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Hombres, muñecos y objetos de Eduardo Pavlovsky

000156760 PavlovskyMaría de los Ángeles Sanz

En la década del ’60 Eduardo Pavlovsky tenía un grupo de trabajo que experimentaba sobre nuevas formas de teatro, Yenesìi, en ese espacio propio no físico, se estrenaron muchas de sus primeras obras atravesadas por la estética del absurdo, y sobre todo por la escritura de uno de sus autores más destacados Samuel Beckett. Algunas de ellas están perdidas y no se han podido recuperar, otras son clásicos de su dramaturgia como La espera trágica (1962) La puesta que hoy me ocupa pertenece al primer grupo, a aquellas piezas que se creía irrecuperables por siempre. Aquel grupo que no tenía físicamente un ámbito teatral, muchas veces ponía sus obras en Nuevo Teatro, el teatro de Alejandra Boero y Pedro Asquini, que como afirmaba el propio dramaturgo, no coincidían en la propuesta estética pero veían en ellos una búsqueda interesante y respetuosaii. Cincuenta años después una obra de aquellos primeros tiempos, luego de su paso por el Centro de la Cooperación, nos atrapa con su poética diferente en el escenario de Andamio 90, el espacio de Alejandra Boero; una vez más los destinos se cruzan para bien. La obra tuvo su primera puesta en escena en 1963 bajo la dirección de Abel Sainz Burh bajo el nombre de Imágenes, hombres y muñecos. Hoy bajo la dirección de Sebastián Berenguer y Daniel Dibiese, el espíritu del dramaturgo aparece en los cuerpos de los actores que llevan adelante una muy buena performance sobre la construcción de sus personajes, que brindan sobre la palabra un mayor lenguaje corporal donde cada uno de los movimientos guarda una sincronización mecánica, en la poética de actuación – marioneta que llevan adelante. Estructurada en cuadros, la pieza nos remite a las convenciones sociales parodiadas, transgredidas para desnudar su mecanización siniestra, que impide la verdadera relación entre los hombres, está presente en el imaginario de la obra, donde toda convención es transgredida al mismo tiempo que aparece en su repetitiva cotidianidad. La familia, el trabajo, la cultura, las relaciones filiales, son expuestas con humor sarcástico e ironía, en esos cuerpos maquillados como muñecos que se mueven en rigurosa formación para dar cuenta de la esclavitud de los cuerpos al sistema. 000156759 Hombres PavloskyEn un comienzo los personajes se trasladan por la escena diciendo pequeñas frases que luego formaran parte de los cuadros, como secuencias mínimas de prospección, que se irán desarrollando en escena hasta el final; cada uno tiene su propia estructura aristotélica son relatos temporales, que guardan al mismo tiempo una relación paródica con el referente, donde la gestualidad imprime una tensión diferente a la palabra.

El Sr Dalton repta. Se mueve arrastrándose y oscilando por el piso. Cada metro que avanza le cuesta muchísimo. El camino entre la puerta y el sillón debiera ser hecho con lentitud. La cara del Sr. Dalton se contorsiona con cada reptación (…) Al aparecer el Sr. Dalton, Mr R debe hacer la misma mueca de terror que hizo en la escena mímica con Mr J. Cuando està en plena contractura facial, la anciana le debe decir: LA ANCIANA: ¡Relájate! ¡Mira al frente! (2010, 65)

Esta pieza es una recuperación necesaria de un texto fundacional en la poética pavlovskiana, que luego tendrá su devenir en el teatro de estados, en la fuerza del acontecimiento en escena, en la impronta de los movimientos sincronizados de los personajes, como los del médico apropiador de Potestad (1987) Un ir hacia el origen de su entramado textual para encontrarnos con un principio que luego fue tomando de maneras diversas la exploración de una temática la de la “represión” sobre los sujetos, y como la sociedad los constituye desde el manejo de una psiquis social. 000156761 Pavlovsky

Bibliografía:

Pavlovsky, Eduardo, 1994. La ética del cuerpo. Buenos Aires: Editorial Los Libros de Babilonia.

________________, 2010. Teatro Completo VII. Buenos Aires: Editorial Atuel.

Ficha técnica: Hombres, imágenes y objetos de Eduardo Pavlovsky. Elenco: Juan Buna arreiro, María Fernández Vocos, Ramiro Gatti, Silvana Seewald, Cristian Thorsen. Vestuario: Vera Rinaldi. Maquillaje: Celeste Giraldo. Diseño de luces: Sebastián Berenguer, Daniel Dibiese, Matías Noval. Utilero: Omar Mac Dougall. Prensa: Ana Quiroga. Producción Ejecutiva: Sebastián Berenguer. Dirección: Sebastián Berenguer y Daniel Dibiese. Andamio 90.

“Al comienzo hacíamos obras más tradicionales: el Antón Chejov de las piezas en un acto (…) Después empezamos a profundizar el análisis de las obras vanguardistas, y sin quererlo, nos constituimos en uno de los primeros grupos de investigación de la vanguardia teatral argentina, incluso antes que el Di Tella”.(Pavlovsky, 1994, 21)

ii  “Yo prefería a la denominación “teatro del absurdo” otra que me parecía más ajustada: la de “teatro hacía una realidad total” o “teatro total” Por tal entendía un teatro de búsqueda que intenta conectarnos con aspectos absolutamente reales de nuestra personalidad, un teatro de “nuestros cotidianos estados de ánimo”. (Pavlovsky, 1994, 22)

Hombres, muñecos y objetos de Eduardo Pavlovsky

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Una buena preguntita banal de Jean Tardieu

un preguntita«Nunca voy a ser esa sombra loca
un extraño que guarda sus secretos […]
Y cuando miro en el espejo, veo a un extraño.
Un astuto y malvado extranjero, que viene a por mí. «1

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Un espacio atemporal, aunque en el curso del diálogo se puede conocer el espacio geográfico: el subte B, Retiro, Formosa o Mar del Plata; traslación espacial del texto originario del dramaturgo y poeta francés2 a nuestra cotidianidad. Desde el surrealismo más que desde el absurdo, aunque la propuesta recuerda al círculo vicioso de la burocracia en Kafka y a los diálogos existenciales del absurdo beckkettiano; la dirección de George Lewis traspone el mundo creado por el dramaturgo, a uno que nos resulte más cotidiano. Tal vez, eso le quite la fuerza extraña que necesita mantener la textualidad dramática, y banalice de algún modo su potencia intrínseca. El teatro surrealista bucea en el inconsciente, en aquello marcado por lo onírico, sus personajes son tan reales como los otros, porque para el surrealismo la realidad incluye lo racional y lo irracional; lo que se puede pensar existe, es. Desde la subjetividad en estado puro, la poesía que encierran las palabras toma en el imaginario surrealista múltiples dimensiones.

