Al Estribor de Ramiro Prosperi

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Al Estribor de Ramiro Prosperi

De Córdoba con amor.

Un salvavidas a la derecha del barco por favor

“La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento. Tampoco sus habitantes se llaman ya “sujetos de obediencia”, sino “sujetos de rendimiento” (Byung Chul Han)

Mariángeles Sanz

sanz897@yahoo.com

Un barco está rodeado de gente que grita desesperada por auxilio, está en el agua, se ahoga, arriba en cubierta, a estribor, el costado derecho del barco, el capitán y el contramaestre escuchan pero toman una aptitud diferente ante el mismo acontecimiento. El capitán niega la importancia, no quiere ayudarlos, ellos deben hacerlo por su cuenta, mientras el contramaestre le pide que les arroje los salvavidas sin conseguir que lo escuché y acepte su propuesta. La negación llega a su extremo cuando el capitán se arroja a las aguas y descree del peligro inminente.

Como una metáfora de nuestro tiempo, Prosperi nos ofrece un cuadro de las consecuencias de la ceguera en la que podemos caer cuando nos dejamos llevar por un discurso mediático que niega la otredad, para quien el otro es un estorbo, por no decir el enemigo interno a propósitos espurios. Y lo hace a través de un espacio /tiempo de un barco que no rescata a sus sobrevivientes del naufragio, y a un contramaestre que reclama ayuda y pone el condimento del sentido común de la solidaridad, sobre el egoísmo, el individualismo, la negación y el sálvese quien pueda. Mientras el barco también se hunde, la ayuda llega en el personaje de un coach, adquisición de un mundo neo- liberal regido por las variables de mercado. Ayuda que por supuesto ante el desconocimiento de la otredad no logra nada. Porque la historia no, la memoria no, sólo un presente ciego al que se le aplica el método: “(…) el de la libre obligación de maximizar el rendimiento”

El mundo de la positividad del que nos habla hace ya un tiempo Byung – Chul Han, con los procedimientos de los que nos advierte  Noam Chomsky con los que los medios nos aturden y embrutecen día a día, queda expuesto en la cubierta de un barco horadado por un hacha. Es el mundo neo-liberal y posmoderno y sus consecuencias son la temática de un texto que la dirección de Jorge Varela pone en escena, como denuncia y advertencia para quien quiera oír, oiga.

La propuesta nos pone en frente de una realidad demasiado real para decirla sin la ayuda de la imaginación; la aparición finalmente del personaje de la sirena, a quien la literatura culpa de tener un canto que seduce y mata, invierte su rol ya que en la puesta ve con ojos de claridad, y eleva a las alturas el problema para tener una vista panorámica de él; además, cierra un trabajo que apela a momentos necesarios de humor, desde la parodia y la caricatura de personajes reconocibles, tanto, que como dije antes no se pueden digerir sin la ilusión de la teatralidad. Mientras el grito desesperado se sucede, mientras los que se ahogan que han aparecido virtualmente desde el trabajo de Sandra Cardarelli, siguen allí abajo entre las turbias aguas de la indiferencia.

Bibliografía:

Byung Chul Han, 2018. La sociedad del cansancio. Buenos Aires: Herder.

______________, 2018. La sociedad de la transparencia. Buenos Aires: Herder.

Ficha técnica: “Al Estribor” de Ramiro Prosperi. Elenco: Nahuel Monasterio, Nicolás Promenzio, Fernando Rossaroli, Lucrecia Varela Fuentes. Dirección: Jorge Varela. Escenotécnica: Sandra Cardarelli. Música original: Demián Rittner. Maquillaje: Lu Carusillo. Diseño y carpintería: Juan Cruz Varela. Fotografía: Claudia Trossero. Diseño de iluminación: Juan Cruz Varela. Producción: Gastón Molayoli. Duración: 50 minutos.

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