo, Rodrigo Ures y Adriana Genta. El Grupo 5 Timbres, de Córdoba Capital. Cuatro obras breves y buenas actuaciones que, en general, interpelan al público rompiendo la cuarta pared para hablar sobre la relación con los docentes y de la violencia en un mundo construido por los adultos. Se inició la doble función con Cuadrilátero, creación colectiva de La caja de Pandora, Cipolletti, Río Negro. En el espacio escénico con pocos elementos se crea el clima claustrofóbico de un ring de boxeo. Esta obra es una metáfora de aquello que sucede puertas adentro en el ámbito estudiantil; una problemática explicitada desde distintas perspectivas a lo largo del Encuentro. Los jóvenes van ubicándose de a uno en el centro del escenario para dar “su relato de vida” (casos reales que han circulado en las redes sociales) y el silencio del joven auditorio da cuenta que a pesar de la teatralidad la discriminación, la bulimia, la homosexualidad, la violación ejercida por un adulto del núcleo familiar,… cala hondo en su día a día. Una mirada pesimista y un fuerte llamado de atención para todos los adultos. Luego, Grupo: Teatro la Comuna de Villa, Perú, El canto del Wamani de Edmundo Nicolás Cunyas Zapata. Si el wamani es una deidad andina la puesta en escena crea ese clima de cierta tradición mágico-religiosa, la música hacen el resto. Un texto duro para la joven actriz que de manera acertada construye a su personaje: una inocente niña que deja su vida en el campo, asolado por la represión y la miseria, para buscar en la capital un futuro que llega cargado de discriminación, mentiras y abusos. El tiempo cíclico de ritual se materializa permite el recuentro con su padre y con sus raíces. Interesante propuesta para seguir construyendo nuestra identidad Latinoamérica. Volver… Volver; Los de la Mesa 10 de Osvaldo Dragún. Las creaciones colectivas se alternaban con los títulos de autores consagrados como los mencionados o las adaptaciones, como fue el de Una libra de carne de Cuzzani o Los días se fueron sucediendo, y las puestas exponían la voluntad de trabajo de los grupos, y la necesidad de exponer sus propias problemáticas como el stand up que se dio en el Teatro Empire, donde los actores demostraron su ductilidad para la palabra, y la utilización del espacio ya que los diferentes cuadros tenían coreografía y música. Es interesante y satisfactorio observar como el público del V Festival ha sido mayoritariamente adolescente. Si ya los organizadores y los grupos participantes le otorgan una frescura y espontaneidad especial al evento hemos disfrutado del bullicio, de la guitarreada y de la mateada durante las esperas de una función a otra. Con lo cual fue imposible no contagiarse del optimismo intrínsico de los adolescentes. Mucho para pensar como adultos y, en cierto modo, artífices de una generación que necesariamente encuentra en la expresión artística, en este caso teatral, una forma de visibilizar lo que muchos adultos y responsables intentan ignorar.