El fenómeno del lenguaje es una de las manifestaciones más curiosas creadas por el hombre. Esa emisión de sonidos articulados o inarticulados que establecen el puente levadizo de nuestra comunicabilidad, tiene un poder que escapa a toda vigilancia. (A. Pellegrini, 117)1url

Por eso, tratar de conforma una referencialidad que no es tal, reste en vez de sumar al proceso creativo. Sin embargo, las muy buenas actuaciones, logran interesar en los vaivenes de una aparente simple anécdota; una oficina cerrada y abierta a la vez, que la escenografía construye con un contundente artefacto escénico, extraño y funcional a la vez. Qué mantiene la luz en el cono de sombras del espacio. Un empleado que usa indistintamente, el sarcasmo, la ironía, y raramente los buenos modales; un hombre que se acerca a pronunciar una pregunta que luego devendrá en un diálogo sobre la vida y la muerte, sobre la finalidad del hombre y su sentido último. La frase que se encuentra incorporada al flyer es como una huella para la lectura de la propuesta: “Solo hay dos cosas ciertas en la vida: una es que vamos a morir. La otra, es que no sabemos cuándo” El viaje, la vida, metáfora usual para definir nuestro camino en la tierra; y la eterna pregunta, que rumbo tomar: Formosa o Mar del Plata, están atravesadas por el humor ácido de Tardieu quien testigo de su época se reunió con los nombres más significativos de la literatura. Es interesante de qué modo el dispositivo escénico -un gran octágono regular cuya estructura está construida como si fuera un complejo andamio- de líneas rectas se desplaza por el espacio escénico otorgándole un dinamismo especial al relato y destaca, a su vez, la diferencia entre ambos personajes. El administrativo más rígido, más seguro, quizá por las normas y por el encierro, mientras el viajero que consulta tiene una expresión corporal distinta, más orgánica e inestable. En tanto, la música elegida acompaña y se distancia de lo vital para sumergirnos en la textura de esa geométrica estructura y la precisa iluminación recorta y acompaña en sus movimientos, sin independencia para pasajero en tránsito, pues como un imán lo retiene hasta que su destino pareciera estar decidido: un camino por realizar más allá de sus deseos personales.url

Ficha técnica: Una buena preguntita banal de Jean Tardieu. Actuación: Diego de Paula y Federico Falasco. Dirección: George Lewis. Asistente de dirección: Alejandra Endler. Música: Steve Reich, The Chiffons. Diseño de Luces: Christian Gadea. Diseño de Escenografía: Sandra Iurcovich. Realización de Escenografía: Duilio Della Pittima. Realización de Vestuario: Sandra Iurcovich. Diseño Gráfico: “Bombazul” Lucas Avellina. Fotografía: Santiago Legon. Prensa: Caro Alfonso. Producción: Alejandra Endler. Producción General: Gustavo Maggi y George Lewis. El Portón de Sánchez. Estreno: 03/06/2017. Duración: 55′.

Hemeroteca:

Necrológicas en el diario español El País “Jean Tardieu, escritor francés”, 2 /2 /1995.

Bibliografía:

Pellegrini, Aldo, 1987. Para contribuir a la confusión general. Buenos Aires: Editorial Siglo Veinte.

1 J. Tardieu, extranjera, El Río escondido (1933)

2 En teatro, él estreno en 1950 de su comedia Un mot pour un autre (Una palabra por otra), con una absoluta subversión del lenguaje, teatral, hizo que algunos lo consideraran como un autor cómico y otros como cercano al teatro del absurdo. Y aunque algunos de sus personajes podrían abonar esta tesis especialmente su Profesor Froeppel, que expone tesis como la siguiente: «A fuerza de ser meticuloso, el espíritu corre el peligro de morir de onanición»-, su experimentación formal con el lenguaje estaría más en la línea de autores como Raymond Queneau o Georges Perec. Aunque, en definitiva, puede que haya sido él mismo el que mejor se ha definido: «Un pesimista, pero con buena salud». (El Paìs, 2/2/1995)

Una buena preguntita banal de Jean Tardieu

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       logo cafe muller.jpg            Logo 1,2,3 Danza verde.jpg              1511030_693913660652330_659522883_n.png

                      

 

1, 2 ,3 Danza – Gacetilla de Prensa

 

Todos los viernes desde el 25 de abril al 27 de junio.

 

Solos, dúos y tríos de danza contemporánea.10 obras cortas, entre 5 y 25 minutos.

Cada viernes se presentan tres propuestas distintas. «1, 2,3 Danza»

propone un encuentro entre artistas de la danza

y un cruce de públicos en un mismo espacio.

Todos los viernes Mayo y Junio a la 21hs en Espacio Café Müller

(Lavalleja 1116 timbre PB.) Valor de la entrada: $60.

Idea y Coordinación General: Catalina Lescano.

Dirección Artística y Producción Ejecutiva: Catalina Lescano y Javier Otero

Coordinación Técnica: Javier Otero

 

Los invitamos a esta 4ta edición en la que se presentarán 10 obras cortas de las cuales

8 obras fueron seleccionadas por convocatoria abierta en la que recibimos más

de 50 materiales y 2 obras en proceso de coreográfos invitados a estrenar su material en el Ciclo.

El día 25 de abril se hará una función especial pre-lanzamiento del Ciclo en el Teatro El Brio

(Av. Alvarez Thomas 1528) a la gorra con el motivo de difundir el evento

29A por la ley Nacional de Danza.

 

La programación está conformada por:

Fecha 5

Dirección idea, interpretación y coreografía: Martina Kogan

Música: Fragmento de un relato de Víctor Hugo Morales.

