24 de Marzo de 2024

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24 de Marzo de 2024

Una conmemoración, no una más, una cargada de sentidos.

Todavía cantamos…

La mañana amaneció con un sol prometedor de una jornada inolvidable, y así fue, miles y miles de ciudadanos que no queremos olvidar, que no podemos dejar que lo transitado y conseguido, sea tergiversado, o puesto en duda, que los derechos humanos que pusieron en su lugar a los criminales de lesa humanidad sean bastardeados, por un gobierno que quiere que perdamos nuestra memoria, para que perdamos nuestra identidad, nuestro ser nacional, tirando por el suelo el concepto de patria, nos hicimos presentes en Plaza de Mayo, en la Avenida 9 de Julio, en el Congreso, en la Avenida de Mayo, y todas sus cuadras laterales, que eran recorridas, por jóvenes, niños, adultos y personas mayores que pese a sus dificultades de traslado también dijeron acá estamos, acá queremos estar. Lo mismo pasó en los centros principales de nuestras provincias. Todas tienen una historia trágica que contar que comenzó con ese fatídico día, hace ya 48 años.

Telam cerrado, la televisión pública entonces ausente en la plaza, sólo vi los camiones de C5N y Crónica TV; y las emisoras radiales de AM750, y Radio 10, con sus programas habituales de los domingos, o no, pero todos ellos abocados a dar cuenta de una jornada donde lo colectivo tuvo su expresión. No se puede hablar de alegría o si, la alegría de vernos todos juntos con una misma finalidad. Todes sintiéndonos familiares, sin serlo, pero formando parte de un deseo común: Memoria, Verdad y Justicia; y como en todas familias de bien, siempre estamos cuando sabemos que necesitamos estar juntos. Ante el reclamo de mantener viva la memoria, también se caminaba por el pedido urgente de que ese momento histórico, de terror y muerte y de silencio forzado, que fue para implantar una economía neo- liberal, espuria y cruel, no retorne, en la figura de un gobierno, que busca minimizar los acontecimientos para invalidar la inevitable comparación de aquel pasado con este presente.

Mientras escribo estas líneas, todavía las plazas están llenas de personas que no quieren abandonar el reclamo, que sienten necesaria su presencia, como si de velar las armas se tratara, para dar una respuesta pacífica a tanta provocación de parte de un poder que no entiende, y de una población que le dio la oportunidad de destilar su odio y su resentimiento.  Las abuelas aún reclaman, las madres aún reclaman justicia, y hoy se dijo con toda claridad: Deben abrir los archivos y decir de una vez por todas, eso que por el pacto de silencio todavía callan.

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