El Declive de Nelson Valente

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El Declive de Nelson Valente

1Pasa la vida y el tiempo / no se queda quieto / llegó el silencio y el frío / con la soledad1

Azucena Ester Joffe

¿Volver a empezar cuando todo se derrumba en la curva descendente de la vida? Quizá, éste sea el leitmotiv de la obra. La escritura dramática y escénica de Valente nos introduce de lleno en la intimidad de una casa cercana a todos. La cotidianeidad y el tiempo dejan al descubierto el sinsentido de dos matrimonios de clase media que tienen un punto en común: la rutina destruyó el amor de juventud. El espacio edilicio de la sala Boedo es el marco perfecto para esta historia que nos involucra desde su inicio. Cada recoveco es utilizado de tal forma que cumple un rol dramático. Al comienzo sólo vemos a Susana (Cristina Pachi Molloy) comiendo una simple manzana mientras Nelly (Lide Uranga), apoyada en la mesada de la cocina, le cuenta, en tono monocorde, que su anciano hermano se ha enamorado nuevamente. En tanto Tito (Enrique Amido) realiza un arreglo doméstico fuera de escena y comenta con cierta agresividad lo dicho por su señora. Luego se incorpora Antonio (Carlos Rosas) para completar una tarde de domingo que ambos amigos comparten desde hace tiempo. Momento que se desarrolla “con naturalidad” hasta que en un desafortunado comentario destapa la caja de Pandora. Imposible volver atrás. El clima se va enrareciendo y la sensación de ahogo envuelve a estos cuatros personajes cuyo matrimonios se han deteriorado más allá de la aparente armonía.

2En el espacio escénico realista todo está en su debido sitio: a un lado, la pequeña y cómoda cocina con los elementos necesarios para el café compartido y, al otro lado, el sencillo living en tono sepia que parece contener buenos recuerdos. Las muy buenas actuaciones le otorgan la textura precisa a cada integrante, cada uno con sus particularidades y nos interpelan sin previo aviso. Es interesante la ductilidad expresiva, en especial de Lide Uranga que, desde el mínimo lenguaje verbal y gestual con indiferencia, sin transición, oscila entre el humor y el drama. La actuación coral permite que cada silencio y cada mirada cómplice tengan su peso específico, como cuando Nelly de manera “ingenua” come un gran merengue. Una situación de mínimas acciones físicas pero cargada de tensión, de cosas no dichas, que nos atraviesa y hurga en nuestro ser. El acertado vestuario y la acorde iluminación terminan por cerrar el relato que comenzó una tarde donde nada pasaba y de repente estalló dejando varias preguntas. ¿Se puede amar en la recta final de la vida? ¿Cómo vencer la destructiva monotonía marital? ¿Cuál es el peso real de la norma social? ¿Por qué sostener una aparente armonía en detrimento de los deseos personales?

Una historia íntima, puertas adentro, y un hecho escénico sin fisura que desnuda los conflictos comunes a todos los mortales inmersos en una sociedad donde hay una clara construcción de felicidad.

3Ficha técnica: El Declive de Nelson Valente. Elenco: Enrique Amido (Tito), Cristina Pachi Molloy (Susana), Carlos Rosas (Antonio) y Lide Uranga (Nelly). Producción: Banfield Teatro Ensamble. Fotografía: Mariana Fossatti. Diseño gráfico: Sebastián Carzino. Prensa y Comunicación BTE: Silvina Linzuain (coord.) y Sebastián Carzino (asist.). Prensa: Octavia Comunicación. Asistente de dirección: Leandro Calcagno. Dramaturgia, puesta en escena y dirección: Nelson Valente. Timbre4: sala Boedo. Estreno en CABA: 01/07/2017. Duración: 60′. Sábados 20:30 hs. 

1De Volver a empezar de Alejandro Lerner

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