 

Recordar 29 años para bailar 22 minutos

Idea e interpretación: Marina Otero

Participación en escena: Gastón Exequiel Sanchez

Fotografía: Candela Krup

Montaje de Videos: Martin Berra

 

Yedra

Creación e interpretación: Nuria Vadell

 

Oh! My Second-Hand Life in Yugoslavia

performance: sebastião soares

asistencia de dirección: pablo castronovo

música: mauro panzillo (mauro ap)

 

Brote o La tierra ella misma

Coreografía/ Dirección: Marcela Castañeda

Asistencia en dirección: Laila Canteros

Intérprete: Marcela Castañeda

Foto: Diego Carrizo

 

Naranja Cielo Vaquita

En escena y dirección: Facundo Monasterio

Asistencia general: Alejandra Machuca+Lucía Rodriguez

Diseño vestuario: Facundo Monasterio+Alejandra Machuca+Lucía Rodriguez

Diseño luces: Michel Steinberg

Música: Ariel Villanueva

 

Muerte en Abril

Creación, Dirección e Intérprete: María Belén Arena

Música: Dj Pablozqui

 

Cindy

Creación e Interpretación: Vicky Carzoglio

Música: Bill Callahan / All your woman things

 

Coreográfos invitados a Estrenar material en el Ciclo:Grupo del Patio

(Carla Rímola, Laura Figueiras y Marisa Villar) y Emanuel Ludueña

 

Programación Día X Día:

 

0- 25/4: Función especial en el Brio

Fecha 5

Recordar 29 años para bailar 22 minutos

Work in progress Grupo del Patio

1- 2/5: Cafe Muller

Yedra

Oh! My Second-Hand Life in Yugoslavia

Brote o La tierra ella misma

2- 9/5: Café Muller

Yedra

Brote o La tierra ella misma

Work in progress Grupo del Patio

3- 16/5: Café Muller

Oh! My Second-Hand Life in Yugoslavia

Naranja Cielo Vaquita

Muerte en Abril

4- 23/5: Café Muller

Naranja Cielo Vaquita

Muerte en Abril

Work in Progress Grupo del Patio

5- 30/5 Cafe Muller

Recordar 29 años para bailar 22 minutos

Fecha 5

Work in progress Emanuel Ludueña

6- 6/6 Cafe Muller

Work in progress Grupo del Patio

Fecha 5

Oh! My Second-Hand Life in Yugoslavia

7-13/6: Cfe Muller

Recordar 29 años para bailar 22 minutos

Muerte en Abril

Work in progress Emanuel Ludueña

8- 20/6: Cafe Muller

Cindy

Yedra

Naranja Cielo Vaquita

9- 27/6: Cafe Muller

Work in progress Emanuel Ludueña

Cindy

Brote o La tierra ella misma

1,2,3 DANZA

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Entrevista a Gabriela Villalonga

María de los Ángeles Sanz

Gabriela Villalonga es actriz, directora, maestra & psicóloga social (Primera Escuela de Psicología Social Dr. Enrique Pichón Riviere). Se formó con maestros tales como: Carlos Lagos, Beatriz Matar, Carlos Gandolfo, Alberto Ure, Osvaldo Saidón y Tato Pavlovsky. Como actriz, sus últimos trabajos fueron: La Mejor Solución, escrita y dirigida por Hernán Morán; Entrenamiento Revolucionario y Monoparental escrita y dirigida por Gabriel Virtuoso; Detrás de la forma, escrita y dirigida por Alfredo Martín (espectáculo que participó en el 2012 en el X Festival Internacional Gombrowicz en Polonia). Es profesora de Integración de Grupos en Andamio 90; Profesora de Teatro en “Los Andes” (Espacio de la Secretaria de Extensión Cultural de la CABA, continuación de la Sala Alberdi del Centro Cultural San Martín) y en otras instituciones tales como El Tadrón y El Desguace; es profesora de teatro en Casa Flores perteneciente al Gobierno de la Ciudad y en INTEGRA (ambas instituciones trabajan en tratamientos de las adicciones); Trabaja en Integración Comunitaria en la Escuela Secundaria Miguel Hernández. En el ámbito de la salud mental trabajó en clínicas psiquiátricas y para el tratamiento de las adicciones (Témpora, Encuentro, Cuidados Continuos, Clínica Santa. Teresa de Ávila). Como actriz, formadora de actores y coordinadora de grupos su palabra a la hora de integrar poéticas y géneros diversos es una palabra autorizada. Sus trabajos son tan disímiles como los que encara ahora como actriz en dos puestas, una que proviene de la literatura Díptico Kafkiano, y otra que aúna a dos dramaturgos de siglos diferentes como Federico García Lorca y Molière, Doña Rosita y el Don Juan.

¿Cómo se conjuga desde la poética actoral, dos trabajos desde estéticas tan diferentes?

Durante los ensayos, los actores, actrices, nos apropiamos del lenguaje de cada obra, de cada personaje. Son intensidades diferentes, ritmos, velocidades, contornos corporales que surgen en la investigación. Creo que es importante entrenarnos para lograr la disponibilidad necesaria para que esto suceda.

¿En cuál te sentís más cercana al personaje, más identificada con el relato?

En Díptico Kafkiano hago dos personajes: en La Metamorfosis, interpreto a una investigadora de Kafka, me divierte la posibilidad de desplegar, con el público, conceptos especializados en el mundo simbólico del escritor checo; en El Proceso, me pongo en la piel de la Sra. Grubach y lo que más me fascina de esta parte del trabajo es el juego que se abre, con ella, para atravesar diferentes emociones. En Doña Rosita y el Don Juan, soy Rosita, un verdadero desafío porque tengo que trabajar, en los sucesivos actos, el paso del tiempo en el personaje. De todos modos, para mí lo más exigido y cautivante de ésta interpretación es el encuentro con Don Juan. El, su enamorado, es literalmente de otro mundo. Durante el desarrollo del espectáculo, Rosita se desliza desde Federico García Lorca hasta Molière en un intenso recorrido que, a la vez, inaugura un mundo otro, distinto. Ella se cristaliza en una espera estoica, cuyo objeto de amor es nada menos que el Don Juan.

Los dos textos trabajan partiendo de materiales diferentes, uno proviene de la literatura, el otro de la dramaturgia, según tu punto de vista, ¿cuáles son los problemas a la hora de llevar un texto no dramático al escenario?

Cuando se parte de un material literario, pienso que el primer y principal trabajo es su adaptación a una convención teatral. Este proceso es sumamente creativo, de producción de sentido con y desde las escenas, las actuaciones y el conjunto.

¿Cómo se comunican a la hora de la actuación los roles de pedagoga y viceversa?

Hay un marco o encuadre del trabajo que, además de contener a los hacedores del acontecimiento teatral, nos orienta en cuanto a roles y distribución de las responsabilidades. Cuando me convocan para actuar, confío en la mirada del director. La experiencia compartida potencia el vínculo. Puedo hacer algún aporte, mientras tiendo a estar permeable a las consignas del director.

¿En el trabajo con los grupos, te interesa más la creación colectiva, o un trabajo a partir de un texto dramático?

Trabajo mayormente con textos de autor. El diseño grupal es en relación a éstas obras, con las que exploramos diferentes técnicas para la actuación. A lo largo del transcurso del año, cada grupo selecciona la obra que más le interesa realizar y organizan todas las condiciones necesarias para presentarlo al público (Funciones, Sala, entre otros). Son ellos mismos los que le van dando forma y contenido al hecho teatral que protagonizan. Mientras experimentan diferentes técnicas, construyen a la vez su propia estética identitaria, se constituyen en una compañía de teatro.

¿Qué recursos se ponen en juego a la hora de interpretación de autores clásicos como Molière?

Pienso que los recursos son siempre personales, subjetivos: lo que uno conozca sobre la producción del autor, la sensibilidad a la hora de incorporar ese lenguaje. La disponibilidad para aprhender los climas de las escenas, de habitar los » paisajes » que propone el dramaturgo. Cuanto mayor sea la exploración de lo imaginario, más allanado estará el camino para la creación; la técnica y la experiencia están para hacernos compañía.

Entrevista a Gabriela Villalonga

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Una excelente propuesta de Hugo Álvarez: Esquina peligrosa de John Priestley
Susana Llahí

En la sala “Corrientes Azul” se estrenó el 5 de marzo, con la dirección de Hugo Álvarez, la pieza del autor inglés John Boynton Priestley (1894-1984), Esquina peligrosa. Priestley, influenciado por las teorías de John William Dunne sobre la percepción no lineal del tiempo, desarrolló gran parte de su obra dramática atendiendo las ideas del ingeniero, escritor y parasicólogo irlandés. En Esquina peligrosa (1932), El tiempo y los Conway y Yo estuve aquí antes, ambas de 1937, la trama no sigue una línea temporal cronológica. Priestley libera a su teatro de las fronteras entre ilusión y realidad. ¿Qué es lo real?¿Qué es ficción?. Para Priestley (siguiendo las reglas de la fenomenología) el tiempo en el que estamos inmersos, homogéneo, y sucesivo, sólo era una deficiencia de nuestra percepción. De allí que, superponer los planos de un relato, detener el flujo temporal o modificar lo sucedido en la ficción, como en normal metamorfosis, fuera para el dramaturgo algo que fusionaba con la realidad.
La acción comienza cuando al finalizar la cena en la mansión de los Caplan, adinerados propietarios de una empresa editorial, Olivia reconoce una cigarrera que perteneció a Martin, miembro de la familia que se suicidara un año atrás. A partir de ese momento, en medio de una gran tensión, comienzan a recuperarse los espacios que registra la memoria de cada uno de ellos y de esa manera, pueden llegar al momento justo de la muerte para hallar los motivos que la pudieron ocasionar.
La actuación muestra una heterogeneidad que acentúa aspectos melodramáticos y otros más superficiales. Es notoria la oposición entre el personaje de Robert (Gustavo Bonfigli), Olivia (Marcela Haimovich) y Brian (Leo Bartolotta) con relación al resto. Bonfigli muestra una composición trabajada en base a la interioridad del personaje, reflexivo, profundo, el estallido último es producto de la desesperación ante el derrumbe del orden familiar. El personaje de Olivia, en cambio, a pesar del sufrimiento guardará el tono mesurado hasta el final, aunque en ella jueguen las contradicciones en que se sumerge debido al amor confesado y no correspondido. Brian, evoluciona dolorosamente en su dramatismo. El resto de los personajes presentan una actuación exterior que ironiza sobre esa historia saturada de silencios, de posteriores desbordes y en definitiva, de una intencionada incomunicación. Quizás Freda (Piren Larrieu), se encuentra demasiado distanciada de todo el horror del momento. Podemos pensar que hay en ella una resistencia aristocrática ante el dolor, la que le impone su cultura y que a su vez, la induce a ironizar con mayor intensidad. No obstante, creemos que desde lo actoral, el personaje requiere acentuar la tristeza o al menos la melancolía a partir del momento en que se descubre la verdad. La música y la danza agregan a la puesta un tono farsesco, que distancia, que obliga a relajarse y reflexionar sobre cómo se puede construir una mentirosa realidad a partir del silencio. Cuánto mejor es “no abrir la puerta” que nos conecta con los espacios de la memoria.
Muy bueno el trabajo de espacialización y acertada la reconstrucción del momento del suicidio. La revelación de la muerte de Martín con uso de la voz en off, superpone otro plano, el del espacio silenciado, el de un tiempo defectuosamente percibido. Finalmente, el plano de la realidad asume carácter de ficción, el del radioteatro que el grupo estaba escuchando en el momento en que comienza la acción. El vestuario y la escenografía muy cuidados, presentan los detalles que convienen a una puesta realista.
Una propuesta que actualiza una obra que no pierde vigencia, simplemente, porque a pesar de que la vida actual destruyó tabúes y parece que todo puede ser dicho, siempre habrá factores que impiden exteriorizan los conflictos interiores y dar paso a la verdad.

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Ficha técnica: Esquina peligrosa de John Boynton Priestley. Teatro: “Corrientes Azul”. Avda. Corrientes 5965. T.E. 4854-1048. Elenco: Gustavo Bonfigli. Fernando Álvarez. Leo Bartolotta. Marcela Haimovichi. Piren Larrieu. Nonnel Nhoj. María Paula Neme. Emiliano Boidi. Carlos Romero Franco. Voz en off: Martín Caplan. Locutor de radio (voz en off): Santiago Villafañe.

 

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Esquina Peligrosa

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Incrustaciones o el paladar de la reina de
Chantal Thomas

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz
Una historia sencilla, lineal entre tres personajes que desarrollan una relación cargada de una tradición, madre, hijo y nuera. Una suegra que intenta por todos los medios recuperar para ella el sentido de su vida en la figura del hijo /objeto. Con una escenografía de muy interesante presencia, hecha desde la intertextualidad de la plástica (Kadinsky) como decorado y muy pocos elementos de utilería, las secuencias se desarrollan con una muy buena actuación de la actriz y su partenaire. Yanina Olocco bajo la dirección de Nela Fortunato, lleva adelante con solvencia y talento a través de los diferentes personajes que encarna la intriga, y construye un clima entre real y onírico, extraño y exótico, que sin embargo es absolutamente referencial para el espectador. Su trabajo con el cuerpo y la voz hacen que no sólo lo exterior cobre significación para marcar las diferencias, sino que es su cuerpo el que crea la ilusión de lo diferente. El uso de las máscaras denota el sentido hacia donde apunta la puesta: la vida es un mundo de apariencias que oculta el ingrediente siniestro en las relaciones más íntimas, aquellas que deberían ser las más contenedoras. Máscaras que permiten la ilusión de una vida tranquila y ordenada, con una armonía que es sólo un relato construido. La parodia a la institución matrimonial, a la felicidad del amor conyugal, y al discurso del psicoanálisis y por extensión al universitario en general es clave en ese triángulo familiar, dónde la ciencia no ayuda a ver al personaje femenino la edípica relación entre su marido y su suegra, distracción que surge entre el abismo de la palabra escrita y la realidad concreta y que pagará con un precio definitivo. Perversidad, manipulación y un juego triangular entre dos mujeres que tienen al mismo sujeto como objeto de deseo. La metáfora de los crustáceos en el fondo del mar revela la incrustación de un personaje no deseado en la pareja, y es además la visión de su propio destino. La teatralidad, lo lúdico, el juego de las palabras, son procedimientos logran el extrañamiento sobre un relato de lógica causal: Los celos, entre suegras y nueras que terminan destruyendo la relación de pareja y donde uno de los vértices de ese triángulo incestuoso debe desaparecer. La figura de la muerte, el colega en Dupa, y el hijo son llevados adelante con ductilidad por Cristian Cabrera para lograr el diálogo con los personajes femeninos que se suceden. Si bien la historia y los personajes son simples la textura que tiene el hecho teatral es poco habitual, el espectador queda atrapado y atravesado por un relato a pura teatralidad. Ambos actores tienen la capacidad de desdoblarse en otro personaje sin afectar el ritmo propio de la obra, esta ductilidad da cuenta del trabajo previo de investigación en distintas técnicas. Suponemos que el proceso fue pensando de forma centrífuga, pues “se desarrolla y ramifica a partir de uno o más núcleos” y siendo el resultado de un “proceso orgánico” . A partir del humor y de la técnica extra-cotidiana de Yanina Olocco y de Cristian Cabrera el hecho teatral, una vez finalizado, nos deja algo más que una sonrisa para pesar sobre la cotidianidad de la temática.

Ficha técnica: Dirección: Nela Fortunato . Dramaturgia: Chantal Thomas. Elenco: Yanina Olocco y Cristian Cabrera. Concepto y diseño escenográfico: Daniela Schiaffino. Asistencia de Dirección y Producción: Manuela Iseas. Diseño y composición musical: Juan Sevlever. Diseño y realización escenográfica: Clo Sáenz, Graciana Urbani, Tom Harris y Daniela Schiaffino. Realización de escenografía: JEP Producciones. Diseño Gráfico: Clo Sáenz. Produccion: Grupo Paladares Incrustados, Tertulias Lúdicas y Liliana Sabag. Asesoramiento luminotécnico: Fernando Raíces.
Prensa & Difusión: Hola! Prensa & Difusión. Fotografía: Agustín Manoukian.
Videos: Agustín Manoukian y Sebastián Romero. Teatro: Belisario Club de Cultura.

Bibliografía
Taviani, Ferdinando, 1990. “Visiones: el actor y el espectador” en Barba – Savarese, El arte secreto del actor. México: Pórtico de la Ciudad de México: 341-354.

Taviani plantea la idea de que un espectáculo teatral se puede concebir bien como una máquina o bien como una planta. En el primer caso el resultado sería “bueno” si se corresponde con el proyecto, mientras que en el segundo: “la forma final de una planta no corresponde nunca a un proyecto, es el resultado –imaginable pero imprevisible- de un proceso orgánico. “ (1990: 346)

Nela Fortunato: Actriz, con formación en canto y danza. Es egresada de Andamio 90 (escuela terciaria de formación actoral fundada por Alejandra Boero). Entrenó desde el año 2007 con Marcelo Savignone bajo la técnica de teatro físico de Jacques Lecoq, lo que la llevó a perfeccionarse en LISPA: London International School of Performing Arts. Allí completó el programa de estudios de 2 años (2009 a 2011), seguida por la actuación y coautoría del espectáculo Ships of sand que presentó con su compañía internacional Lyrebird Theatre Co. en el Fringe Festival de Edimburgo 2011.
http://holaprensaydifusion.blogspot.com.ar/2014/03/incrustaciones-o-el-paladar-de-la-reina.html

Incrustaciones

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Como si fuera un crimen de
Alfredo Martín a partir de
Una tarde domingo, texto de
Roberto Arlt

“Pero yo nací en la calle y me crié en la calle. (…)Nací bajo el signo de Aries, que confiere un cuerpo fogoso, activo, enérgico y algo inquieto. ¡Con Marte en la novena casa! Nacer en la calle significa vagar toda tu vida. Ser libre. (Henry Miller, Primavera negra)1

“-Sí, yo sé lo que le pasa a usted. Tiene un concepto idealista de la pureza. Se olvida que las mujeres tienen necesidades y piensan como los hombres.” (R. Arlt, El amor brujo)

María de los Ángeles Sanz
El matrimonio como una institución burguesa decadente es el nudo temático de muchas de las obras de Arlt, tanto en su narrativa como en su dramaturgia. En la puesta de Alfredo Martín, si bien aparentemente el relato nos habla de una posible infidelidad, por debajo de las palabras que conforman la pieza para lograr el clima y el universo arltiano, aparece el sarcasmo, la desilusión, el fracaso de los hombres por lograr la felicidad dentro de una estructura que los aprisiona como una cárcel sin barrotes. Para los personajes del autor de Los siete locos o El amor brugo, El fabricante de fantasmas o Prueba de amor, sólo para mencionar algunas de sus obras, la vida en común de los hombres es ya una lucha cotidiana donde la maldad se sale muchas veces con la suya, y donde la cotidianidad entre las parejas es un infierno de límites insospechados. La puesta elige ese universo oscuro de las criaturas que forman su imaginario, y nos presenta una estructura desdoblada donde una pareja narradora se hace cargo de la historia que vivirá la otra pareja, la que llevará adelante una situación que fuera del relato es un ejemplo vívido de la experiencia de Arlt. Del Arlt voyeur por las calles y los cafés porteños donde recogía con agudeza e ingenio las peripecias que formarían su escritura, del Arlt presa de la misma tragedia que sus descarnados personajes. Alfredo Martín conoce a fondo el alma que puebla sus fantasmas y logra un clima que nos lleva años atrás donde el autor en la fiebre de sus textos construía un tratado sobre el matrimonio, con todas las leyes y preceptos que lo componen para lograr la infelicidad de hombres y mujeres. Los actores entonces nos develan en la escena la singularidad de una anécdota donde caen como en dominó todas las máscaras que la sociedad obliga a llevar para dar cuenta finalmente de los deseos escondidos, y de la frustración de reprimirse a ellos por el que dirán. Es muy interesante la compleja trama que constituye el texto dramático, el soporte de la palabra para llevar adelante la acción, y la difícil tarea de presentar a seres atormentados que parecieran estar lejos de nuestra idiosincrasia y que los actores resuelven con una muy buena performance. El espacio de la sala Pan y Arte es de por sí, con su vitraux, el ideal para dar vida a la historia, y ubicar al espectador junto al vestuario en tiempo y espacio. Los desplazamientos por él, construyen la ilusión del encuentro fortuito en la calle, y luego el paso a la sala dónde Eugenio y Leonilda establecerán su duelo de seducción y rechazo. El sillón de Juan, donde lee el diario y fuma su pipa, la mesa donde se sirve el té, la ventana testigo de los amantes, y la puerta que abre y cierra la posibilidad de un cambio real en sus vidas. Elementos realistas que la puesta proporciona como también la textualidad arltiana para desmentir luego en un juego donde lo cierto y lo deseado se cruzan con una funcionalidad distinta para lograr introducirnos en una construcción ficcional. Todo se conjuga para que disfrutemos nosotros también como voyeurs ante la invitación de los personajes narradores, de una pequeña historia común, donde los seres desnudan su alma y el alma de una sociedad que se piensa moral porque no se atreve a vivir.

Ficha técnica: Como si fuera un crimen. Dramaturgia: Alfredo Martín, sobre el cuento “Una tarde de domingo”, textos de “Noche Terrible” y artículos policiales de “El Facineroso”, de Roberto Arlt – Escenografía: María Verónica Duran y Alfredo Martín – Vestuario: María Verónica Durán – Iluminación: Diego Todorovich – Diseño Gráfico: Ignacio Vozzi – Asistencia de Dirección: Samanta Fassón – Asesoramiento artístico: Marcelo Bucossi. Dirección y Puesta en Escena: Alfredo Martín.

1 Primavera negra (1936) forma parte un mismo conjunto narrativo con Trópico de cáncer y Trópico de Capricornio, fue publicada por primera vez en París y continúa la inmersión de Miller en las entrañas de un mundo marcado por el sexo y la poesía, por la avidez cultural y por la sórdida forma de las relaciones humanas cuando la desesperación es su sino fundamental.

Como si fuera un crimen

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Cambio y Fuera de
Roberto Maiocco
Una comedia en clave psicoanalítica

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Un espacio escénico dividido en tres, uno de ellos avanza sobre el espacio escenográfico, el bar; el resto la habitación de la pareja de Patricia y Carlos, y el consultorio de éste. Espacio laberíntico del malentendido entre la ética del profesional, la confesión en su círculo cercano y el deseo de hombre. La música en vivo y el humor van uniendo las tres instancias como si fueran una libre adaptación de los imperativos del aparato psíquico freudiano: el ello – con su amigo y el detective, el yo – con la mujer amada – y el superyó – con su paciente. Si el “yo” esta determinado por las propias vivencias del marido enamorado, éste logrará saltar los hilos de esta comedia y de sus crisis matrimoniales / profesionales. Una pantalla hacia foro que ofrece el elemento onírico por un lado, y el reencuentro de la pareja por otro. Todo en clave de comedia de enredos, un moderno vaudeville, que utiliza los recursos tecnológicos para apoyar las herramientas de la actuación. Los personajes bien delineados y llevados adelante con muy buenas actuaciones, logran con sus disparatados diálogos hacer reír al espectador, congraciarlo con la identificación que las situaciones le producen. La parodia como procedimiento, atraviesa la mítica figura del psicoanalista, y la creencia que su ciencia puede entender, interpretar y solucionar todo lo referente a las relaciones interpersonales; la del detective, y la mesa de los amigos de siempre; jugando con los supuestos para desestabilizarlos después. La intriga es simple, es la dirección de Natacha Delgado y las actuaciones las que la cargan de espesor, y salvan algunos lugares comunes que la componen. Roberto Maiocco1 es guionista de cine, director, y dramaturgo, que desde la parodia y la comedia trabaja temas de complicaciones insólitas, dando cuenta en su escritura como desde un género no reconocido en su verdadera dimensión como la comedia se pueden tocar temas difíciles como la muerte2, o urticantes como la sexualidad. El humor paródico invierte el sistema de fuerzas, y pone en tensión a un saber que es uno de los discursos que organizan el mundo. La teoría versus la praxis, el sillón de Freud leído desde la sabiduría de la mesa del café, en la figura del personaje de Carlos que ante la incertidumbre necesita de la voz del otro, sus amigos, ya que no encuentra sólo en la autoridad de su conocimiento una vía razonable.

Ficha técnica: Cambio y fuera de Roberto Maiocco. Elenco: Carlos Bisignano, Pablo Schapira, Jéssica Becker, Gustavo Reverdito, Gabriel Jacubowicz. Música en escena: Nahuel Bailo. Asistente de dirección y producción: Gustavo Reverdito, Ezequiel Reschini. Producción general: Natacha Delgado. Diseño y realización de escenografía: Virginia de los Santos, Lorena Bufidos. Vestuario: Ariel Nesterzuck. Diseño de luces: Virginia de los Santos. Realización de video del sueño de Ferrari: Víctor Bailo, Natacha Delgado. Diseño gráfico: Lorena Bufidis. Caricatura: Mariano Falcón. Voz en off “Juanita”: Marga. Fotografía: Horacio López Zeballos. Realización video super: Lautaro Delgado. Edición: Elena Carpman. Prensa: Octavia Comunicaciones y Gestión Cultural. Andamio 90.

1 Roberto Maiocco (1950) es Médico recibido con Diploma de Honor de la Universidad de Buenos Aires. Luego de terminar la carrera de Medicina, se inclinó por el mundo de las artes y comenzó a estudiar Fotografía, Actuación, Cinematografía y Dirección de Actores. Sin abandonar la práctica médica, escribió y dirigió diversos cortos y en 1988 realizó su primer largometraje, “Gracias por los Servicios”, que contó con las actuaciones de Lito Cruz, Cecilia Cenci, Ulises Dumont y Franklin Caicedo. Su segunda película “Solo Gente” (2000), narra la vida de un joven médico residente que debe enfrentarse a los claroscuros de su profesión y fue protagonizada por Pablo Echarri, Lito Cruz, Cristina Banegas y Walter Santa Ana. “Un Minuto de Silencio” (2005), con Eduardo Blanco y Alejandra Darín, se alzó con el premio a la Mejor Película en el Festival de Cine Iberoamericano de Madrid. En su faceta de dramaturgo publicó en el año 2010, a través de la editorial Corregidor, “Tres Comedias Angustiantes”, cuyas diferentes piezas han sido llevadas escenario o están actualmente poniéndose en escena.

Cambio y Fuera

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Las rosas en el jardín de Zula de y por

La Compañía de teatro Zula

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Desde los orígenes del teatro occidental, desde el rito hasta la última representación, asumir la subjetividad de otros nos ha ayudado a actores y espectadores a comprender el alma humana, sus relaciones, sus deseos, sus amores, sus alegrías y sus tristezas. El bio-drama1 es una de las poéticas que más se acerca a cada uno de los participantes en esa comunión espiritual que significa participar de una puesta teatral. Con actores profesionales, o con protagonistas de la historia narrada, rompiendo o no la cuarta pared, el clima que la presencia de una narración que sabemos ligada a un hecho real, cotidiano, muy cercano a nuestras propias emociones nos produce va más allá del goce del hecho artístico. Esa sensación de intimidad es la que produjo la puesta de teatro documental de la Compañía de Teatro Zula2 en los espectadores, y que se comprobó luego de terminada la función a través de las preguntas que el público hizo a los artistas. Las lecturas diversas que la sociedad tiene sobre un mismo hecho, quedaron desnudas en las palabras de los participantes que asumieron la voz para el diálogo con Talita Braga, Andrèia Cuaresma y Cristiano Aráujo. Comprender, es ponerse en la piel del otro, y sin juzgar hacernos cargo de sus sentimientos aunque no los compartamos del todo. Con la puesta que Talita Braga hace sobre la historia de su madre, Rosángela, logra comprender, entender sus acciones sin culparla. Nos introduce desde el recuerdo fragmentado de la niña, de la memoria reconstruida de la mujer, a través de un género no teatral, la entrevista, en el difícil mundo de su madre y nos da cuenta de que aunque dolorosa su historia no estaría completa si ella quedara fuera del relato. Reconocerse en gestos y palabras, volver hacia atrás la mirada, hasta llegar a la abuela que dará nombre a la compañía teatral, es un camino necesario para ella que se muestra en el escenario con la pregnancia y la ternura que provoca en el espectador el mismo entendimiento que ella por fin ha logrado. Todos los materiales, desde los testimonios, las fotos, el vestido de casamiento de la abuela Zula, los pétalos de rosas, con su simpleza aúnan un recorrido que desencadena en las cartas que permitieron el reencuentro, y la desnudez del cuerpo, metáfora de la verdad expuesta del alma. Un relato de vida en color sepia que se actualiza ante nuestra atenta mirada a través de ambas actrices que con ductilidad y profesionalismo le dan espesor al signo teatral. Un discurso que nos atraviesa más allá de la instancia de creación, hechos cotidianos y personas reales se materializan en un espacio escénico simbolista. En el espacio escénico algunos pocos elementos: dos marcos quizás como puertas que se abrieron para que Rosángela pudiera buscar “el sentido de su vida”, dos valijas tal vez como punto de partida pero también como punto de reencuentro, dos sillas que supieron esperar,… Tanto Andréia como Talita van asumiendo e intercalando durante el relato la voz de Rosángela, su imagen y su voz nos resulta familiar por la naturalidad y la emoción a flor de piel. Mientras el tiempo pasado y el presente se van imbricando sin subordinación, pues el ritmo interno va construyendo sentido sin ninguna perspectiva donde haya un mínimo juicio de valor. El ritmo necesario que permite a cada actriz cambiar su vestuario, el ritmo que permite la libre desnudez del cuerpo y del alma. Nada ha quedado librado al azar, incluso los silencios o los “tiempos débiles” van otorgándole la plasticidad y la fuerza expresiva especial que nos contiene como espectadores y como individuos. Y, por sobre todo, nos enseña que es necesario dejar caer nuestras máscaras, conscientes o no, una por una aunque a veces sea doloroso el esfuerzo para poder seguir vivos y construyendo un mundo mejor. Solo nos resta decir gracias desde nuestro lugar de hijas, de madres y de mujeres.

Ficha técnica: Las rosas en el jardín de Zula. Idea: Talita Braga. Realización: Zula Compañía de Teatro. Coordinación de Producción: Talita Braga. Producción Ejecutiva Brasil: Andréia Cuaresma. Dirección: Cida Falabella. Asistencia de Dirección: Cristiano Araújo. Elenco: Andréia Quaresma y Talita Braga. Dramaturgia: Zula Cia de Teatro y Cida Falabella. Iluminación: Cristiano Araújo. Preparación Corporal: Sergio Penna. Escenografía y Vestuario: Eduardo Félix. Creación de audiovisual y videos promocionales: André Veloso. Banda Sonora: Zula Cia de Teatro y Constantina. Fotografía Material Gráfico: André Veloso. Difusión de prensa: Silvina Pizarro. Producción Ejecutiva Buenos Aires: Anita Lüscher. Programación Visual: Anderson Guerra. Traducción del testo portugués/español: Teresa Zamorano. Clasificación indicativa: 14 años. Duración: 1 h.  Género: Teatro Documental. Teatro El Extranjero.

Hemeroteca:

Durán Ana, 2004. “El contra – biodrama” Entrevista a Daniel Veronese a propósito de la puesta La forma que se despliega  en Funámbulos Revista casi de Teatro, año 7, nº 21, abril.


1 Bio – drama un género que tiene ya una trayectoria en el país sobre todo desde la figura de Viví Tellas,

Dijo la directora en un artículo editado en la revista Funámbulos: “Biodrama se inscribe en lo que se podría llamar el retorno de lo real en el campo de la representación. Después de dos décadas de simulaciones y simulacros, -lo que vuelve en parte como oposición, en parte como reverso- es la idea de que todavía hay experiencia, y de que el arte debe inventar alguna forma nueva de entrar en relación con ella. La tendencia, que es mundial, comprende desde fenómenos de la cultura de masas hasta las expresiones más avanzadas del arte contemporáneo, pasando por la resurrección de géneros hasta ahora menores como el documental, el testimonio o la autobiografía. Le retorno de la experiencia –lo que en Biodrama se llama vida- es también el retorno de Lo Personal. Vuelve el Yo, si, pero es un Yo inmediatamente cultural, social, incluso político.” (Vivi Tellas, 2004,51)

2La Zula Compañía de Teatro fue creada en Julio del 2010, en la ciudad de Belo Horizonte, Brasil. Nació del deseo de yo y Andréia Quaresma de realizar un trabajo autoral, además de un interes especial por el universo femenino. Interesabanos discutir la figura de la mujer, de la madre, la relación entre madre y hijo y la fuerza del femenino. En uno de nuestros encuentros yo dijo que tenía una historia que contenía todos estos temas, la historia de mi madre. A partir de ahí comenzamos a investigar cómo colocar una historia real y personal en escena. Como hacer con que la historia de uno sea la historia de muchos. El trabajo del grupo se inició con la creación de una escena de  quince minutos “As rosas no Jardim de Zula” (Las rosas en el jardín de Zula) con el fin de participar en el Festival Cenas Curtas do Galpâo Cine Horto (Festival de Escenas Cortas), en junio del 2011. Fue una sucesión de éxitos: se convirtió en la escena más votada de dicho Festival y, también, en el marco de la Séptima muestra de escenas breves de Curitiba (Octubre, 2011); fue galardonada por el uso del material documental en el Festival de Escenas Breves del Teatro Manaus (Marzo, Año 2012); seleccionada por la Fundación Municipal de Cultura de Belo Horizonte para diferentes presentaciones en los centrosculturales de la ciudad (Año 2012). Finalmente, ésta escena corta se transformó en “Las rosas en el Jardín de Zula”, el primer espectáculo teatral de la Compañía. (Es un fragmento de la entrevista que también se encuentra en lunateatral2wordpress.com)


 


Las rosas en el jardín de Zula

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Esquinas en el cielo de

Mariana Mazover inspirada en textos de

 Liliana Hecker y Silvina Ocampo

Construir y ser construidos

That is the question

Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz

Mariana Mazover construye un textualidad dramática inquietante cuando ubica en un triángulo constante a seres cuyas vidas están signadas por un poder que desde el vértice somete a sus víctimas, mujeres. Tanto la niña encerrada, Lucrecia, obligada a vivir dentro de un mundo construido por otro, a vivir de la apariencia de lo real; como la posible institutriz, Adela, que llega a ese mundo a intentar develar, hacer caer la máscara, pero que se encontrará con la férrea complicidad que desata la suma de procedimientos que sostiene la relación padre / hija; están censuradas, obligadas más allá del encierro físico a pensar en un única dirección, metáfora que nos abarca a todos sin extendemos la cualidad de mirar y ser mirado en un mundo que juega a relaciones de simulacro. Síndrome de Estocolmo de por medio, creer que desde la obediencia se logrará la buena voluntad del padre, o por temor al castigo, las acciones de los personajes son formas de resistencia. Cada una de los interrogantes que la trama plantea  y que aparece en escena en las muy buenas actuaciones, logran junto a un espacio escenográfico cargado de símbolos, que ingresemos a ese mundo donde el tema es la asfixia. Desde el comienzo, el personaje se entrena en la capacidad de sobrevivir sin respirar, y todo lo que continua es un juego que la lleva una y otra vez a esa instancia primaria. Como el género lo requiere, absurdo de amenaza, las acciones se desenvuelven en un no tiempo, que luego se transforma en cíclico, cuando todo retorne al punto de partida. La carga semántica de la pieza permite una mirada multiplicada y rizomática que se extiende hacia una lectura u otra con la misma carga de significación. Desde lo psicológico, la niña es “secuestrada” por su padre en reemplazo de aquella que se ha ido, nunca lo sabremos a ciencia cierta, y para evitar ser abandonado nuevamente. Pero en una interpretación desde el concepto de género, las niñas viven encerradas en un discurso patriarcal, que evita que su voz se exprese con libertad. Se necesita que sea y diga aquello que es controlado por el otro, sin salirse de un argumento que no le pertenece, para evitar que se rebele una vez que crezca; para ello hay que evitar también que lo haga: el cuarto de niña, las muñecas sosias de sí misma, el vestido antiguo, y el nuevo que trae un relato terrorífico sobre su uso. Todo se cierne sobre ella para que no pueda construir su propia narración de vida. La debilidad de los personajes femeninos, se expande hacia fuera, hacia una sociedad que también supo estar amordazada y temerosa de los castigos que podían sucederse si hacíamos preguntas inquietantes, o ofrecíamos respuestas incorrectas. Como afirmaba María Elena Walsh en aquel artículo tan controvertido de 1979, Desventuras en el país de Jardín Infantes, ciudadanos convertidos en niños temerosos y ciegos a la realidad. Mazover si bien en esta oportunidad la temática es la infancia en su obra Piedra dentro de la piedra[1] también construye un mundo cerrado aunque no tan claustrofóbico, mientras el afuera resultaba inabarcable. En esta oportunidad logra perfectamente en sus personajes el estatismo que refuerza el espacio escénico, un sinsentido a mitad de camino entre lo siniestro y la fantasía / lo onírico. En el espacio virtual representado un mundo quizá “real” y que la pequeña aún podría descubrir pero que en el presente de la historia solo puede imaginar como en un libro de cuentos infantiles atravesado por zonas oscuras e incomprensibles:

Lucrecia: Todos los pájaros que están afuera en el árbol rojo son míos, sabés. Me los regaló mi papá: a todos. Incluso los pichones que van a venir el año que viene. Me voy a dar cuenta si me robás… y el castigo que yo tengo implementado para las ladronas no lo vas a querer conocer, por tu bien…[2]

Ahora bien, mientras en lo real concreto,  en el reducido y agobiante espacio escénico todo es pequeño, producto de un tiempo detenido – el escritorio, la cama, la inútil ventana, el vestido que asfixia a la niña,…- en especial la puerta parece no ser la posible y única salida, quizá porque es también pequeña, quizá porque nos niega poder ver más allá como si solo hubiese vacío. Un hecho teatral sin fisuras que suspende también nuestro tiempo – tiempo real de la representación – y nos involucra en esa atmósfera de inmovilidad sin poder recuperar nuestra voluntad. Pues Mariana como el autor-demiurgo[3] única dueña del saber a través de las fuertes imágenes visuales y auditivas focaliza nuestra mirada como si todo fuera un sueño o una pesadilla.

Ficha técnica: Esquinas en el cielo de Mariana Mazover. Elenco: Alejandra Carpineti, Lala Mendía, Daniel Begino. Producción Ejecutiva: Natalia Slovediansky. Asistencia de Dirección: Camila Peralta. Asistencia Dramatúrgica: Ornella Dalla Tea. Escenografía e Iluminación: Felix Padrón. Vestuario: Pía Drugueri. Asistente de Escenografía: Mauro Petrillo. Maquillaje: Ana Pepe. Música Original: Mariano Pirato. Arte gráfico: Julieta Mora. Fotografía: Luiza Lunardelli. Prensa: Simkin  & Franco. Dramaturgia y Dirección: Mariana Mazover. La Carpintería


[3] Concepto desarrollando en: Font Doménech, 2002. “La alteridad moderna (Arabescos)” en Paisajes de la modernidad. Barcelo, Paidós.

Esquinas en el cielo